Diputadas del FdT impulsan acciones para visibilizar el Día Mundial de la Salud Menstrual

Legisladoras oficialistas proponen abordar esta temática desde el Congreso, ya que es “prioritaria en la agenda transfeminista”, indicaron.

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En el marco del Día Mundial de la Salud Menstrual, celebrado este 28 de mayo, las diputadas del Frente de Todos Mónica Macha, Gabriela Estévez, Daniela Vilar, Jimena López y Laura Russo propusieron diferentes acciones para abordar la agenda de las personas menstruantes. Entre ellas, el Congreso se iluminó de rojo como una manera de “visibilizar una temática prioritaria de la agenda transfeminista”.

“Sabemos que se trata de un tema muchas veces silenciado y estigmatizado que tiene un efecto directo en nuestros proyectos de vida”, indicaron y señalaron que se debe “trabajar en el acompañamiento y la transición hacia el uso de materiales sustentables”.

En ese sentido, las legisladoras agregaron que “enfrentamos numerosos obstáculos para la gestión de la menstruación condicionados por factores económicos, sociales y simbólicos”.

Además, las oficialistas explicaron que “los productos de gestión menstrual no reutilizables producen problemas ambientales por sus desechos, su producción y uso. El uso de productos descartables genera al menos 132 mil toneladas de residuos no biodegradables anualmente. Se utilizan anualmente 10.140 toneladas de pasta fluff (60% de la composición de los apósitos menstruales) proveniente del desmonte de selva nativa. Además, se producen 65 kilos de basura al año solo en toallas higiénicas que demoran 500 años en degradarse”.

Macha, Estévez, Vilar, López y Russo consideraron que es necesaria “una política de acompañamiento menstrual que implica necesariamente una respuesta ambiental y sanitaria a una desigualdad que sufrimos las personas menstruantes de forma cotidiana”.

Por otra parte, remarcaron que “la gestión menstrual implica un porcentaje considerable en las economías familiares. Las personas menstruantes en la Argentina ganan en promedio 27% menos que los hombres, y 7 de cada 10 personas en situación de pobreza menstrúan”.

“Por eso cuando hablamos de gestión menstrual estamos hablando también de una desigualdad en el tratamiento y la consideración de los ciclos biológicos, naturales y políticos de nuestros cuerpos”, continuaron.

Las diputadas expresaron que “el ocultamiento sobre nuestro ciclo menstrual, la vergüenza social que implica su verbalización y el silenciamiento al cual somos sometidxs constituye una clase especifica de violencia que durante años hemos internalizado. Tenemos el compromiso transfeminista, el mandato popular y la convicción política de sacar de una vez y para siempre a la menstruación de la zona de tabú social y la esfera privada”.

Las legisladoras del Frente de Todos revelaron que “para trabajar sobre los desafíos en el acompañamiento y la transición hacia métodos y esquemas más justos y saludables de la gestión menstrual se trabaja en la coordinación de una mesa de diálogo, en la que puedan participar todas las organizaciones, cooperativas y espacios sociales en busca de respuestas efectivas que reviertan la injusticia y la desigualdad”.

Proponen establecer un día de “licencia menstrual” para estudiantes

La iniciativa fue presentada por el diputado oficialista Lucas Godoy. Abarca a las alumnas de gestión privada y estatal, en todos los niveles y modalidades.

estudiantes

El diputado nacional Lucas Godoy (Frente de Todos) presentó un proyecto de ley que propone la creación de un régimen especial de “Licencia por Día Menstrual” para estudiantes.

La iniciativa, trabajada con la asesora de la Jefatura de Gabinete y referente nacional de Igualar, Carmela Moreau, busca que las personas menstruantes que cursen como estudiantes en los establecimientos públicos de gestión estatal y privada, en todos los niveles y modalidades, tengan un día libre cada mes, sin que eso afecte la regularidad.

Otro de los ejes contemplados es que la persona pueda recuperar los contenidos dictados y las evaluaciones realizadas durante el uso de la licencia.

“El Estado debe garantizar condiciones de equidad e igualdad de oportunidades para el acceso y la permanencia en los establecimientos educativos, en un marco de bienestar y en consonancia con el desarrollo humano en todas sus esferas”, remarcó Moreau.

En los argumentos del proyecto se consigna que “la cultura del ocultamiento de los síntomas y de los procesos que se desencadenan en los cuerpos menstruantes responde a una de las manifestaciones de la cultura patriarcal”.

Para Godoy y Moreau, es “imperativo reconocer que un gran porcentaje de las mujeres sufren de síndrome premenstrual, trastorno disfórico y otras patologías que en muchos casos se atraviesan con un dolor que puede ser invalidante”.

Advierten, además, que muchas veces “la falta de bienes y servicios adecuados para una gestión menstrual digna obliga a las personas en edad menstrual a incurrir en inasistencias a sus establecimientos escolares”.

Godoy evaluó que el régimen propuesto “tiende a consolidar la igualdad y a una mejora de la salud psicofísica de las personas menstruantes y en su desarrollo académico”, al tiempo que consideró que constituye otra forma de “promover la ESI y prevenir y erradicar la violencia, los estereotipos y la discriminación vinculados con el ciclo menstrual”.

La Comisión de Salud de Diputados puso en agenda el tema de la menstruación

Por primera vez se debatió el tema en la Cámara baja con la participación de especialistas. Buscan concientizar sobre la menstruación como un factor de desigualdad económica y social.

La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, presidida por Pablo Yedlin, puso en agenda por primera vez el tema de la menstruación desde una perspectiva de género y como un factor de desigualdad económica y social.

Yedlin expresó que el objetivo de la reunión informativa, de la que participaron tres especialistas, fue plantear “una mirada de género” acerca de la menstruación como generadora de “una pobreza diferencial”.

La diputada Jimena López (Frente de Todos), autora de un proyecto para crear un “programa de accesibilidad a productos de gestión menstrual reutilizables”, sostuvo que la problemática “tiene que estar en la agenda pública”.

“Iniciamos un proceso de sensibilización que tiene que ver con un aspecto diferencial de los cuerpos menstruales. No somos solo las mujeres las que menstruamos, pero sí quienes estamos atravesadas por esta realidad. Y hay una diferencia en cuanto a la accesibilidad a información y a los productos”, describió.

La legisladora informó que en Argentina el 58% de los hogares tiene a una persona en edad menstruante, y el 64% de las personas menstruantes no puede pagar los suministros de la higiene menstrual.

López recordó que los proyectos presentados sobre reducción del IVA a los productos de gestión menstrual nunca avanzaron en el Congreso, y además “no está pensado como un temario dentro de la Educación Sexual Integral (ESI)”.

Eugenia Tarzibachi -psicóloga, doctora en Ciencias Sociales, y autora del libro Cosa de mujeres: menstruación, género y poder– enfatizó que “la menstruación como factor de desigualdad social y de género no es un tema menor” y es “una de las tantas deudas pendientes que tenemos con las mujeres”.

Tarzibachi aseguró que la menstruación es “no solo un hecho biológico sino también cultural”, y explicó sus estudios sobre la transición de productos reusables y caseros a productos descartables y manufacturados, como toallitas y tampones, hasta llegar a la copa menstrual.

“Al ocultarse más efectivamente el sangrado menstrual a través del uso de tecnologías más eficientes bajo el discurso de la liberación femenina, el tabú de la menstruación quedó mejor oculto, operando desde las sombras”, analizó.

Además de la problemática sobre el costo del acceso a los productos, Tarzibachi advirtió que “se educa muy poco sobre la menstruación” y además “no hay datos sobre a qué edad las mujeres argentinas tienen su primera menstruación”.

Por su parte, la ginecóloga y sexóloga Florencia Salort se refirió a una encuesta de la que participaron 5.000 mujeres de entre 15 y 50 años, donde la mitad confesó “no tener idea” sobre el tema cuando registraron la primera menstruación, y que además recibieron tratos denigrantes.

“Muchas mujeres se criaron con mucho miedo a que ‘eso no es normal’, al olor que podían provocar o a las manchas”, relató, y agregó: “Venimos de una desinformación total y absoluta”.

Salort, que cuenta con 112.000 seguidores en Instagram (@flordegineco), destacó que “las redes sociales son un gran espacio de educación” para las jóvenes.

En tanto, la comunicadora, científica y coordinadora de “Menstruacción”, Agostina Mileo, explicó que esa campaña nació en 2017 en el contexto del primer paro internacional de mujeres, y que busca “visibilizar que la menstruación es también un factor de desigualdad y proponer acciones para transformar la realidad”.

Mileo enumeró tres reclamos: la eliminación del IVA de los productos de gestión menstrual; la provisión gratuita en escuelas, universidades, comedores, cárceles, espacios comunitarios y refugios para personas en situación de calle; y la investigación y acceso a la información para promover políticas públicas.

Además de López, presentaron proyectos sobre el tema las diputadas Camila Crescimbeni (Pro) y Laura Russo (Frente de Todos), entre otras.