La cuarentena está flexibilizada de hecho y el doble discurso empeora la situación

Por Matías Lobos. El dirigente de Juntos por el Cambio sostiene que se vuelve “fundamental” revisar la gestión sanitaria ya que “no puede ser opción” volver a fase 1 luego de 100 días de aislamiento.

Desde que comenzó la pandemia supimos que los daños en la salud pública y en el entramado socio productivo del país serían inevitables. La prioridad fue y es cómo se transita un delicado equilibrio entre ambos daños. Si miramos hacia el mundo vemos que hubo dos estrategias bien diferenciadas. De acuerdo a la primera, algunos países optaron por priorizar la mitigación de los daños sobre la salud. En virtud de la segunda, otros prefirieron priorizar la mitigación de los daños sobre la economía. En ambas estrategias podemos observar resultados acordes a las estrategias diseñadas: los primeros pudieron salir de la cuarentena en 60 días, los segundos nunca entraron en una cuarentena estricta y ahora muestran números alentadores de reactivación económica.

Durante los últimos días escuchamos a las máximas autoridades del gobierno nacional sosteniendo la necesidad de volver a fase 1 en el AMBA, y todos pudimos conocer la realidad catastrófica de nuestra economía: el PBI caerá casi 12% este año con lo que supone esto en pérdida de empresas, comercios y puestos de trabajo. Es decir, llegando a 100 días de aislamiento social obligatorio, y casi con seguridad marchando a un anuncio de la continuidad del mismo o incluso a un retroceso de fase, podemos asegurar que estamos frente a una realidad que nos indica que no pudimos llevar adelante una gestión sanitaria correcta y el daño sobre el sector productivo y laboral tiende a ser el de los peores a nivel mundial.

Consideramos necesario advertir una situación que agrava lo sostenido anteriormente. Es un doble discurso que se monta sobre la realidad de la pandemia. En el discurso del gobierno nacional y en el de la Provincia de Buenos Aires se insiste con la necesidad de continuar con el aislamiento social obligatorio, la posibilidad de retroceder de fase luego de 100 días de iniciado el mismo, y con la consecuente parálisis de muchas actividades productivas y comerciales. Sin embargo, el discurso y la práctica de las autoridades municipales es otra. Para tomar un ejemplo, la secretaría de salud del municipio de San Martín sostuvo que el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva está lejos del colapso, y al Intendente se lo ve muy activo en aceptar protocolos sanitarios y habilitar el funcionamiento de industrias y comercios, además de manifestar públicamente que se deben cuidar la salud y la economía. Este ejemplo se repite en todos los municipios del AMBA, sin importar el signo partidario que gobierne.

La realidad se impone al discurso. Basta con caminar los barrios del AMBA para comprobar que muchos vecinos no tienen otra opción que trabajar y lo hacen. También se puede observar que los cuidados sanitarios sugeridos son respetados por la inmensa mayoría de la gente. Nos parece que alimentar un doble discurso empeora la situación. Se vuelve fundamental revisar la gestión sanitaria ya que no puede ser opción volver a fase 1 luego de 100 días de aislamiento, permitir la mayor cantidad de actividad económica con protocolos sanitarios acordes a las realidades particulares de los rubros productivos y comerciales, y confiar en la responsabilidad social de vecinos que son inteligentes para saber cuidar su salud y tienen la necesidad de trabajar para sostener sus familias.

Seguridad en tiempos de pandemia

Por Matías Lobos. El exsubsecretario nacional de Control y Vigilancia de Fronteras brindó una videoconferencia respecto a las políticas de seguridad.

Matías Lobos, exsubsecretario nacional de Control y Vigilancia de Fronteras, y de Formación Policial y Programas de Seguridad, llevó adelante a través de una plataforma virtual, la videoconferencia “Seguridad en tiempos de Pandemia”, invitado por el Instituto IDEAS, con el auspicio de ACEP (Asociación Civil Estudios Populares) y NUEVO MILENIO (Centro de Estudios).

La videoconferencia abordó tres ejes fundamentales respecto a la política de seguridad en tiempos de pandemia: las fronteras, los grandes centros urbanos y las tareas asignadas a las fuerzas armadas en el contexto actual.

Respecto a la seguridad en fronteras se sostuvo la importancia de aplicar un cierre de las mismas, y se detallaron las particularidades de dos zonas sumamente complicadas para efectuar un cierre efectivo de las mismas: la frontera norte con Bolivia y Paraguay, y la frontera seca con Brasil; ambas zonas con un tránsito vecinal fronterizo muy elevado. El despliegue de fuerzas de seguridad en operativos especiales sobre los pasos fronterizos no habilitados, el uso de tecnología fija y móvil aplicadas a mejorar los patrullajes en dichas zonas, e intensificar con los países vecinos esquemas conjuntos y complementarios de despliegue operacional de fuerzas; fueron señalados como aspectos a considerar para lograr el cierre de fronteras.

En lo referido a la seguridad en grandes centros urbanos se manifestó la importancia de desplegar efectivos policiales sobre la base de la confección de un tablero operativo de puntos calientes donde pueden ocurrir la mayor cantidad de delitos en la coyuntura difícil actual. Se analizaron características propias del mayor centro urbano del país, la provincia de Buenos Aires, y en especial el Conurbano: gran cantidad de habitantes y condiciones de vida precarias en muchos hogares. En este marco, se analizó la importancia de resolver el modelo de conducción de las fuerzas policiales a través de un sistema de gobierno de la seguridad que concentre la toma de decisiones en una autoridad única, pero que se complemente con instancias de coordinación y participación de las autoridades locales.

Finalmente se abordó la participación de fuerzas armadas en tareas específicas acordes a la situación de pandemia existente. Se resaltó la profesionalidad demostrada en materia de protección civil tanto en los grandes centros urbanos como en zonas alejadas de fronteras. Frente al pedido de autoridades provinciales de utilizar recursos humanos militares para desplegar sobre pasos no habilitados, se remarcó la imposibilidad dada por la normativa actual para que las fuerzas armadas desarrollen tareas de policiamiento en zona de seguridad de fronteras. También se remarcó la necesidad de actualizar el debate respecto al rol que pueden tener las fuerzas armadas en las democracias contemporáneas, a la luz de lo que ocurre en otras experiencias latinoamericanas y mundiales