Por Manuel Colombo. Especialista en mirada sistémica y coaching ontológico, el autor analiza esta experiencia inédita que se dará en nuestro país a partir del 10 de diciembre.
La elección de un nuevo presidente nos da la oportunidad de reflexionar sobre el vínculo que éste debe construir con la sociedad. En primer lugar, hay que decir que ese vínculo se construye mediante el cumplimiento de la promesa. A partir de ahora, lo declarativo debe sustentarse con hechos y validación social.
Javier Milei debe poder materializar en el corto y mediano plazo aquellas propuestas que lo llevaron a ganar la elección. Del cumplimiento o no de las promesas de campaña dependerá el vínculo que establezca con la ciudadanía.
Ahora bien, hay un concepto clave al cual debemos prestar atención y es la cuestión del Poder otorgado por los argentinos.
El poder no es una cosa que está ahí afuera para ser tomado. Es muy importante entender esto, porque nos dará la capacidad de mirar de manera crítica las acciones de quien hoy ocupa ese lugar de poder. Desde el coaching ontológico entendemos el poder desde el lenguaje, ya que éste tiene la capacidad de generar la realidad en la que vivimos, en consecuencia fue la ciudadanía quién le otorgó esta validación y poder legítimo.
El Presidente deberá revalidar esa concesión. En la medida en que el Presidente de respuesta a las promesas, la ciudadanía seguirá otorgándole ese poder mirando su capacidad de acción.
Desde la perspectiva de la ciudadanía, vale marcar una dualidad: si bien hoy hay alivio por saber quién es el responsable político de la administración general del país tras más de cinco meses de campaña, también sigue habiendo incertidumbre ante lo diferente y lo disruptivo de la nueva propuesta.
La incertidumbre siempre trae miedo porque nos encontramos frente a algo que desconocemos.
Estamos saliendo, aparentemente, de la zona de confort de modelos de poder y partidarios conocidos y esto es una oportunidad para aprender, evolucionar y ampliar la conciencia como colectivo.