En contra de la derogación de la Ley del Libro, Pampin afirmó que “esta ley al Estado argentino le cuesta cero peso”

El presidente de la Cámara Argentina del Libro señaló que esa medida provocaría la concentración e iría en contra de la competencia, además de permitir que el precio de los libros “no tenga techo”. 

En el plenario de comisiones que debate el proyecto de ley ómnibus, Juan Manuel Pampin, presidente de la Cámara Argentina del Libro, manifestó “la oposición a la derogación de la Ley 25.542, comúnmente conocida como defensora de la actividad librera, que fue promulgada por acuerdo de todo el sector en el año 2001, durante la presidencia de Fernando de la Rúa”.

“Esta ley al Estado argentino le cuesta cero peso y solo ofrece un marco regulatorio justo para todos los actores de nuestra cadena comercial”, enfatizó y detalló que la norma “dispone que los editores o los representantes oficiales, en el caso de material importado, deben definir un precio único para los libros que publican y el precio debe respetarse para todos los vendedores”. 

En ese sentido, “el espíritu de esta ley entiende que el libro no es solo una mercancía, sino un bien cultural a través del cual se propagan las ideas y el conocimiento”, explicó y defendió que “el establecimiento de un precio único para cada libro que se publica en nuestro país ubica a todas las librerías, cualquiera sea su tamaño, en situación de igualdad, permitiendo la coexistencia y competencia en múltiples puntos de venta”. 

“La pluralidad y diversidad de librerías es fundamental para garantizar el acceso al libro y la lectura en todo el territorio nacional. Caso contrario, las plataformas y grandes superficies son las que acaparan el mercado de venta del libro, eliminando la competencia, concentrando el mercado y determinando qué se lee y, por consiguiente, qué se publica”, advirtió. 

Pampin expresó que “nuestra ley es actualmente modelo de otros países de la región, que están trabajando para conseguir un logro semejante” como México, Chile y Colombia. En tanto, ejemplificó que en Inglaterra “cuando se derogó el establecimiento de un precio fijo, desaparecieron un tercio de las librerías y el precio de los libros tuvo un importante aumento”.

“Liberar el precio podría provocar que baje el precio, pero eso será por un tiempo para luego poder subir sin techo”, alertó y concluyó: “A contramano del proyecto de ley no estaríamos favoreciendo la competencia, sino la concentración. Como empresario pyme, siempre vamos a estar rompiéndonos el hombro para seguir laburando, solo pedimos que con esta ley no nos rompan la cabeza”. 

Advierten sobre la difícil situación en la que se encuentran las librerías históricas de la Ciudad

El diputado de Consenso Federal Eugenio Casielles indicó que está “trabajando con distintos rubros en un paquete de medidas paliativas”, por lo que sumó a este sector para conocer cuáles son sus necesidades frente a la crisis económica que profundizó la pandemia.

La pandemia del Covid 19 profundizó la crisis económica que atraviesa la Argetnian, el legislador de Consenso Federal Eugenio Casielles continúa reuniéndose con distintos rubros que se vieron severamente afectados por esta situación y ahora alertó acerca de las complicaciones que están viviendo las librerías históricas de la Ciudad.

Con la intención de agregar experiencias y propuestas por parte de este sector, mantuvo una reunión con dueños y empleados de diversas librerías, entre ellas Losada y Obel. Sobre esto, Casielles indicó que “recorrer la calle Corrientes buscando libros es un plan casi tradicional para los porteños e incluso para visitantes de nuestra ciudad. Ver tantos comercios cerrados y a las propias librerías esforzándose para poder pagar el alquiler o el ABL es muy doloroso”.

Sobre esa misma línea, precisó que “la presión y abandono que hay en calle Corrientes es descomunal. Es triste ver el cierre de locales históricos que recordamos desde nuestra infancia como Chiquilín, Pippo, La Paz, el Vesuvio” y destacó que “el cambio de la cultura de consumo de la sociedad provoca una menor circulación en la zona, y si no les damos una mano en este momento de dificultad, las persianas cerradas van a ser cada vez más”.

Además Casielles explicó que “el primer paso a la hora de buscar solucionar un problema concreto y particular, es ponerse en contacto con quienes lo enfrentan día a día” y partiendo de este punto de vista, Casielles visita restaurantes, librerías, comercios y teatros, con el objetivo de informarse de primera mano acerca de la situación.

Sobre esa misma línea, concluyó señalando que “la visión que tienen los porteños sobre las crisis que atraviesan es la más valiosa para poder enfrentarlas. Cualquier otra propuesta, sin cierto grado de experiencia concreta, puede no valer la pena”.

Lo cierto es que a lo largo de todo el año pasado muchas históricas librerías cerraron sus puertas definiticamente y en diciembre la librería de las Luces, otro emblema de la CABA, anunció que seguirá el mismo camino y puso en liquidación todos sus libros, esperan haber vendido todos los ejemplares en stock para junio del 2021.

El FdT porteño impulsó medidas para atender a la industria del libro

Se trata de un paquete de medidas que esa bancada presentó en la Legislatura porteña, a través de las cuales se prevé generar políticas públicas de promoción de librerías y editoriales independientes.

Luego de que el Gobierno nacional reestableciera el límite para la importación de libros, los diputados porteños del Frente de Todos (FdT)  impulsaron en la Legislatura de la Ciudad un paquete de tres medidas que buscan atender a la industria del libro, una de las más afectadas a raíz de la pandemia del Covid 19.

Una de esas iniciativas –todas las cuales son de autoría de Juan Manuel Valdés (FdT)- busca crear el programa “Leer en la Ciudad”, que consistente en la creación de un mercado virtual de libros con el objetivo de generar un mercado virtual de compra y venta de libros que fomente un espacio de comercialización justa, equitativa e igualitaria para pequeñas y medianas empresas de capital nacional de rubro librerías y editoriales de la Ciudad.

El texto establece que para que las librerías sean incluidas en esa web, las mismas no deberían poseer más de cuatro sucursales y no vendan sus catálogos únicamente de manera virtual. En cuanto a las editoriales, la medida alcanzaría a aquellas que hayan editado entre tres y 30 libros durante el periodo comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del 2019.

Además plantea que el programa no sólo estará disponible para la web, sino que también tendrá su propia aplicación para teléfonos celulares. En ambos casos la plataforma deberá contar con una serie de filtros: “catálogo de libros”, que incluirá búsqueda de libros en formato papel o digital, por autor/a, por editorial, por categoría temática, por año de publicación, por estado (nuevo/usado), entre otras que se consideren necesarias; la de “pequeñas y medianas empresas del rubro librerías”, que detallará las librerías por Comuna y temática; “pequeñas y medianas empresas del rubro editorial”, que incluirá búsqueda por autor, temática y año de publicación: “biblioteca virtual”, que tendrá materiales de descarga gratuitos; y “accesibilidad”, para garantizar que personas con discapacidad puedan utilizarla.

Por otro lado los legisladores propusieron crear una Comisión de Protección y Promoción de Librerías y Editoriales Notables de la Ciudad, integrada por representantes del Gobierno de la Ciudad y de la Legislatura, además de sectores de editoriales y librerías y de la Cámara Argentina del Libro, para generar políticas públicas destinadas a promover la industria del libro.

Mientras que el tercer proyecto es un pedido de informes acerca de las librerías notables de la Ciudad, a través del cual prevén conocer cuales fueron anotadas bajo ese registro, que requisitos se tomaron en cuenta para considerarlas de ese modo, entre otros puntos.

Al respecto de todas estas iniciativas, Valdés afirmó que “el objetivo es proteger al sector del libro en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” e insistió en que “la industria del libro viene padeciendo una fuerte crisis  en los últimos años que se vio agravada por la pandemia”.

“Editoriales y librerías independientes se encuentran en una situación muy grave por la caída en la producción y venta y desde el Gobierno de la Ciudad no se han tomado medidas para cuidar a una de las industrias culturales más emblemáticas de nuestro país”, señaló y recordó que “somos la ciudad con más librerías del mundo, debemos promover políticas públicas que protejan y promocionen a la industria”.

En tanto desde la Cámara Argentina del Libro celebraron “las iniciativas legislativas que acompañan al sector editorial y librero pyme de la Ciudad de Buenos Aires” y concluyeron advirtiendo que se trata de “un contexto muy crítico para el sector, es imprescindible que se generen políticas públicas que promuevan y fomenten el libro argentino”.

Los proyectos fueron acompañados por María Rosa Muiños, María Bielli, Matías Barroetaveña y Manuel Socías (FdT).

Por la pandemia, piden eximir del pago de impuestos a las librerías independientes

Juan Manuel Valdés presentó en la Legislatura porteña un proyecto a través del cual prevén que dichos comercios no paguen el ABL mientras dure la pandemia y que puedan acceder a subsidios.

Debido a la crisis económica que atraviesa el país y la Ciudad a causa de la pandemia del coronavirus, el diputado Juan Manuel Valdés (FdT) impulsó en la Legislatura porteña un proyecto de ley para eximir del pago de ABL a las librerías independientes (aquellas que cuentan con local de venta a la calle, no posean más de una sucursal y no vendan sus catálogos únicamente de manera virtual) radicadas en la Ciudad.

La iniciativa contempla, además, el otorgamiento de subsidios para el pago de alquileres y de servicios de las instalaciones en el marco de la pandemia por Covid 19. De esta manera, la propuesta plantea que se le entregue por el plazo de seis meses o lo que dure la pandemia, un subsidio mensual del 80% para el pago de las tarifas de los servicios de agua, gas y electricidad que correspondan al uso de sus instalaciones. Mientras que lo respecta a los subsidios por alquiler, se les otorgue a las librerías un canón de, aproximadamente, 25 mil pesos.

Al respecto de la iniciativa Valdés expresó que “trabajamos este proyecto junto a las librerías independientes, esto es las que tienen sólo un local y se dedican tanto a la venta al público como al comercio electrónico” y consideró que “son un sector que distingue a nuestra ciudad por sobre el resto de las principales capitales del mundo. Vamos a pedirle al Gobierno de la Ciudad que cuide especialmente este sector”.

Además indicó que “la relevancia que toma este tipo de medidas en la Ciudad queda demostrada cuando vemos que el 75% de la actividad editorial-librera se encuentra en el Área Metropolitana de Buenos Aires. A nivel país, la pandemia por Covid 19 afecta a 1200 librerías y en el mes de abril el 100% de las librerías se vieron afectadas”.

“Las industrias culturales son una enorme riqueza de nuestra Ciudad. Generan miles de puestos de trabajo y producen conocimiento. La iniciativa que presentamos intenta ser una herramienta que permita una morigeración de los efectos negativos de la pandemia sobre la economía del sector”, concluyó.

El proyecto fue acompañado por María Bielli, Claudio Morresi, Santiago Roberto, Laura Velasco, Matías Barroetaveña, Leandro Santoro y Lucía Cámpora (FdT).