El paro de colectivos alteró los ánimos de una sociedad a la que “no le entra un quilombo más”

Los subsidios son el huevo de la serpiente que dejó Duhalde, prohijó y exacerbó Néstor Kirchner, y hoy han hecho inviable al sistema de transporte automotor. Otra de las bombas que quedará para el que venga.

La semana terminó con un día de furia para miles de usuarios que se encontraron de pronto sin poder ir a trabajar el viernes, o regresar de sus trabajos. Porque en esta Argentina extorsiva, en la que los piqueteros consiguen inexorablemente buena parte de lo que por las malas piden, el diálogo ha sido reemplazado por la medida extrema, siempre de fuerza. Ante la presión oficial, la medida se suspende -en el mejor de los casos-, pero nunca se soluciona el problema.

Así venía la pulseada con los colectiveros, que una y otra vez amagaban con una medida de fuerza siempre levantada a último momento. En el AMBA, aclaremos, pues en el interior del país los paros de transporte siempre se llevaban adelante, sin mayor trascendencia en los medios nacionales. Siempre la gran ciudad y sus alrededores es el ámbito privilegiado: sus habitantes pagan una tarifa sumamente inferior y los paros no se hacen, simplemente porque el impacto es infinitamente mayor que cuando suceden en las provincias. Allí se quejan porque los subsidios -madre de todos los problemas- se concentran en el AMBA.

Más del 80% se distribuyen en el área más poblada del país, según han hecho hincapié legisladores nacionales del interior recientemente, en tiempos en que en ambas cámaras se insistía por encontrar una solución al tema. En abril de este año, la senadora cordobesa Alejandra Vigo (esposa del gobernador Juan Schiaretti) alertaba con estos datos: “Desde marzo el boleto en AMBA va desde $39,54 hasta $54,34”, pero remarcaba que “la brecha con respecto al precio en el interior sigue siendo muy grande”. Daba cifras: “En Bahía Blanca $119,35; Mar del Plata $119,38; Necochea $100; Córdoba $99; Rosario $99; Santa Fe $99; Paraná $94,50”.

Los senadores Cornejo, Vigo y Avila presentando un proyecto sobre los subsidios del transporte.

“Es decir que persiste la inequidad del Gobierno nacional a la hora de distribuir los subsidios”, insistía, enfatizando que “seguiremos reclamando a las autoridades nacionales hasta que decidan gobernar para toda la Argentina”.

El tema no es nuevo. El senador radical Alfredo Cornejo detallaba a fines del año pasado que por cada peso que se había destinado al interior del país en 2021, el AMBA había recibido $3,37. “Por cada coche en AMBA se destinaron por mes $1.425.000 y por cada unidad en el interior fueron $272.000.

La inflación galopante hace perder la medida de las cifras, pero las proporciones se mantienen. Hizo la diferencia esta vez que el paro llegó al AMBA, y volvió a ponerse sobre el tapete la inequidad del sistema de subsidios, aplicado desde la salida de la convertibilidad. Porque, bueno es decirlo, antes de la crisis de 2001/2002, el transporte automotor se las arreglaba con lo que recaudaban. Ya en esos tiempos -final forzoso de la convertibilidad- los dueños de colectivos se quejaban por la competencia que les planteaban los remises. Con un desempleo en fuerte aumento, la salida de muchos estaba en manejar un remís, y esa proliferación perjudicaba el servicio de colectivos.

Veinte años después, los dueños de colectivos ya no se preocupan por la competencia; da lo mismo llevar o no pasajeros: viven de lo que les da el Estado. Del 88% de los gastos de los colectivos se ocupa el Estado. Esa es otra de las bombas que le quedará para desactivar al próximo gobierno.

En este contexto no deben llamar la atención los números que le van dando las encuestas a Patricia Bullrich, quien nada ingenuamente salió a repetir insistentemente la frase/eslogan “Conmigo esto se acaba”. Entre otras cosas, esta advertencia abarca piquetes, por ejemplo, y los miles de usuarios afectados por el intempestivo paro de transporte -al que se le sumó una insólita protesta en el Ferrocarril Sarmiento- deben sentirse identificados con la necesidad de acabar con semejantes abusos.

En una curiosa y deliberada interpretación, desde la vereda de enfrente, el ministro de Economía en particular y el Frente Renovador en general salieron a vincular la medida de fuerza del viernes con la oposición. Lo hizo Sergio Massa, elípticamente -mas no tanto- al hablar de “un empresario al que le dicen ‘el Amarillo’, pregúntense por qué”, dijo el ministro en referencia a Javier Zbikoski, uno de los dueños del Grupo Metropol que tiene 27 líneas de colectivos en el AMBA y se expandió tanto entre 2016 y 2019, de ahí que le atribuyan tal crecimiento a la gestión macrista. El ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Jorge D’Onofrio fue más directo al relacionar a la oposición en su conjunto con la protesta por figurar sus afiches de campaña en las lunetas de los colectivos.

Gajes del oficio para quien pretende hacer campaña en plena gestión de gobierno. Porque está claro que el verdadero hombre fuerte del gobierno es Sergio Massa, en contraste con un presidente gris, que el viernes caótico no dio señales de vida.

Son días complicados para la campaña de todos: del oficialismo, porque las buenas noticias escasean -por eso sus miembros se encadenarán al Gasoducto Néstor Kirchner, al que le darán especial difusión constante-; la de Juntos por el Cambio, porque no dejan de pelearse; y Javier Milei en particular, porque pasó otra semana complicada marcada por su baja persistente en las encuestas; revelaciones de un libro de pronta aparición cuyo nombre lo pinta de cuerpo entero -“El Loco”-, y denuncias sobre venta de lugares en las listas de La Libertad Avanza. Que la justicia haya decidido avanzar en la investigación sobre el tema es un motivo de profunda preocupación de parte del libertario, que lejos de buscar soslayar el tema, lanzó rayos y culebras contra los denunciantes.

Otra semana complicada para Milei.

Cuando a Milei lo corren del eje se saca de quicio, lo cual es fácil. En este caso y tras dudas y desmentidas, se ha centrado en decir que lo que les piden a los candidatos es que se paguen la campaña. Y que “después de la campaña harán la rendición de cuentas frente a la Justicia Electoral”, señalaba el libertario este fin de semana por CNN Radio. Aunque no funciona así: la rendición de cuentas no la hace cada candidato por su cuenta, sino que debe encargarse el partido. Dice la Ley de Regulación y Financiamiento de las Campañas electorales, en su artículo 12°: “Dentro de los noventa (90) días de finalizada la campaña, el Tribunal de Cuentas elaborará y dará a publicidad un informe resumiendo los gastos de la campaña electoral por cada partido”.

Y además, la denuncia original no era que les pedían financiarse la campaña, sino que se les pedían sumas determinadas para figurar en las listas.

Pero no es ese el único tema en el que revela desconocimiento el líder libertario. Esta semana metió la pata al votar en contra -siempre vota así- de instituir el 18 de julio de cada año como Día de Duelo Nacional por el atentado a la AMIA. Es verdad que ese proyecto se sumó cerca de medianoche en la sesión del miércoles pasado en Diputados, junto a otros ocho temas votados sin oradores. Dijo que no se informó qué se iba a votar, solo los números de expedientes. Pero en la versión taquigráfica de la sesión se puede ver que sí se leyeron los títulos de cada tema y ese en particular, porque tuvo agregados.

“El resto de los espacios naturaliza que utilizan el dinero del Estado y de los pagadores de impuestos para su campaña política y es una atrocidad”, disparó Milei, y en eso no se equivoca. Se verá este domingo, con la inauguración de un nuevo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, que tendrá la presencia estelar de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y -obviamente- el candidato oficialista Sergio Massa. No es algo al que escape nadie, funciona así.

El Gasoducto Néstor Kirchner será una obra permanentemente evocada por el oficialismo en campaña.

Este acto debió haberse hecho el 20 de junio, pero no llegaron a tiempo. Atento a la visión kirchnerista de emparentar sus eventos con fechas patrias, se cambió la fecha al 9 de Julio. Llegan con lo justo, porque la ley electoral establece que “queda prohibido durante los quince (15) días anteriores a la fecha fijada para la celebración de las primarias, abiertas simultáneas y obligatorias y la elección general, la realización de actos inaugurales de obras públicas”.

Se hará hincapié este domingo en el “tiempo récord” en el que se ha hecho esta obra. Dentro del propio gobierno admiten que arrancó con 26 meses de atraso, que le endilgan a Martín Guzmán. Desde JxC dicen en cambio que esa gestión había dejado todo listo para comenzarla ni bien llegaron, pero optaron por cambiar todo porque no querían que fuera una obra privada, como establecían los pliegos que dejó listos el macrismo.

Como sea, bienvenido que esté lista esta obra faraónica que servirá para ahorrar dólares que en la Argentina tanto faltan.

L. Moreau sobre la reactivación del transporte: “Massa neutralizó el chantaje de cuatro empresarios”

El diputado del FdT se refirió a la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner del próximo 9 de julio y valoró positivamente la gestión y la campaña de Sergio Massa.

A las 17.30 horas, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el final del paro de colectivos que sufrió el AMBA este viernes. En esa línea, el diputado nacional Leopoldo Moreau (FdT – Buenos Aires) valoró la gestión del precandidato presidencial y afirmó que “pudo neutralizar el chantaje que llevaron a cabo cuatro empresarios”.

Además, el histórico diputado expresó que los empresarios del colectivo “cometieron el delito de retener los fondos que el Estado les había destinado para los aumentos de los trabajadores”. “Dicen que lo hicieron porque están comprometidos con Juntos por el Cambio, no me extrañaría. Por suerte, el ministro salio al cruce rápidamente”, afirmó.

En declaraciones a Radio 10, Leopoldo Moreau se refirió a la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner que será este 9 de julio y manifestó: “Tiene un significado muy importante porque esta obra de infraestructura es la más importante de los últimos 30 o 40 años de la Argentina”.

Sin embargo, advirtió que “es importante por el país, no por la campaña”. Respecto a la obra, amplió que “significa que llegará gas a cientos de miles de argentinos, en especial al Norte, dará gas más barato a las industrias del país, permitirá exportar gas al exterior y así, ahorraremos divisas”.

“Una línea está conectada con el gasoducto norte del que traíamos gas de Bolivia, y ahora exportaremos”, aseguró. Así también, se refirió al proyecto de ley que ingresó a la Cámara de Diputados que busca declarar de interés público nacional la licuefacción de gas natural con destino a la exportación de GNL: “Hay un proyecto que ya ingresó en la Cámara de Diputados para crear una planta de gas en Bahía Blanca para convertir el gas en Gas Natural Licuado”.

Del mismo modo, sostuvo que la puesta en marcha del Gasoducto “equipará la cantidad de divisas que ingresan de la actividad agropecuaria”.

“Massa lo está demostrando con su actividad, tanto está en gestión que neutralizó el chantaje de cuatro empresarios”. “Lo del gasoducto empezó con la reestatización de YPF porque eso significó la expansión del proyecto Vaca Muerta. Ahora tenemos superproducción de gas y este gasoducto se está desarrollando a partir del llamado impuesto a las grandes fortunas”, afirmó.

Por otro lado, retomó el conflicto entre los empresarios del colectivo y el Estado Nacional y opinó que “hay que revisar el esquema de subsidios porque en la práctica es un servicio que brinda el Estado”. De ese modo, confirmó que el Estado “cubre el 85 por ciento” de los costos del transporte público.

En el cierre, valoró la gestión de Massa por “neutralizar” el conflicto: “Está tan en gestión que su intervención logró resultados rápidos”, y cerró: “sin lugar a duda es el mejor candidato por que del otro lado está la derecha que viene a imponer políticas como la de Martínez de Hoz, como ocurrió en el macrismo y ocurre en Jujuy”.

La oposición responsabilizó al Gobierno por el paro de transporte

Los principales apuntados fueron el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y el ministro de Economía (y precandidato presidencial), Sergio Massa quien al mediodía había acusado a los empresarios del colectivo por el paro.

El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no ha tenido servicios de colectivos durante este viernes 7 de julio, y cuando se creía que la situación no podía empeorar, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) realizó un paro sorpresivo en el tren Sarmiento, que fue levantado cerca del mediodía.

Varios diputados y senadores nacionales responsabilizaron al Gobierno por el caos generado en esta jornada por “estar de campaña” y no atender los reclamos de los trabajados. Algunos padecieron el paro y otros prometieron que con ellos “no pasaría”.

El jefe de bancada del Pro, Cristian Ritondo, publicó una imagen con el texto “caos total”, y agregó: “Este es el país que nos deja Alberto Fernández. Faltan unos meses, vamos a recuperar el orden”. “Es imposible trasladarse por AMBA”, señaló el precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, por la boleta de Patricia Bullrich.

En tal sentido, el ministro de Economía, Sergio Massa, responsabilizó del cese de actividades a los empresarios del transporte y expresó, durante la inauguración de una obra, que “de cada 100 pesos que ustedes pagan 80 los pone el Estado”. “Estos empresarios no pretenden mejorar las condiciones de los trabajadores con mejores salarios. Es más nunca fueron a firmar el acta”.

Las respuestas en contra del ministro no tardaron en llegar: la diputada nacional Paula Oliveto Lago (Coalición Cívica – ARI – CABA) contestó por Twitter: “Qué gallito se hace Massa gritándole a los empresarios del transporte. ¿Será que no sabe que uno de los parásitos de ese rubro es hermano de su compañero de fórmula?”, en alusión a Alejandro Rossi, hermano del jefe de Gabinetes y compañero de fórmula presidencial por Unión por la Patria, Agustín Rossi.

Previamente, Oliveto Lago había expresado que “todos los días una nueva para joderle la vida a otros trabajadores que pierden el presentismo o turnos médicos que cuestan conseguir. Hay que terminar con los sindicalistas delincuentes que extorsionan teniendo de rehén a los laburantes”.

De una manera diferente, el diputado nacional Alejandro Finocchiaro (Pro – Buenos Aires) publicó un vídeo en el que debía dar examen de forma virtual y añadió que “algunos dirigentes en realidad sólo son profesionales del maltrato y la extorsión que sufren cada día los habitantes del AMBA”.

El senador nacional Martín Losuteau (UCR) no dejó pasar la ocasión para hacer campaña para ser jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y opinó en su perfil que “un paro de colectivos que paraliza la vida de todos, le complica la vida a miles de personas que no pueden ir a trabajar y chicos que pierden días de clases”. “Entendemos los reclamos, pero no podemos seguir siendo rehenes de un grupo y de la inoperancia del Gobierno”, aseveró.

Desde otra perspectiva, la diputada nacional Myriam Bregman (PTS) planteó que “el sistema de transporte no va más, el Estado pone el dinero para solventar las ganancias de los empresarios, hay que eliminar esa intermediación: nacionalización y gestión por sus trabajadores y usuarios, que son los que conocen los costos y necesidades en recorridos y demás”.