La iniciativa fue tratada y pasó a la firma en una reunión conjunta de comisiones de la Cámara de Diputados, cuya autoría es de la diputada Mónica Macha (UP).
En el marco de una reunión conjunta de las comisiones de Cultura y de Mujeres y Diversidad, presididas por las diputadas Silvana Ginocchio (UP) y Mónica Macha (UP) respectivamente, se puso a consideración un proyecto de resolución para declarar de interés de la HCDN, una campaña de impacto social de la película argentina “La Mujer de la Fila”.
El encuentro se llevó a cabo este martes en la Sala 1 del 2° piso del anexo A de Diputados, donde la titular de la Comisión de Cultura precisó que se trata de una película argentina española basada en la vida de Andrea Casamento.
“Esta película es un proyecto de vanguardia, se estrenó el pasado 4 de septiembre y es finalista entre las películas argentinas preseleccionadas para competir en los premios Oscar y los Goya de España”, introdujo la diputada Ginocchio, refiriéndose al drama que dirige Benjamín Ávila y cuenta con el protagónico de Natalia Oreiro en el rol de Andrea Casamento.
Al tomar la palabra, Macha –autora de la iniciativa- explicó: “Andrea es una mujer que, en algún momento de su vida, encuentra a uno de sus hijos acusado falsamente y privado de la libertad durante seis meses y se encuentro con el Poder Judicial y el servicio penitenciario”.
“Como muchas mujeres, organiza de ahí en más su vida cotidiana en función de las visitas, de cómo está de salud su familiar, y queda pendiente de todo lo que implica su encierro y estar pendientes del acceso a la comida. No hay una mirada de qué pasa con los familiares cuando una persona está detenida, esa es la mirada social del film”, añadió Macha.
“Frente a esta falta de organizaciones vinculadas a mujeres que pudieran acompañarse, es que Andrea crea la Asociación Civil de Familiares de Detenidos (ACIFAD), que comienza a funcionar en 2008 y ayudar a las mujeres en este sistema del servicio penitenciario porque las visitas son situaciones de maltrato. Ellas también están presas”, evocó la diputada de Unión por la Patria.
Con relación al proyecto que declara de interés de la Cámara baja la concientización vinculada al film, Macha fundamentó que “la campaña busca medir el impacto de quienes ven la película, saber si algo de lo que sucede en la misma les llega, si les modificó su percepción, porque la construcción para modificar tales situaciones es una construcción social”.
“Se trata, además, de una temática pocas veces abordada, y de cine argentino; cine que problematiza nuestras cuestiones, nuestros dolores complejos, y posibilita por ello su tratamiento”, concluyó la titular de la Comisión de Cultura.
Finalmente, el diputado Eduardo Valdés (UP) propuso realizar “un homenaje al equipo que se animó a hacer esta producción”. “Podemos invitarlos al micro cine de la Biblioteca del Congreso, y pasar la película para todos los diputados - sugirió Valdés -, porque son de esas cosas que merecen verse, sobre todo, por quienes podemos hacer leyes para mejorar esa situación”.
Fue en el marco de un acto celebrado en el Salón Dorado del Palacio Legislativo, donde se resaltó el papel “pionero” de ese colectivo, para exponer modelos de perfección y de belleza que se les plantean a las mujeres, que sabemos que traen consecuencias nocivas.
La Legislatura de la Ciudad entregó el diploma que acredita el Interés Cultural al reconocido proyecto colectivo “Mujeres que no fueron tapa”.
El acto se celebró en el Salón Dorado de la sede parlamentaria, y contó con la presencia de los legisladores Juan Manuel Valdés -también impulsor de la declaración- y Lucía Cámpora, ambos del FdT. Y las integrantes del grupo Paula Bisio, Soledad Gey, Sandra Martínez, Mara Granado y su fundadora, Lala Pasquinelli.
En la apertura de las alocuciones, Valdés afirmó: “Es el momento de reconocer una labor que se da en el marco de las relaciones sociales y de la cultura, para romper con redes de violencia”. A su vez, advirtió que es necesaria una “revolución simbólica” desde el punto de vista de la representación por los medios dominantes.
“Este colectivo ha sido pionero en exponer estos modelos de perfección y de belleza que se le plantean a las mujeres, que sabemos que traen consecuencias nocivas”, comentó. Y concluyó que la Ciudad de Buenos Aires debe “pasar a la vanguardia en materia de igualdad de género y en materia de desnaturalización de las desigualdades”.
Por su parte, Cámpora resaltó: “A todas nos hacen reflexionar mucho con lo que llevan adelante, nos hacen cuestionarnos. Esto es una reivindicación en pos de la igualdad de género”. Y sumó: “porque decimos vivas nos queremos, también tenemos que reconocer éste tipo de iniciativas que precisamente fortalecen la construcción de una sociedad con igualdad y oportunidades, sin violencias machistas. Y en la que las pibas podamos cumplir esos sueños que el patriarcado pretende arrebatarnos”.
Finalmente, Pasquinelli -que también es artista visual y activista feminista- agradeció a la Legislatura por la declaración e informó que ellas unen puntos que permiten “entender esta violencia más socialmente reconocida, como es el femicidio o la violencia sexual, y que está sostenida en un montón de otras violencias más sutiles, mucho más normalizadas”.
Apuntó que también construyen pedagogías que les permiten “cuidarnos a nosotras mismas, cuidar a las otras y hacer circular esos saberes y aprendizajes”.
"Mujeres que no fueron tapa" es un colectivo activista y feminista que trabaja desde hace años en mostrar y difundir la forma en la que la cultura masiva edifica y reproduce sistemáticamente estereotipos de género y mandatos. A través de sus redes sociales visibilizan y analizan el relato hegemónico para desnaturalizarlo, transformarlo y así construir otras voces, con historias de mujeres que se construyen por fuera de dicha narrativa. Además, sus iniciativas también llegan a las escuelas, en el marco de actividades que realizan junto a docentes. Su contenido ya alcanzó a 700 mil estudiantes.
En los últimos dos años crearon dos campañas muy importantes y masivas. Una de ellas es “Hermana, soltá la panza”, donde desafiaron el mandato de lograr la delgadez para el verano y para la que más de 10 mil mujeres enviaron fotografías, que finalmente se expusieron en el Centro Cultural Recoleta. La segunda iniciativa es “Hermana, soltá el reloj” con el objetivo de desarmar el discurso que sentencia que la vida de las mujeres termina antes de los treinta años.