Contranarrativa

Por Alberto Asseff. El diputado nacional le reconoce al kirchnerismo haber logrado instalar un debate, al que sugiere contraponer un mensaje y políticas que demandan actitud, coraje y perseverancia.

Una fortaleza del régimen que se instaló el 25 de mayo de 2003 es su relato. Lo han articulado con solidez y lo ejecutan con disciplina. Desde desfigurar al idioma –en el que está instalada nuestra identidad, nada menos– hasta conceptos económicos como que la emisión o la indexación no  son inflacionarios, pasando porque sólo el Estado puede auxiliar al necesitado y que su creciente “presencia” es el único modo de asegurar la igualdad. En el medio también ese relato contiene (des) conceptos como que el mérito desiguala, la propiedad – si bien no dicen que es un robo como sostenía el marxismo – es irritante ante tanta pobreza, indigencia y carencias. Asimismo, el relato contiene una exaltación permanente de las “políticas públicas” como las excluyentemente salvíficas y su correlato, una cada vez menos sutil demonización del empresario y su afán de lucro.

   El relato además funciona si se abisma la grieta. El régimen es igualitario, respeta los derechos humanos y la diversidad, reivindica a los pueblos originarios y mucho más. Por el contrario, la oposición es defensora de privilegios, estigmatiza a los diferentes, desprecia a los aborígenes y sobre todo es amiga del capital y por contraste enemiga del trabajo al que se empeña en precarizar. El régimen que nació en el sur del país es desendeudador, mientras sus objetores son “endeudadores seriales”. La educación es desempeñada por “trabajadores” no ya por docentes. Consecuencia, el 60% de los alumnos secundarios egresa con dificultades para comprender un texto sin contar el 50% que inició ese ciclo lo abandona en el segundo o tercer año. Empero, evaluar es sinónimo de estigmatizar (¡!)

   La mayoría social está hastiada del relato, más allá de que un núcleo duro siga aferrado a él. La alarma crece con el adoctrinamiento en las escuelas, con la mutación de una necesaria enseñanza sexual en una ESI  -educación sexual integral– que en lugar de objetivar el conocimiento y paralelamente el cuidado en este plano, estimula la posibilidad de que los niños busquen su “autopercepción”. Si naciste varón o mujer, puedes ser lo que quieras. No es una condena. No estás atado a tu condición natural. Así de brutal es lo que se les imparte a impúberes y aún a pequeños de corta edad. Sobre el Estado “presente” la inmensa mayoría ha sufrido experiencias directas de que es una monumental falacia. Cuando pena por un turno médico, cuando le cuesta días y días de empeño ser atendido por un especialista, cuando no llega ni la ambulancia ni el patrullero, cuando su vivienda sigue careciendo de agua y cloaca, cuando una lluvia transforma en un lodazal su cuadra. ¡Ni hablar del trabajo! A la par de acusar a “la contra” de querer precarizar el trabajo con su propuesta de reformas laborales, el relato muestra su fragilidad distribuyendo planes asistenciales o empleos públicos que no tienen otra perspectiva que el anclaje en la marginalidad, en la pobreza o, en el mejor de los casos, en una vida gris y mediocre, sin horizonte ascensional.

   La contranarrativa es sencilla, pero exige actitud, coraje y perseverancia. Al idioma lo defendemos como lo que es, el cimiento de nuestra cultura identitaria. La economía tiene sus leyes que, mejor o peor, funcionan en el mundo entero, aun el autocrático. El Estado es un instrumento, pero no un fin. Su funcionalidad no depende de su tamaño sino de su idoneidad y organización. Las políticas públicas son más exitosas cuando se ensamblan con la iniciativa privada y devienen en un solo haz. Si hace más de una década que se estancó la creación de empleo privado de calidad, es hora de darle trazabilidad legal y seguridad a quienes quieren crear trabajo, invirtiendo sus ahorros, hogaño fuera del circuito de la lánguida economía. Lejos de precarizarlo, la opción al régimen pretende ensanchar la Argentina trabajadora y productiva. Emitir sin respaldo en distribuir papel pintado. Por eso hay que retornar velozmente al Banco Central autónomo que defienda el valor de la moneda a rajatabla y sin concesiones. El mérito, el esfuerzo, la disciplina en el trabajo, la productividad son virtudes que nos dan pie para avizorar un rumbo de prosperidad y de volver a la esplendorosa Argentina de movilidad social ascendente y de clase media aspiracional. Los aborígenes están integrados a la Nación que compartimos todos. Aspiramos a ir hacia el futuro en vez de retroceder a luchas étnicas o fragmentar la soberanía nacional.

   La contranarrativa, en fin, demostrará que el endeudamiento no es una perversidad a designio, sino el inexorable resultado de un Estado sobredimensionado y deficitario. Y, fundamentalmente, convencerá a la amplia mayoría argentina que la pobreza general no es nuestro destino y que, ni mucho menos, es algo deseable. Esa igualdad para abajo es detestable.

   La política del crucial 2023 será contracultural. A diferencia del riojano dos veces presidente, esta vez se ganará diciendo la verdad. La verdad ahora paga y bien porque la mentira nos ha hundido en esta decadencia.

*Diputado nacional (UNIR en JxC)

Para el senador Costa el presidente apuesta “al relato de la mentira y el miedo”

El presidente del bloque de senadores de Juntos por el Cambio, Roberto Costa, se refirió a las declaraciones vertidas por el presidente, Alberto Fernández.

El titular de la bancada de Juntos por el Cambio en el Senado, Roberto Costa, salió al cruce de las fuertes críticas de Alberto Fernández contra su antecesor, Mauricio Macri.

En comunicación telefónica con Radio 10, Costa pidió “que alguien por favor le avise que estamos entre los países con mayor cantidad de casos de contagios registrados a pesar de tener una de las cuarentenas más largas del mundo, que el desempleo creció, la gente está angustiada, se profundizó la desigualdad educativa, aumenta la inseguridad y llevamos casi 7 mil muertos”.

“Lamento que el presidente siga apostando al relato de la mentira y el miedo”, agregó.

“Lamento profundamente que el presidente elija ser un títere del kircherismo repitiendo sistemáticamente un relato que no coincide con la realidad”, dijo Costa y remarcó: “El presidente debería convocarnos a todos a formar una mesa de trabajo para empezar a buscar juntos alternativas de cara a la pospandemia”.

El senador opositor sostuvo que “el 20 de marzo fuimos los primeros en acompañar al presidente, cualquier cosa que diga es una falta absoluta a la verdad y en estos 6 meses hemos advertido sobre las diferentes problemáticas que crecían y crecen al ritmo de la extensión del aislamiento. Nunca nos escucharon”, y remarcó: “Lamento que el presidente siga apostando al relato de la mentira y el miedo. Un viejo recurso que tanto mal nos hizo a todos los argentinos”.