Sin la presencia de UP, se escucharon relatos de víctimas de derechos humanos en pandemia

A la reunión de la comisión homónima asistieron los padres de Solange Musse, el actor Marcelo Mazzarello y un cacique de la comunidad wichí de Formosa. 

La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, presidida por la macrista Sabrina Ajmechet, recibió a víctimas y familiares de víctimas de abusos cometidos durante la cuarentena por la pandemia de Covid. Al encuentro no asistieron representantes de Unión por la Patria, algo que desde otros bloques de la oposición remarcaron especialmente. 

“Me parece que es muy significativo que estemos hablando de acontecimientos que ocurrieron todos durante el último gobierno kirchnerista y a ninguno le interese escuchar lo que sucedió, acompañar a los familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos que ocurrieron durante el último gobierno del cual fueron parte”, lanzó Ajmechet y luego le agradeció la presencia de los invitados porque “era una deuda que el Congreso tenía de recibirlos, de poder escucharlos, acompañarlos”.

En la reunión expusieron Pablo Musse y Teresa Oviedo, padres de Solange Musse, que “tenía 35 años cuando viajó de Neuquén a Córdoba por un tratamiento y lamentablemente falleció en Córdoba y dijo ‘hasta el último suspiro tengo mis derechos’ y a lo que se refería era a la posibilidad de despedirse de su familia”; el actor Marcelo Mazzarello; y Francisco Luna, cacique de la comunidad wichí en Formosa. 

El primero en hacer uso de la palabra fue Mazzarello, quien denunció: “Mi familia y yo fuimos víctimas de la gestión de pandemia. Mi padre en particular fue sometido a trato cruel e inhumano, calculo que la figura legal es abandono de persona como tantos argentinos pasaron”.

“No tuvimos derecho a acceder a la Justicia. El Congreso no funcionaba. No tuvimos derecho a un hábeas corpus. Este puede ser un primer paso a recuperar la memoria, la verdad y la justicia como fue negada en ese momento”, expresó y sumó: “Desde ese lugar vengo a hacer la lectura de la carta de Solange que representa ese pedido de justicia, de verdad y de memoria que nos debemos como sociedad y todos entenderán lo que significa para sus padres el dolor que representaría leer esta carta”.

Así, leyó detalladamente la carta que Solange le escribió antes de morir al entonces presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la que reclamaba poder estar con su familia y que no sean maltratados. Al terminar, Mazzarello pidió hacer un minuto de silencio en su memoria.

Con la voz quebradiza y angustiado tomó la palabra Pablo Musse, el papá de Solange, quien manifestó que “hoy es un día histórico para nosotros, para las víctimas de gestión de pandemia de 2020”.

Entre lágrimas se refirió a la carta de su hija: “Lo que relató fue muy duro. Quiero que sepan cómo fue la realidad. Solange y la madre viajaron a finales de febrero del 2020 a hacer un tratamiento alternativo y a buscar el auto. Eran cinco sesiones que tenía que hacer y regresar a Neuquén, pero lamentablemente nos agarró la pandemia el 20 de marzo, el famoso DNU del expresidente Fernández totalmente inconstitucional y eso algún día lo verá la justicia”.

Musse señaló que “no se podía pedir ningún permiso, ni viajar, estaba todo cerrado. Infructuosamente varias veces pedí permiso para poder viajar, pero todos fueron negados”. En tanto, precisó que “el 14 de agosto salió un permiso en Córdoba del viaje de regreso a casa en el cual lo solicité porque la tía de Solange tenía domicilio ahí. Pedí el permiso excepcional por la enfermedad de mi hija al COE (Centro de Operaciones de Córdoba), vía mail envíe los certificados, me lo otorgaron y tenía que informar por qué ruta viajaba, con qué vehículo”.

“Salí normal de Neuquén, pasé a la provincia de Río Negro, La Pampa, sin ningún problema. Me pedían en los controles los permisos, todo legal y todo bien, me paró hasta Gendarmería y estuvo todo bien. Hasta el primer ingreso en Huinca Renanco, el pueblo de la provincia de Córdoba, 6.30 de la mañana me dicen que tenía que esperar a que abra el control de rutina que se hacía. Anterior a eso Córdoba cambió el ingreso y pedían el hisopado negativo, que salía $8000, pero ya estaba sobre la fecha de viaje y no disponía de ese dinero en el mismo mail les dije que nada me iba a impedir ver a mi hija y que iba a viajar igual”, contó. 

Y siguió: “En ese puesto me hacen un test en el cual para ellos dio positivo dudoso, se lo hicieron a todos los que querían ingresar. El segundo jefe del COE en una segunda declaración dijo que conmigo había hecho una excepción y no fue así, ese test se los hacía a todos”. “Pedí que me hicieran otro test y también salió positivo. Pedí que se lo hicieran a mi cuñada que viajaba conmigo y la misma enfermera me dijo ahí que yo no tenía COVID-19, que podía tener alguna infección por lo que el contacto estrecho no existía”.

Musse contó que le explicó esa situación a “un muchacho de 20 años del puesto de control que me dijo ‘tal vez no se quiso contagiar’. En el lapso de las 8.30 hasta las 13 deciden el regreso nuestro a Neuquén y mediante videollamada con mi esposa y Solange me pedían que me calme y que me hiciera el hisopado”.

“Me escoltaron hasta el límite de La Pampa por el COE. Les pedí poder ir a una estación de servicio porque mi cuñada con su discapacidad no había ido al baño y me lo negaron. En el límite provincial la policía me pide que me haga en una banquina, le insistí que Paola necesitaba ir al baño y una oficial de La Pampa me acompañó hasta el destacamento. Veníamos sin dormir desde el día anterior. Teníamos que mostrar los documentos por ventanilla porque en vez de COVID-19 parecía que teníamos otra peste”, detalló.

“El Gobierno de La Pampa nos saca escoltados por cinco patrulleros, les volví a pedir en el ingreso a General Hacha que Paola tenía que ir al baño, me negaron. Fue una situación degradante para una mujer con discapacidad tuvo que hacer sus necesidades al costado de la ruta, y así hasta llegar a Neuquén. Le pedí al policía que se identificara y nunca lo hizo, se creen con mucho más poder que nosotros que el ciudadano común y no es así”, denunció.

Musse narró que el 17 de agosto pudo hacerse el hisopado tras insistirle al médico y tras explicarle la situación porque “no me lo quería hacer porque no tenía síntomas” y acotó: “Mientras tanto Solange seguía esperando”.

Nadie escuchó a Solange”, reclamó su papá y agregó: “Es un enojo total con toda la dirigencia política, sostengo eso porque tuvieron el tiempo suficiente para cambiar las formas y el modo. Desde el 17 de agosto hasta el 21 que falleció Sol no hubo una sola palabra de nadie”.

“El 23 de agosto el expresidente de la Nación se reunió con Moyano y su familia, ellos no tenían restricciones, sino privilegios. Ya habían tenido la fiesta de Olivos y el cumpleaños de la señora Fabiola. Él mismo desmintió y luego tuvo que admitirlo. Tengo muchas más fechas por nombrar”, culpó y siguió: “El exgobernador Omar Gutiérrez tres días antes de que pasara esto, el 14 de agosto, envió a su familia en un avión privado hasta España. La clase política tenía sus privilegios, nosotros no. Lo que buscamos es memoria, verdad y justicia”.

Musse reclamó que “esto no puede quedar en la nada, nosotros iniciamos varias causas judiciales las cuales todas están paradas. La denuncia en Córdoba fue en el Juzgado Federal, pasó a la justicia de la provincia, se dictaminó que no era correspondiente y la pasó a la Federal y en ese lapso la Corte Suprema dictó que pase a la justicia de la provincia para que tenga más celeridad, el fiscal pidió la elevación a juicio y el juez de la causa dictó falta de mérito y hoy el mismo juez pide la elevación a juicio y la investigación a Alberto Fernández. Ya llevamos 3 años y 8 meses, no sé dónde está la celeridad que pidió la Corte Suprema”.

No hubo justicia para ninguno de los casos de pandemia. Lo que sí hubo fue abuso de autoridad, privilegio para varios, como por ejemplo Cristina Fernández de Kirchner que el 23 de marzo viajó para buscar a su hija Florencia; 27 de noviembre funeral de Diego Maradona, ahí no había contagios; 23 de noviembre funeral de Jorge Brito, un banquero muy importante y con más derechos que los ciudadanos comunes. El 30 de diciembre la ley del aborto, donde se bailó y se festejó en la calle, no estoy a favor y en contra, sino las restricciones que tuvo el ciudadano común y lo que le convenía al Gobierno en esa época”, enumeró.

El orador apuntó contra Alberto Fernández que “dijo desconocer del caso Solange”, y opinó: “Estábamos todos encerrados y la noticia de Sol la conocen todos, la ciudadanía la escuchó, no así los dirigentes. Se notó que el 2021, en plena pandemia también, en año electoral la mayoría salió a buscar los derechos humanos que en 2020 nadie los buscó y nadie se preocupó por eso. La palabra ‘derechos humanos’ es partidaria, es para unos y no para otros”.

“El mismo día que Sol falleció, el 21 de agosto, la oficina de Derechos Humanos de Neuquén se comunicó con nosotros preguntando si necesitábamos algo. Hasta el día de hoy no tuvimos un llamado de alguien diciendo ‘disculpen, nos equivocamos’. La familia está destrozada y vamos a seguir destrozados hasta que nos lleve al lado de Sol”, expresó.

Musse destacó el inicio de la comisión con testimonios de víctimas en pandemia que “sucedieron y son reales así la quieran ocultar. El presidente dio facultades de hacer barbaridades como terraplenes, asesinatos por parte de instituciones policiales, y de eso nadie habla y nadie habló”.

“Hoy varios de los que faltan acá pertenecieron a ese espacio político y es lamentable que no estén. No están a la altura de escuchar lo que sucede, lo que sucedió y que quede un registro de todas las víctimas. Tengo más de 200 testimonios de gente que pasó situaciones peores. Sol pidió por sus derechos. Buscamos justicia, verdad y memoria a partir de lo que pasó desde el 2020 en adelante”, cerró.

El otro testimonio fue de Francisco Luna, cacique de la comunidad wichí en Formosa, quien denunció que “en el tiempo de pandemia fuimos privados de libertad” y “aprovecharon el abuso y marginación a nuestros derechos como ciudadanos”. “En Formosa tenemos un gobierno que se adueñó hasta muchas veces la cultura, en un sector de la comunidad dijo que él (por el gobernador Gildo Insfrán) que era el cacique general”. 

“En la cuarentena vivimos la marginación, humillación y maltrato de nuestras personas”, aseveró Luna y recordó que él fue detenido por la policía y luego de haberle hecho el hisopado, y decirle que era positivo, fue trasladado a un centro de aislamiento. “El pueblo originario fue abusado aprovechando esa pandemia; hubo torturas, muchos fueron escapando de una comunidad a otra para que no los aislen”, agregó. 

En la intervención de los legisladores, Cecilia Ibáñez (MID) reveló un hecho personal: “En el año 2020 falleció mi tío Rodolfo Francisco Brandorini en Córdoba; nosotros somos todos cumplidores de la ley y Córdoba fue uno de los lugares donde más restricciones hubo. No hubo posibilidad de hacerle un velorio y estuvo solo, porque ninguno de sus hijos pudo venir”. “Él fue como un padre para mí, era un hombre extraordinario”, expresó con la voz quebrada y resaltó que la foto de la fiesta en la quinta de Olivos “es una daga al corazón”.

Por su parte, Karina Banfi (UCR) consideró que se debe “re-encauzar el rol del Estado; durante la cuarentena se rompió algo indispensable que es la humanidad. Lo que ofreció el gobierno fue el odio a la humanidad, no permitirle a un padre ver a su hija, escoltarlo con la policía, hablar de fronteras entre provincias, que tenga que seguir pidiendo Justicia. A nosotros lo que nos toca es cambiar ese rumbo”.

En tanto, Fernando Carbajal (UCR) afirmó que “el proceso de curación requiere de reconocer quiénes son las víctimas; negar a alguien la condición de víctima es lo más doloroso que se le puede hacer. Algunas ausencias del día de hoy implican esa negación y dejan la herida abierta. El testimonio de las víctimas es lo que va a terminar asegurando la verdad y la memoria. No sabemos si será suficiente para traer Justicia, pero sí va a ser la base para tener memoria, que no repitamos las mismas acciones y que no haya nuevas víctimas en el futuro”.

 

Con un debate centrado en la presencialidad en las escuelas, el oficialismo logró aprobar el DNU sobre restricciones en pandemia

El senador porteño Mariano Recalde embistió duramente durante su exposición contra el jefe de Gobierno porteño, afirmando que la situación sanitaria de la Ciudad es “catastrófica”.

Por 38 votos a favor y 26 en contra, el oficialismo logró imponer su mayoría en el Senado para aprobar el decreto de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo nacional que reglamenta diferentes medidas sanitarias para mitigar la segunda ola de contagios.

Fue en el marco de un breve debate que fue abierto desde la oposición por el senador salteño Juan Carlos Romero, quien cuestionó y rechazó el DNU puesto en debate al considerar “una exageración esta prórroga”, recordando que el decreto con restricciones “se emitió 24 veces, para prorrogar las medidas de encierro”, algo que consideró “absolutamente exagerado”.

Para el senador del Peronismo Federal, “no se cumple con los requisitos y las limitaciones que la Constitución establece”, advirtiendo que con esta disposición “el Poder Ejecutivo Nacional avanza sobre la educación y se violan absolutamente los principios de autonomía de las provincias”.

El oficialismo impuso su mayoría. (Foto: Comunicación Senado)

El plato fuerte del debate correspondió al representante del Frente de Todos por la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Recalde, quien dedicó su exposición a fustigar al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Lo hizo al señalar que frente a un decreto impulsado en el marco de las “medidas urgentes que hay que tomar sin demora” en plena pandemia, “hay un jefe de Gobierno que lanzó su campaña a presidente y entendió que era parte de su campaña quedar bien con los anticuarentenas, los antivacunas, con los libertarios, y empezó a hacerse el más flexibilizador, creyendo -en mi opinión equivocadamente- que con esto le iba a rendir mejor electoralmente”.

“No tengo la menor duda de que esto fue lo que empujó al jefe de Gobierno de la Ciudad a ir separándose de la estrategia común que llevaba adelante la mayoría de las jurisdicciones”, apuntó.

Para Recalde, esta diferenciación de parte de Rodríguez Larreta con el Gobierno nacional comenzó a darse a principios de año, con lo que definió como “el anuncio marketinero y ventajero sin tener ninguna condición preparada, sin tener medidas establecidas, sin inversión en infraestructura escolar, para llegar primero con el anuncio de las clases, que por supuesto no pudieron hacerse como se habían anunciado”.

Recalde sostuvo que el jefe de Gobierno “después se fue diferenciando con más medidas”, y citó en ese sentido que justo cuando en la Casa de Gobierno se desarrollaba una reunión de los jefes de Gabinete de la Nación, provincia de Buenos Aires y de CABA, él firmaba con los dirigentes de Juntos por el Cambio “una carta abierta que decía que no iba a aceptar ninguna medida sanitaria, rompiendo el diálogo”.

“Y ahí vino después un decreto para el que no se lo consultó, porque ya habían dicho que no lo iban a cumplir”, agregó el senador kirchnerista, que hizo referencia luego a la apelación por parte de la Ciudad a la Corte Suprema de Justicia.

Recalde afirmó a continuación que “la Ciudad de Buenos Aires evidenció el más rotundo fracaso en la política de atención y combate a la pandemia; es el distrito que tiene los peores indicadores, al que peor le fue. Tiene 402 personas fallecidas cada cien mil habitantes; el que la sigue tiene casi la mitad, y abajo Misiones, con 23 fallecidos cada cien mil. 402 contra 23, y nos quieren dar clases de cómo atender la pandemia… La verdad que les fue muy mal”, remarcó, asegurando que la Ciudad “está en una situación catastrófica; el sistema sanitario está al borde del colapso”.

“¿Qué pasó entonces para que Horacio Rodríguez Larreta, cuando había muchos menos casos aceptó estar un año sin presencialidad en las escuelas, y de golpe empezó a confrontar con el presidente y la desobediencia a una medida muy concreta y puntual: la suspensión de la presencialidad escolar 15 días”, se preguntó.

Recalde leyó después una investigación del Conicet que concluyó que un contexto de alta circulación viral contribuye significativamente a disminuir los contagios y por ende a las internaciones y fallecimientos. Luego citó documentos de revistas internacionales como Nature y The Lancet, que sostuvo afirman que “los cierres de las escuelas son eficaces” en tiempos de pandemia.

Por el contrario, disparó que a Juntos por el Cambio “les agarró el ataque por defender la educación; un ataque repentino que no tuvieron mientras fueron gobierno y que no tienen mientras son gobierno (en la Ciudad) hace 14 años”, afirmando que allí “baja año tras año el presupuesto destinado a la educación, hoy tiene el presupuesto más bajo de toda su historia, y es el distrito que menos porcentaje destina a la educación”.

E insistió: “Les agarró un ataque repentino por defender la presencialidad, cuando Macri se hizo famoso por decir que en la educación pública se cae, es un lugar residual adonde va quien no tiene recursos”.

Recalde concluyó reprochándole al Gobierno porteño haber suspendido las clases presenciales y virtuales los tres días alcanzados por el último decreto del PEN, y no haber mandato tampoco comida a las escuelas esos días.

La réplica opositora

Tras su intervención y antes de pasar a la votación, pidió intervenir la senadora Guadalupe Tagliaferri, por haberse sentido aludida como senadora de la Ciudad. Al planteársele que su intervención solo podía justificarse a través de una cuestión de privilegio, la dirigió al senador Recalde, por considerar que había sido aludida cuando dijo que una senadora había calificado el documento del Conicet como “un panfleto”.

“No se pueden usar este tipo de artimañas; hay que tener disciplina”, se quejó el jefe del bloque Frente de Todos, José Mayans, que advirtió que se estaba alterando lo acordado en Labor Parlamentaria, y que Recalde no había sido irrespetuoso. “Es una deslealtad parlamentaria”, concluyó.

La senadora Tagliaferri salió al cruce de Mariano Recalde (Foto: Comunicación Senado)

Tagliaferri aclaró que sería muy breve, y tras afirmar que nunca había calificado de “panfleto” el documento del Conicet, se manifestó “orgullosa de haber dicho que para nosotros la educación cada día cuenta. Lamento mucho que para todos los senadores sea lo mismo un día más o un día menos”.

Afirmó luego que el presupuesto educativo en la Ciudad había vuelto a aumentar y afirmó que “hay un montón de documentación que manifiesta el daño psicológico y pedagógico que genera no ir a la escuela”.

Concluyó asegurando que en la Ciudad se habían construido 54 escuelas nuevas, y habilitado 10 mil vacantes más, cosa que rechazó a continuación Recalde con otra cuestión de privilegio, en la que sostuvo que muchas de esas direcciones asentadas por el oficialismo porteño como nuevas escuelas “son baldíos”.