Milei respondió en la Justicia a la denuncia del presidente y aseguró que hay inexistencia de delito

Presentó un escrito a través de sus abogados, quienes sostuvieron que “profirió sus afirmaciones en ejercicio de la más básica libertad de expresión, y sin ninguna intencionalidad ni política ni electoral”.

El diputado nacional y candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, pidió este jueves en la Justicia que se cierre la denuncia en su contra presentada por el presidente Alberto Fernández, quien lo acusó de “intimidación pública” a raíz de sus declaraciones contra el peso argentino.

A través de los abogados Francisco Oneto y Diego Spagnuolo, el libertario presentó un escrito de 13 carrillas, en el que se sostiene que “profirió sus afirmaciones en ejercicio de la más básica libertad de expresión, y sin ninguna intencionalidad ni política ni electoral”.

Los letrados presentaron un recurso de “excepción de falta de acción” por inexistencia de delito y sostuvieron: “Aún pensando mal, nuestro prohijado afirma estas cosas con la intención de ganar las elecciones, no de infundir temor o provocar tumultos”.

El presidente denunció este miércoles a Milei y a los dirigentes de LLA Ramiro Marra y Agustín Romo por recomendar a la población a descartar el ahorro en pesos.

Tras ello, los libertarios brindaron una conferencia de prensa en la que denunciaron que el oficialismo busca “proscribir” a la fuerza que resultó más votada en las PASO.

En el escrito presentado ante el juzgado de María Servini de Cubría, a cargo del caso, los abogados recordaron que las expresiones de Milei son “lo que viene afirmando desde sus primeras apariciones públicas”.

“Aún de haberlo hecho con alguna intencionalidad, el sentido común indica que la única posible es la de favorecer su caudal de votos, y tal intencionalidad impide tener por configurados los delitos denunciados, por lo cual la falta de acción aparece procedente”, señalaron.

E insistieron que “aún si se considerare que nuestro prohijado hubiese proferido afirmaciones susceptibles de provocar el estrépito público que se le pretende enrostrar, las mismas no fueron vertidas con intención de provocar temor público, sino, en el peor de los casos, de mejorar su resultado electoral”.

Además de ese escrito, los defensores de Milei hicieron otras presentaciones en el marco de otras denuncias que pesan sobre el líder de LLA. Una es la impulsada por su contrincante de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quien le inició acciones por decirle “montonera tira bombas” y que acusarla de poner bombas en “jardines de infantes”.

El presidente Alberto Fernández denunció a Milei y Marra por “intimidación pública”

Fue luego de los dichos de los candidatos libertarios en contra del peso. El mandatario habló de “una gravedad institucional inusitada para la República”.

Tras los dichos en contra del peso argentino por parte de los candidatos de La Libertad Avanza Javier Milei y Ramiro Marra, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, los denunció penalmente por “intimidación pública”.

Luego de la corrida cambiaria, que llevó el dólar blue a más de 1.000 pesos, y las acusaciones que desde el oficialismo lanzaron contra el libertario, responsabilizándolo del hecho, el mandatario fue a la Justicia.

Según consignó la agencia de noticias Télam, la denuncia radicada en Comodoro Py, con el patrocinio del abogado José Manuel Ubeira, quedó a cargo de la jueza federal María Romilda Servini de Cubría.

Para Fernández, los hechos “constituyen una afrenta severa al sistema democrático que nos rige como país, redundando entonces en una gravedad institucional inusitada para la República”.

Durante una entrevista en Radio Mitre, consultado por qué consejo le daría a los ahorristas de plazo fijo, Milei expresó: “Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende no puede valer ni excremento, porque esas basuras no sirven ni para abono”.

Por su parte, el candidato a jefe de Gobierno porteño de LLA, Ramiro Marra, posteó en su cuenta de la red social X que “hoy más que nunca no ahorres en pesos. Cuidá tu dinero, te costó mucho ganarlo”.

Asimismo, se denunció al candidato a diputado provincial por el distrito Buenos Aires, Agustín Romo, quien publicó también en X que “los cínicos cómplices de los políticos te van a decir que no tenés que comprar dólares. Tenes que hacer todo lo contrario. Estos degenerados fiscales van a licuarte todo tu sueldo porque no les importa nada”.

Luego de conocerse la denuncia en su contra, el candidato a presidente escribió en X: “La casta tiene miedo. La Libertad Avanza. Viva la libertad carajo”.

Domingo propone una reforma de la Carta Orgánica del Banco Central

El diputado de Juntos Somos Río Negro aseguró que su iniciativa persigue “combatir” la inflación y la devaluación, a partir de bajar la emisión monetaria.

El diputado nacional Agustín Domingo (Juntos Somos Río Negro) presentó un proyecto de ley para modificar la Carta Orgánica del Banco Central, con el objetivo de frenar la emisión monetaria, a la que considera la primera causa de la inflación, que en los últimos 12 meses llegó al 64 por ciento.

La iniciativa refuerza requisitos históricos del Banco Central, como la “misión primaria y fundamental” de “preservar el valor de la moneda” y establece un mayor control por parte del Congreso, en línea similar a una presentada desde Juntos por el Cambio.

Según se explicó, el proyecto de reforma de la Carta Orgánica del BCRA tiene tres puntos centrales: volver a los límites para financiar al Tesoro que había entre 2002 y 2012, que restringían la emisión que genera inflación; recuperar al BCRA en su rol principal de preservar el valor del peso; y establecer un Directorio compartido con la oposición para un control efectivo del cumplimiento de la Carta Orgánica reformada.

“Nadie resiste esto, ni los asalariados ni el sector productivo”, consideró el rionegrino, quien además apuntó que “el descontrol monetario actual comenzó en 2012, cuando suprimieron las restricciones a la asistencia al Tesoro en la Carta Orgánica del Banco Central y a través de los años el peso argentino fue perdiendo valor hasta llegar a su muy devaluada actualidad”.

El viernes pasado, al conocerse que la inflación de junio fue de 5,3 por ciento y la del último año del 64 por ciento, Domingo explicó que “esta aceleración inflacionaria tiene una razón muy concreta: es el resultado de apostar a posponer el ordenamiento del Estado, financiando el déficit con emisión y con deuda”.

“Tenemos que limitar el financiamiento vía emisión monetaria, al igual que limitamos desde el Congreso el financiamiento con deuda. Es la única forma de parar la inflación, es urgente y es fundamental que se logre mediante un amplio consenso político, si queremos que la solución sea sostenible en el tiempo”, afirmó.

Las penurias y desventuras de nuestro peso 

Por Oscar Lamberto. El exlegislador nacional señala el deterioro permanente del valor de la moneda, fruto de la inflación, como un mecanismo de ajuste de la economía.

En julio del 2019 estábamos con mi compañera paseando en la ciudad de Lima en el Perú, como hacen casi todos los turistas quisimos traer algún recuerdo del viaje, en la plaza principal de la ciudad, una simpática vendedora con atuendo coya y un carrito lleno productos emblemáticos de la cultura de ese hermoso país, nos ofreció lo que estábamos buscando, regalos para nuestra familia numerosa y que además no ocuparán mucho lugar en la valija. 

A la hora de pagar, le pregunté cómo se cancela esta compra, la joven acostumbrada a los turistas internacionales me dijo “acepto plata peruana, chilena, boliviana, paraguaya, uruguaya, brasileña, dólares americanos, euros, tarjetas de crédito, salvo plata argentina que no me la acepta nadie, ni los argentinos la quieren”. Con el orgullo nacional mancillado, pague con la tarjeta, por esos días el dólar rondaba cuarenta pesos. 

Nuestro país históricamente tuvo un problema con su moneda, desde la revolución de Mayo hasta 1880 existieron todo tipo de medios de pagos, monedas de plata con la esfinge del rey de España, de cobre, de papel emitida por los bancos, o las provincias, hasta se importó una moneda de los Estados Unidos con la cara de Washington. 

La dupla Julio Argentino Roca y Carlos Pelegrini trabajaron por dotar al país de una moneda nacional, que reuniera los atributos, medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta. Así se creó la moneda convertible con el oro, que con altibajos permaneció hasta el cierre de la caja de conversión, que se produjo como una consecuencia inevitable de la caída mundial del patrón oro, fruto de la debacle del capitalismo de los años treinta. 

A mediados de esa década se creó el Banco central de la República Argentina, y fue nacionalizado en 1946, es el organismo emisor de la moneda nacional, que ha tenido objetivos distintos según el pensamiento político de los gobiernos de turno 

Así hubo etapas, la mayoría de los años, con un banco central dependiente del ministro de Economía, otras funcionaron como un organismo autónomo. A veces su objetivo principal fue sostener el valor de la moneda, otras impulsar el desarrollo, la mayor cantidad de años fue auxilio del tesoro y prestamista de última instancia del sistema bancario. Durante el periodo de la convertibilidad el banco central tenía prohibido emitir para financiar el tesoro. 

Salvo paréntesis muy acotados, los periodos inflacionarios fueron la marca de una época, donde se quitaban ceros a la moneda, se cambiaron las denominaciones y la moneda fue perdiendo dos de sus atributos principales, dejó de ser reserva de valor y unidad de cuenta. 

Los ahorros de los argentinos se fueron dolarizando, las transacciones inmobiliarias se realizan en dólares, y dada la desconfianza creciente, los dólares van al colchón, cajas de seguridad y bancos extranjeros, la suma fugada es tan extraordinaria que por si sola alcanzaría para impulsar cualquier proyecto de desarrollo. 

Recientemente hemos escuchado un argumento novedoso que la inflación es consecuencia de la dolarización cuando los hechos históricos demuestran lo contrario, la gente huye al dólar por el envilecimiento del valor de la moneda nacional. 

El Banco Central no preserva el valor de la moneda desde que emite sin límite para financiar al gobierno, luego paga intereses e indexación para esterilizar la cantidad de moneda en poder del público, que está generando un pasivo que es un presagio de un nuevo estallido. 

Los precios de una economía están en constante movimiento, algunos suben, otros bajan, los precios de los combustibles y de los alimentos tienen impacto en todas las economías, pero la suba de un producto en particular por importante que fuera, no configura por sí mismo la inflación, que es un proceso donde todos los precios de manera sostenida y por un periodo largo aumentarán en simultaneo, siendo la causa principal la política monetaria y fiscal. 

Una política fiscal ordenada y una política monetaria que expanda la oferta para acompañar el crecimiento es el prerrequisito para tener una moneda nacional. Si al déficit creciente del Estado se lo financia con emisión, es imposible que no pierda valor y que la gente no huya a otra moneda que cree más segura. 

Es una exageración hablar de bimonetarismo cuando se comparan una moneda que la gente quiere atesorar con otra que quiere desprenderse lo más rápido posible. Aunque la primera se la declare ilegal y la segunda sea de curso forzoso. 

Que los gobernantes quieran trampear a los ciudadanos no es nuevo, tanto en el antiguo Egipto, como en el imperio Romano tardío hay antecedentes de la alteración del valor de la moneda y de la aplicación de precios máximos con pena de muerte a quien los incumpliera, todas las experiencias terminaron en rotundos fracasos. 

Hace rato que los economistas demostraron que la moneda de mayor calidad reemplazará a la de menor calidad, en términos entendibles me saco los pesos de arriba y atesoro dólares. 

Si algún funcionario se le ocurriera prohibir la tenencia de dólares y tuviera éxito, la gente ahorraría, en bolsas de azúcar, aceite, silos con granos, ganado en pie, bienes del hogar, inmuebles, es decir cualquier bien que me permita salir del peso. 

Es un error conceptual hablar de bimonetarismo cuando no existen dos monedas, porque además de los tres atributos que debe tener una moneda necesita también que la gente crea, que tenga confianza, porque también es el crédito que el ciudadano le otorga al Estado y la confianza disminuye cuando se presume la insolvencia del deudor. 

El deterioro permanente del valor de la moneda, fruto de la inflación, es un mecanismo de ajuste de la economía, que hace pagar el precio del ajuste, a jubilados, asalariados, a quienes perciben planes, a los ahorros en pesos, es el mayor fabricante de pobres.