Mujeres, PyMEs y la dirigencia gremial empresaria

Por Mauro González. El empresario PyME textil sostiene que hace falta una nueva manera de pensar la gremial empresaria con plena participación e igualdad de oportunidades.

Independientemente de nuestras expectativas, es innegable que se avecinan tiempos todavía difíciles para el sector PyME. Sabemos que contamos con el apoyo de un Estado presente y comprometido con el desarrollo nacional. Pero para atravesar esta situación, más que nunca, necesitamos del respaldo de la sociedad. Debemos estar cerca de la sociedad. Para ello, es fundamental discutir el rol de las mujeres en la actividad gremial empresaria. 

Son conocidos los prejuicios que atañen al sector empresario. Y aún siendo cuidadosos con las generalizaciones y entendiendo de matices, resulta bastante difícil refutarlos. Porque es cierto que las entidades gremiales empresarias reproducen sistemáticamente estructuras que propician el abuso de posiciones de poder y la invisibilización del trabajo de las mujeres. 

Quienes piensen que las instituciones que representan al sector productivo pueden desenvolverse en una sociedad dándole la espalda a los reclamos que esta fórmula, no les quedará más que ver a esas instituciones derrumbarse. Y si de algo tenemos certeza es que sobre este tema la sociedad ya se ha expedido. El lugar de las mujeres en la dirigencia gremial es un hecho. Seguir ocultándolo solo logra obstaculizar el desarrollo de nuestra actividad. 

Es imposible hablar de entidades democráticas sin paridad ni renovación de cargos. No podemos ser representativos si no somos plurales. No podremos siquiera pedir equidad en el mercado si no podemos garantizarla en nuestras instituciones. Al negarles la posibilidad de acceder a puestos dirigenciales, estamos negando todo el trabajo que las mujeres llevan adelante. 

Un cambio cultural es lo que necesitamos. Una manera de pensar la gremial empresaria con plena participación e igualdad de oportunidades, dónde los dirigentes solo puedan ser valorados por su trabajo, visión y compromiso. No se trata esto ya de estar actualizados. Es una cuestión de supervivencia. Se avecinan tiempos todavía difíciles. Vamos necesitar de los y las mejores. 

De esta pandemia salimos con más Estado

Por Mauro González. Para el autor, estamos ante la posibilidad de construir un modelo alternativo de acumulación que sustituya las lógicas siniestras del capitalismo de exclusión.

Hacia finales de junio, mientras la opinión pública reavive la discusión sobre los términos del aislamiento social, la realidad arrojará un dato inapelable: el Estado argentino habrá ejecutado un paquete de asistencia de 1,7 billones de pesos, equivalente al 5,6% del PBI. Si bien las consecuencias socioeconómicas de la pandemia son ineludibles, una intervención de esta magnitud ha permitido la implementación de programas contracíclicos que pudieran amortiguar el impacto de la crisis. No solamente en los sectores más vulnerables, sino que también en respuesta al mundo del trabajo y la producción.

Este esfuerzo excepcional en materia económica derrumba todo tipo de especulación sobre las prioridades del gobierno. Más aún si sumamos la inversión en infraestructura para reforzar el sistema sanitario y -como si fuera poco- el avance en materia científica para el desarrollo de insumos críticos desde organismos públicos. En un mundo atravesado por la incertidumbre, la pandemia nos deja la certeza que la única manera de enfrentarla es con un estado presente.

No debemos permitir que la idea de un Estado presente se convierta en un eufemismo de asistencia o salvataje. Es menester pensar esta presencia en términos de desarrollo sustentable e inclusión. El Estado debe estar presente en la planificación de la producción y en la redistribución de las ganancias que esta genere, porque de otra manera, quienes hasta ayer discutían su intervención y hoy se benefician de ella, también pedirán que el estado se retire cuando la crisis comience a hacerlo.

En coincidencia con el cierre de este trimestre, los pequeños y medianos empresarios argentinos, que hemos tenido las puertas cerradas desde el comienzo de la pandemia, deberemos hacer frente a los salarios complementarios. Y nuevamente será el estado el único que pueda darnos una respuesta a esta situación. Pero entendamos desde ahora que esta intervención debe pensarse como una apuesta concreta por cuidar la base productiva del país y a sus trabajadores, porque seremos nosotros los principales actores en la reconstrucción de nuestra economía.

Estamos ante la posibilidad de construir un modelo alternativo de acumulación que sustituya las lógicas siniestras del capitalismo de exclusión. Debemos pensar en el desarrollo de una economía nacional que privilegie la producción por sobre la especulación financiera. Un modelo que genere puestos de trabajo dignos y fortalezca el mercado interno. Que promueva el avance tecnológico de la industria nacional y agregue valor para competir en el mundo. Este escenario ideal puede convertirse en realidad. Es el momento histórico indicado. Por y para esto, necesitamos un estado presente.

Mauro González es empresario Pyme textil. Presidente de CECREDA (Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino)