Crisis económica, falta de oportunidades y desarraigo: cada vez más jóvenes piensan en emigrar. Una candidata propone un giro urgente en las políticas públicas para evitar que el futuro del país se escape por Ezeiza.
La juventud argentina enfrenta un panorama complejo que se ve marcado por la crisis económica, la alta inflación y la inestabilidad política que han caracterizado al país en las últimas décadas.
Para muchos jóvenes, estos factores generan una sensación de incertidumbre, donde la dificultad para acceder a estudios superiores, encontrar empleo digno y alcanzar una independencia económica parece un sueño cada vez más lejano.
En un contexto donde la educación es clave para el desarrollo personal y profesional, las dificultades económicas han llevado a muchos jóvenes a abandonar sus estudios.
Las altas tasas de deserción escolar y la falta de recursos para costear materiales, transporte y, en algunos casos, la matrícula universitaria son barreras que afectan su futuro. A pesar de que existen oportunidades de becas y programas de apoyo, no son suficientes para revertir esta situación.
La inserción en el mercado laboral es otro desafío significativo. Muchas veces, los jóvenes se enfrentan a ofertas laborales precarias, con salarios que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas. La falta de experiencia, sumada a un entorno laboral inestable, genera un círculo vicioso que desanima a aquellos que buscan su primer empleo. A esto se suma el fenómeno de la “fuga de cerebros”, donde, ante la imposibilidad de desarrollarse en su país, muchos optan por buscar oportunidades en el extranjero.
La independencia económica se convierte, por lo tanto, en una meta inalcanzable. La presión de vivir con los padres por factores económicos, la imposibilidad de acceder a una vivienda propia y la falta de opciones de financiamiento dificultan a los jóvenes la formación de un proyecto de vida. Todo esto contribuye a un sentimiento de frustración y desencanto que puede llevar a la desesperanza.
Frente a este panorama, muchos jóvenes consideran la posibilidad de emigrar en busca de mejores oportunidades. Dejar su hogar, su familia y su cultura se convierte en una opción tentadora, pero también dolorosa. Sin embargo, es esencial reflexionar sobre el impacto de esta decisión: el potencial que tienen para contribuir a la construcción de una Argentina más justa y equitativa.
Como candidata a legisladora por Unión Porteña Libertaria, Lista 707, propongo un cambio que contemple la realidad de nuestros jóvenes. Es urgente implementar políticas públicas que fomenten la educación accesible, generen empleo de calidad y faciliten el acceso a la vivienda. A través de programas que promuevan el desarrollo de habilidades y el emprendimiento, así como incentivos para empresas que contraten a jóvenes, podemos crear un entorno más favorable.
Mi mensaje es claro: quédense y luchen. Ustedes son el futuro de Argentina. Su energía, creatividad y determinación son fundamentales para transformar nuestra realidad. No debemos permitir que las adversidades los empujen a abandonar la tierra que los vio crecer. Al quedarse y pelear por sus derechos, pueden ser parte del cambio que tanto necesitamos.
En este contexto, el compromiso ciudadano y la participación activa en la política son fundamentales. Ustedes tienen el poder de reclamar una mejor educación, trabajo digno, y condiciones que les permitan construir su propia vida en su país. La democracia se fortalece con la voz de los jóvenes y, juntos, podemos hacer de Argentina un lugar donde todos podamos prosperar.
La juventud argentina enfrenta desafíos sin precedentes, pero su potencial es inmenso. Con un enfoque renovado y una participación activa, podemos transformar las dificultades en oportunidades. Juntos, construyamos un futuro en el que nuestros jóvenes se sientan empoderados para luchar por el país que merecen.
La Democracia Cristiana celebró su convención ratificando las candidaturas que llevará el próximo 18 de mayo en esta capital.
Se llevó a cabo la convención metropolitana del partido Demócrata Cristiano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires bajo el nombre de Jorge Mario Bergoglio “Papa Francisco” al que se le rindió un merecido y emotivo homenaje recordando las estrechas relaciones que mantuvo con la Democracia Cristiana Porteña.
Este fin de semana en la sede de Combate de los Pozos 1051, los convencionales ratificaron su línea política y participación electoral en las próximas elecciones legislativas del 18 de mayo en la lista 707 que encabezan Yamil Santoro y la presidenta de la Democracia Cristiana, María Alejandra Muchart, aclarando que la integración de la lista se fortalece en propuestas que se comparten y en el respeto a las diferencias en valores que la DC puede tener con sus socios electorales. Una estrategia que se fortalece en el testimonio de vida que ha dado el Papa Francisco.
Finalmente se ratificó el acuerdo político en la gestión de gobierno con el actual jefe de Gobierno Jorge Macri para lo cual contribuirán a trabajar fuerte para que la ciudad de Buenos Aires sea una gran familia segura.
La candidata a diputada María Alejandra Muchart expuso como ejemplo lo sucedido con una empleada de limpieza que fue apuñalada por una mujer en el Hospital Elizalde.
La candidata a legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la “Union Porteña Libertaria”, y presidenta del Partido Demócrata Cristiano de CABA, María Alejandra Muchart, manifestó su preocupación por el alto nivel de violencia y de inseguridad existente en la actualidad para el personal médico de los hospitales públicos de la Ciudad.
En diálogo con Radio Cadena Tres, la candidata señaló que “en los últimos días nos enteramos de que una chica del personal de limpieza del Hospital Pedro de Elizalde fue apuñalada por una mujer simplemente porque esta empleada le indicó que no debía fumar dentro de las instalaciones del nosocomio”.
“Esta mujer se escapó y no pudo ser identificada debido a que no había cámaras de seguridad en el lugar, y tampoco había personal policial de la Ciudad o de seguridad privada que cuiden al personal sanitario, tanto médicos como enfermeros, camilleros, auxiliares administrativos o de limpieza, como en este caso”, continuó la candidata.
Muchart adelantó que “desde la Legislatura porteña trabajaré para que, de ahora en más, se redoble la presencia de policías de la Ciudad en todos los hospitales públicos, que se instalen todas las cámaras de seguridad que sean necesarias, y que se asegure la presencia policial, y de seguridad privada, durante todo el día, y todos los días, especialmente en los horarios nocturnos donde suelen acrecentarse este tipo de casos de violencia contra el personal de los hospitales y contra el público en general, ya que durante la noche son muchos los indigentes, la gente de la calle y las personas con diversos trastornos psicológicos, y adictos a las drogas y al alcohol, que se instalan en los nosocomios y los usan de refugio, provocando todo tipo de desmanes y poniendo en serio riesgo la integridad fisica de todo el personal hospitalario”, indicó Muchart.
Esta fecha nos invita a renovar nuestro compromiso con la construcción de una Argentina más justa, libre y fraterna.
El 25 de Mayo de 1810 no es solo una fecha patria en Argentina, es un grito de libertad que resuena en el alma de cada argentino. Un clamor popular que, en medio de la incertidumbre y la opresión, se alzó con la fuerza de la unidad y la esperanza para forjar un destino propio.
Este día no celebra la mera ruptura con España, sino el nacimiento de una voluntad: la de ser artífices de nuestro propio destino.
Desde una perspectiva demócrata cristiana, esta fecha cobra especial relevancia. La Revolución de Mayo, si bien no estuvo explícitamente fundada en la doctrina social de la Iglesia, se nutrió de valores cristianos profundamente arraigados en el pueblo:
Sin embargo, el 25 de Mayo no se limita a un recuerdo glorioso del pasado. Es una invitación constante a la reflexión y la acción.
El 25 de Mayo nos invita a renovar nuestro compromiso con la construcción de una Argentina más justa, libre y fraterna.
A honrar el sacrificio de aquellos que nos precedieron, no con una mera celebración, sino con la convicción de que el futuro se construye con la participación activa y responsable de todos.
La democracia, la justicia social, el bien común y la libertad, no son un regalo, sino una conquista que debemos defender y construir día a día, inspirados en los valores que iluminaron la gesta de Mayo.