El candidato libertario se quebró al aire, admitió haber viajado más de 17 veces en el avión del empresario detenido por narcotráfico Federico ‘Fred’ Machado y reconoció que estuvo en su casa. Negó haber sabido de sus actividades ilícitas y ratificó que seguirá en campaña con el apoyo del presidente Javier Milei.
El diputado nacional y primer candidato de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, brindó este sábado una extensa entrevista en Radio Mitre, en la que se quebró en varias oportunidades al referirse a la denuncia que lo vincula al empresario acusado de narcotráfico Federico “Fred” Machado.
“No puedo creer lo que te puede hacer la política y también siento bronca contra esta basura de (Juan) Grabois, poniéndome a la par de él: un delincuente”, dijo al borde de las lágrimas. Y agregó: “Mentalmente estoy con todo, pero por dentro estoy roto por el estrago que el hijo de puta de Grabois hizo con mi nombre y con el de mi familia”.
Espert admitió que viajó más de 17 veces en el avión de Machado: “En total fueron 35 vuelos, entre ida y vuelta, alrededor de 17 viajes a destinos diferentes, a donde íbamos a presentar el libro o hablar de las ideas de la libertad”. Explicó que “Machado hizo lo que hizo para apoyar las ideas de la libertad y por admiración. Y nunca me pidió nada a cambio: sólo quería acompañarme y aportar para trasladarnos. Por mi parte, pequé de ingenuo y confié”.
Durante la entrevista con Gabriel Anello, que fue de tono amable y en la que en ningún momento Espert fue incomodado, también reconoció que estuvo en la casa del empresario en Viedma. Al ser consultado por el video que circula, respondió: “Mirá, yo te diría que es muy probable que sea cierto”. Luego, ante la repregunta, admitió: “Sí, pero yo he estado ahí. Sí, he estado ahí”.
“No tenía idea de que Machado podría estar involucrado en las cosas que se denuncian. En 2021, cuando me enteré del pedido de captura internacional en su contra, no podía creer que era narco”, recordó. “No lo definiría como amistoso de ninguna manera. Si me hablás antes de que se supiera que era narco, era una relación razonable. Después de narco, para mí es cárcel o bala”, subrayó.
Sobre el pago de 200 mil dólares recibido por intermedio de Machado, Espert aseguró que correspondió a un trabajo profesional: “Hay una empresa que se llama Minas del Pueblo, cuyo gerente general era Iván Morales, pero Machado era el dueño. Yo el contrato lo firmo con Machado. Era un trabajo muy profundo, profesional de economista, la reestructuración de la deuda de la empresa en 2019”.
“Firmé ese contrato en 2019, antes de ser candidato, y cobré una parte en 2020. Después se interrumpieron los pagos por la cuarentena porque yo debía haber viajado a Guatemala y no viajé. Y cuando me enteré de que era narco, dije: ‘chau, andá a cagar, ni en pedo te cobro un mango más’”, explicó. Y agregó: “No fue responsabilidad mía, yo ya había hecho una parte gorda del trabajo”. La plata reconoció que no la devolvió.
El legislador insistió en que seguirá en carrera electoral: “De ninguna manera pienso en renunciar, mucho menos con el apoyo que el presidente me ha brindado”. Contó que fue él quien le pidió reunirse con Javier Milei en Olivos: “Él es un amigo y siempre que le pido hablar, accede. Estuve con él, pero nunca pensé en renunciar ni él me lo sugirió”.
“El presidente no se engaña, porque esto es un intento de los orcos para volver a gobernar el país y hacerlo más miserable. Seguiremos a pesar del linchamiento mediático”, afirmó Espert. Y agregó: “El primero que me habría pegado una patada en el ojete es Javier Milei, porque lo que dice, lo hace. Él no quiere corruptos en el gobierno”.
Durante la entrevista, que duró cerca de 50 minutos, Espert se quebró varias veces: “La estoy pasando muy mal. Es un momento muy angustiante. Con mucha bronca, con muchas sensaciones muy mezcladas”.
“Solo por haber estado un año dedicado a la política, en 2019. Después de cuarenta años de decir lo mismo todos los días sobre las ideas de la libertad, hago política y en un par de años era narco. No lo puedo creer”, expresó con la voz quebrada.
El economista habló también del apoyo de su entorno: “Mi lado A está roto, el lado afectivo. Mi esposa, mis hijos, mis hermanos, mis amigos también. Pero mi lado B es el que me mantiene de pie, el que me vincula con la indignación, con la bronca, con las ganas de seguir batallando. De ninguna manera bajarme”.
Y concluyó con un mensaje político: “Cuidado, que detrás de esto están los orcos, no la princesita. Están los que transformaron a la Argentina en una villa miseria, los que tiraban los bolsos en los conventos de monjas. Con el respaldo del presidente, voy a seguir peleando por las ideas de la libertad en la provincia de Buenos Aires”.