Acuerdo con el FMI: Massa afirmó que “no va a usar un solo dólar de las reservas para pagar el vencimiento”

El ministro de Economía confirmó que usará un crédito del Banco de Desarrollo Latinoamericano y parte del swap ampliado con China para pagar en yuanes. El tigrense sostuvo que, esta manera, “protegemos las reservas en un año”.

El ministro de Economía y precandidato presidencial por UP, Sergio Massa, anunció este lunes que el Estado nacional utilizará un crédito del Banco de Desarrollo Latinoamericano y parte del swap ampliado con China para pagar en yuanes el próximo desembolso al Fondo Monetario Internacional y afirmo que “no va a usar un solo dólar de sus reservas para pagar el vencimiento”.

El titular del Palacio de hacienda cuestionó que “el acuerdo con el Fondo es probablemente la peor herencia del gobierno anterior, básicamente porque se trata de una deuda que no está ni en rutas, ni escuelas, ni hospitales, ni en ninguna mejora ni para las empresas, ni para las familias argentinas”.

“Terminó siendo un programa que solo sirvió para financiar la salida de capitales de la Argentina allá por el 2018-2019. Pero Argentina debe convivir con ese acuerdo y debe resolverlo hasta tanto pueda pagarlo y transformarse nuevamente en un país soberano”, criticó.

El pasado viernes, Massa dio a conocer un acuerdo técnico en el marco de la quinta y sexta revisión, denominado Staff Level Agreement, que permitirá que entre el 17 y el 21 de agosto, Argentina, a través de la aprobación en el directorio o board del Fondo Monetario Internacional, tenga la posibilidad de tener acceso a 7.500 millones de dólares de desembolso durante el mes de agosto, así como también a la posibilidad con una nueva revisión de un segundo desembolso en el mes de noviembre.

“Aparecía frente a esta decisión y a este acuerdo, la incertidumbre alrededor de los pagos que en el día de hoy debía realizar la Argentina”, expresó el funcionario. En esa línea, confirmó: “Quiero llevarles tranquilidad, Argentina no va a usar un solo dólar de sus reservas para pagar el vencimiento del día de hoy”.

Así, contó que el día viernes, a partir de un acuerdo con el Banco de Desarrollo Latinoamericano, más conocido como CAF, con la aprobación de 20 de los 21 países miembros y la decisión de toda la comunidad latinoamericana de asistir y fortalecer las reservas argentinas, se aprobó un desembolso de mil millones de dólares.

“En el día de hoy, el Banco del Pueblo Chino y el gobierno chino decidió ampliar el uso del segundo swap o del segundo tramo del swap que Argentina tiene con el gobierno chino, permitiéndonos que los 1.700 millones de dólares adicionales para completar el pago en el día de hoy de 2.700 millones de dólares, se realice en yuanes directamente desde la cuenta del segundo tramo swap de Argentina con China al Fondo Monetario Internacional”, afirmó Massa.

De esta manera, sostuvo que “protegemos las reservas en un año en el que al problema que representa la herencia de la deuda con el fondo, se agregó la peor sequía de la historia que nos costó más de 20.000 millones de dólares de nuestras exportaciones para este año y más de 5.000 millones de ingresos del sector público nacional como consecuencia de los impuestos que generan esas exportaciones”.

Nuestro desafío es en este marco seguir cuidando las reservas, mantener el nivel de actividad y las importaciones de bienes intermedios y bienes terminados que son claves para el funcionamiento y la producción de la economía argentina, entendiendo que además en esas importaciones está también en juego parte del trabajo de nuestras familias y de la producción y el precio de bienes”, planteó.

Por otro lado, agradeció al Banco de Desarrollo Latinoamericano y a los 20 países que “nos acompañaron en esta decisión de proteger las reservas argentinas para realizar el pago temporal al fondo hasta el momento de los desembolsos”. Extendió sus agradecimientos al Banco del Pueblo Chino y al Gobierno de China que “tomaron la decisión de realizar el desembolso y sobre todo la decisión de habilitar el segundo tramo del swap para garantizar que Argentina siga llevando adelante sus importaciones y en paralelo realice el pago al FMI”.

“Nuestra responsabilidad es, más allá de aquellos que intentaron que a la Argentina no le aprobaran operaciones o que plantean todo el tiempo palos en las ruedas, debe ser, es y debe ser, como equipo económico, la de garantizar el normal funcionamiento de la economía dentro de las restricciones que impone la deuda con el fondo contraída por el gobierno anterior y que impone la sequía más grande de la historia que reconozcamos los argentinos. Pero sobre todas las cosas nuestra responsabilidad es resolver problemas”, volvió a disparar contra la oposición.

Y agregó en tono electoral: “Vemos a muchos que vuelven a recetas viejas a la hora de intentar resolver los problemas de la Argentina y nosotros sentimos que, usando la geopolítica, con creatividad, con la asistencia de los países amigos de la Argentina, podemos ir transitando este puente para salir definitivamente de la crisis y encarar un camino de desarrollo que nos permita además mejorar el ingreso de los y las argentinas y las cuentas del Estado Argentino”.

“Esto es una enorme tranquilidad a la hora de mirar el funcionamiento de los mercados argentinos y el cuidado de nuestras reservas que hace a la fortaleza de nuestra economía y de nuestra moneda”, cerró.

Beatriz Ávila se manifestó preocupada por el “despilfarro político”

La senadora de JxC ponderó el compromiso de la oposición con la gobernabilidad, aunque reiteró el pedido de “austeridad del Estado”.

En su intervención en el debate sobre el proyecto de acuerdo con el FMI, la senadora de Juntos por el Cambio Beatriz Ávila, reafirmó su compromiso con “la gobernabilidad y la solidez institucional”, aunque reiteró el pedido de austeridad del Estado. 

La legisladora abrió su discurso reafirmando su “compromiso con la gobernabilidad y con la solidez institucional del país”, aunque señaló que, “por supuesto, no estamos de acuerdo con las medidas económicas que viene tomando este Gobierno hace dos años. Pero para nosotros los intereses nacionales están por encima de las mezquindades y pequeñeces políticas, por eso hoy estamos sentados acá”. 

Respecto al acuerdo con Fondo, consideró que “no resuelve problemas macroeconómicos, y que a nadie le gustaría votar esta ley”, pero que “hoy estamos acá porque tenemos esa responsabilidad”. 

Por otra parte, advirtió “contradicciones” en el rumbo del Gobierno: “Porque se pide bajar el déficit fiscal, y, sin embargo, vemos que instituciones como el PAMI nombran 206 personas en planta permanente. Se dice que hay que reducir el déficit y se crean nuevos programas, nuevos organismos”. 

“Es hora también que nosotros demos señales de austeridad, es hora de que demos señales de reducir el gasto público, que hoy ronda el 42% del PBI, en la década del 90’ era del 23%. Nosotros tenemos que dar el ejemplo a ese pueblo sacrificado, que hoy está siendo castigado, nosotros tenemos que dejar el despilfarro político, tenemos que tener ejemplos claros de austeridad”, agregó en este sentido la senadora tucumana. 

Y concluyó: “La sociedad está pidiendo que no quiere más grietas, está pidiendo que nos pongamos a la altura de las circunstancias. Que consigamos el consenso necesario y que pongamos el norte nuestro en el bien de todos nosotros. La sociedad nos está pidiendo que pongamos en agenda los temas que a ellos le preocupan”. 

Ávila cuestionó al Gobierno: “¿Quién va a pagar le ajuste?”

En su intervención en la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, la legisladora de JxC objetó el rumbo económico del Gobierno.

En la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado para el tratamiento del proyecto de ley que permite un refinanciamiento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, la senadora de Juntos por el Cambio Beatriz Ávila advirtió que ve “contradicciones en el Gobierno”, y que “el ajuste siempre pasa por el pueblo argentino”. 

“Usted, ministro, ha dicho que el gobierno se ha comprometido con el Fondo a reducir el déficit fiscal. Me pregunto quién va a pagar el ajuste porque en la realidad hemos visto que el Gobierno ya está tomando medidas, por ejemplo, el aumento de los combustibles, el aumento de la inflación, el cierre de exportaciones y también el incremento de valuaciones de inmuebles”, expresó la legisladora tucumana y agregó al respecto: “Va a ser un duro golpe para el sector privado y para muchos argentinos”. 

Además, la legisladora advirtió que ve contradicciones en el Gobierno: “Mientras el equipo económico pide un compromiso de reducir el déficit fiscal, por otro lado, vemos el déficit que tiene Aerolíneas Argentinas y nos enteramos que en el PAMI van a incorporar 206 trabajadores a planta permanente. Me parece una contradicción”, y concluyó: “El ajuste siempre pasa por el pueblo argentino”. 

Acordamos con el Fondo sin ir a fondo

Por Alberto Assseff. El diputado nacional de JxC sostiene que el acuerdo “lamentablemente no soluciona nada”, y que tal como encara el Gobierno la situación, “nada alienta ser optimistas”.

El presidente Fernández no sólo no tiene plan económico a pesar de que lleva 27 meses ejerciendo la titularidad del Poder Ejecutivo Nacional, sino que hace más de un año se ufanó de ello: “No tengo plan ni quiero tenerlo”, expresó terminante, inequívocamente. Rareza casi excepcional en el planeta: un gobernante surgido de una coalición política de ideología estatista, en la que priva y prima la idea de que todo lo resuelven las ‘políticas públicas’ – ya que al sector privado por lucrativo y angurriento hay que ir arrinconándolo y hasta rapiñándolo-, carece de planificación. 

Afrontamos como país nuevamente una cuestión de estrangulamiento del sector externo. Con el FMI tuvimos veinte problemas análogos desde 1956 cuando nos incorporamos al organismo. Estamos endeudados y no disponemos de los recursos financieros para afrontar los inminentes vencimientos. Plata hay, pero por espanto está afuera de los circuitos de la economía nacional. Nos pasó muchas veces en nuestra historia. En el siglo XIX – basta recordar el dramático llamado de Avellaneda -, en el XX y en el XXI. Es asunto recurrente y realmente hastiante. Buena parte del hartazgo de la ciudadanía tiene vinculación con la sensación – cada vez más agudizada – de que la Argentina no sólo no se caracteriza por solucionar sus problemas, sino que los acumula y los reitera. Parecería que se deleita problematizándose. Es recurrente. Tropieza veinte veces con la misma piedra. Se empecina por repetirse, en lugar de decidirse por la única opción que dispone, esto es cambiar. No lo digo por la identificación de la coalición a la pertenece mi partido nacional UNIR y a la que adscribo con convicción y mucha esperanza. Empleo el verbo cambiar porque es lo que debemos hacer. Racionalmente, si una y otra vez se fugan capitales, se frustran créditos foráneos – que se volatilizan y escurren en un santiamén, sin dejar otro rastro que la financiación de nuestros desequilibrios y de nuestra desconfianza-, no es admisible que sigamos insistiendo. 

El texto consensuado que votamos afirmativamente se limita a autorizar que el P.E.N. acuerdo las facilidades extendidas con el Fondo Monetario para postergar las obligaciones que vencerán a partir del 22 de marzo próximo. No votamos de madrugada un plan económico por dos motivos: porque eso le corresponde al Ejecutivo, no al Congreso y porque en verdad no hay, no existe plan, salvo un compromiso de reducir el déficit fiscal, sincerar las tarifas de los servicios – sin siquiera bajar el monto de los subsidios estatales- y aumentar la recaudación tributaria, en el contexto de una postergación de más de dos años de los pagos. En realidad, sí hay un plan, es el ‘plan postergar’ que incluye no cambiar nada a fondo. El presidente lo proclamó como una victoria: “No habrá reformas estructurales”. Precisamente lo que debió encararse, esto es grandes transformaciones y cambios estructurales en todas las áreas de la economía, del Estado, de los planes sociales, de la educación en ruinas, de la cultura del antitrabajo, del pobrismo como ‘bendecida’ condición para una espantosa igualdad – la de todos aplastados en la base social cada vez más ancha -, eso no afronta y existe indisimulada alegría de que no se haga nada de lo que imprescindiblemente hay que hacer. Desopilante. No hay otro vocablo para descalificar este obrar del gobierno ejecutivo. 

Dicen – y dicen bien – que “la crisis es una oportunidad”. La negociación con el Fondo era la oportunidad para acordar con el organismo – a partir de nuestra convicción y de nuestra imperiosa necesidad – un programa de reformas y de grandes obras infraestructurales como gasoductos, rutas, puertos y ferrocarriles, especialmente de cargas. Ideal para modelar un país más exportador, es decir más rico. No por imposición ajena, sino por autoexigencia. No porque nos aprieten desde afuera, sino porque estamos convencidos adentro de que así no podemos continuar. Pero no, el ejecutivo está empeñado en no cambiar, sólo quiere procastinar. Lo grave es que en 2024 estaremos ante otra crisis que pondrá otra vez en los titulares de la información que la Argentina no puede soportar los vencimientos y debe buscar nuevamente un acuerdo de facilidades. Así se irá agotando el aguante de la Argentina del llano, agobiada por una dirigencia redondamente incapaz y sumamente pusilánime o, peor, cómplice de esta espantosa decadencia. 

Se sabe que la Argentina piquetera es una vergüenza para los piqueteros y para la Nación entera. Se es consciente que proclamando las virtudes de la escuela pública quienes mandan en ella – los sindicatos y los ‘educadores’ sedicentemente progresistas- la están hundiendo. El otrora país orgulloso de estar a la vanguardia de la alfabetización, hoy se encamina raudo a la ignorancia, la melliza de la pobreza… Está comprobado que el intervencionismo estatal, el crecimiento elefantiásico del aparato burocrático, la asfixiante presión impositiva, la industria del juicio laboral y todas las lacras que traban a la Argentina privada están modelando un país literalmente inviable e invivible. Es irrefutable que el resentimiento contra los emprendedores, la envidia al éxito, la execración del lucro como expectativa legítima del esfuerzo y del mérito nos están depositando en el abismo. Sin 

embargo, con pertinacia se prosigue con ese rumbo suicida. Para colmo, en vez de esmerarnos en hallar el punto de encuentro entre la ecología y el progreso, el ambiente se deteriora cada vez más ostensiblemente, en medio de un país cada vez más pobre y atrasado. Sobran ecologistas y ambientalistas, pero faltan genuinos progresistas como por ejemplo un Julio Argentino Roca siglo XXI. Por eso ni siquiera podemos avanzar en plan del tipo del que sacó a Noruega de la pobreza, explotando con cuidado los recursos petrolíferos y gasíferos costa afuera que podrán brindar más us$100 mil millones y miles de empleos. Tenemos jueces que se distraen ante la injusticia, pero están atentos a salir en los medios como defensores de causas que tienen buena prensa. Así, 600.000 km2 de espacios marítimos prospectables esperan. Mientras, los argentinos cada día más pobres y el país inmerso en la mediocridad. 

Los jóvenes están más que desilusionados. No ven perspectivas. Las estadísticas avalan este pesimismo: entre los 18 y 25 años, el desempleo es del 16,4%, el doble del general. En las mujeres jóvenes esa horrible tasa alcanza al 24,6%. 

La narrativa no tolera los datos. La presidenta Cristina Kirchner asumió con us$179 mil millones de deuda y dejó el mando con 240 mil millones de débitos. La deuda es hija del país atrasado que se conflictúa redistribuyendo una riqueza cada vez más escasa y que insiste en que emitiendo papel ‘pintado’ de moneda se puede salir adelante. Se empecina en desalentar el trabajo y la producción a partir de incentivar la inversión y de resguardar el valor de su moneda. Así, la economía adolece de crédito. Bien lo decía Alberdi, el crédito es la columna vertebral de la dinámica económica. El sistema imperante se transforma en generador de pobres. Vamos igualándonos para abajo. Adiós a aquella esplendorosa movilidad social ascendente, a la clase media aspiracional de millones de argentinos que se esforzaban por superarse. Además, el presidente Fernández reprocha la deuda contraída por su predecesor, pero oculta un número incontrastable: lleva acumulando una deuda equivalente a 65.000 millones de dólares que subirá a 90 mil millones en diciembre de 2023. 

Hay que achicar el Estado. Debemos volver a los ocho ministerios que supimos tener en lugar de este sobredimensionado esquema de 21, con centenas de secretarías, subsecretarías, asesorías, organismos y una infinita gama de cargos inútiles y costosos. 

Más libertad, más Argentina privada, menos intervencionismo. Es la única y excluyente manera de que el país se reencuentre consigo mimo y retome el derrotero de la prosperidad. 

Este acuerdo con el FMI lamentablemente no soluciona nada de fondo. Más que ir al Fondo Monetario la Argentina debe exigirse a fondo para cambiar. No existe alternativa. Apoyamos la autorización para renegociar la deuda porque el escenario de default es horrendo para la Argentina y todo su pueblo. Empero, de este modo, tal como encara el gobierno ejecutivo la situación, nada alienta ser optimistas. Desgraciadamente. 

Pallares destacó el refinanciamiento alcanzado con el FMI

El senador bonaerense por el Frente de Todos, José Luis Pallares, destacó la posición tomada por gran parte de los sectores del oficialismo y de la oposición de Juntos.

Según el senador massista, para aprobar el refinanciamiento de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa se consagró como “el generador de ese consenso”.

“En la oposición primó la cordura. El propio Gerardo Morales reconoció que esta deuda fue tomada por el gobierno anterior, cuando quisieron hacer creer que era una responsabilidad de la sociedad. Hoy, los argentinos pueden despertarse con el mismo dólar que ayer y no con una explosión cambiaria. Ahora, la lucha contra la inflación puede ser más sencilla”, evaluó en declaraciones radiales.

Respecto a los legisladores de La Cámpora, liderados por Máximo Kirchner, que votaron en contra del nuevo acuerdo, remarcando las disidencias en el oficialismo, Pallares sostuvo: “Somos una coalición con miradas diferentes y mucho respeto por la diversidad”. “El derecho a opinar diferente no solo fortalece al Frente de Todos, sino a cada uno de los espacios que lo componen”, completó el senador lanussense.

En ese sentido, el legislativo massista sentó su posición en torno a un tema que generó controversias sobre finales del 2021. “Así como nosotros no estuvimos de acuerdo con la reelección indefinida y nadie nos señaló, hoy no estamos en condiciones de hacerlo”, remarcó.

Carlos Gutiérrez: “Nos alejamos del fantasma del default”

El legislador cordobés celebró el acuerdo logrado, aunque advirtió que sin entendimientos de fondo “el pueblo argentino seguirá sumido en la pobreza y la miseria”.

En su intervención en el debate sobre el acuerdo con el FMI, el presidente del bloque Córdoba Federal, Carlos Gutiérrez, valoró el proyecto arribado, aunque advirtió que “sin un acuerdo verdadero el pueblo argentino seguirá sumido en la pobreza”. 

“Creo que todos debemos valorar este acuerdo logrado. Ha requerido el esfuerzo de tratar de superar realidades de los distintos componentes de los bloques”, abrió su alocución el legislador cordobés. 

Y continuó: “Este logro demuestra que cuando se hacen esfuerzos y se pone la racionalidad que hay que poner, y aparece aquello que varios diputados aquí han exigido, que es la responsabilidad se supera la lógica de la grieta. Que es lo que venimos diciendo una y otra vez. Y si no tendemos a superarla definitivamente, con la cantidad y gravedad de temas que este Congreso va a tener que asumir en los próximos tiempos, las internas de las internas no van a contribuir en nada a resolver el problema de los argentinos”. 

Por esto el legislador señaló que “a pesar de habernos alejado del fantasma del default, de ninguna manera podemos pensar que hemos resuelto el problema de los argentinos”. 

Además, Gutiérrez apuntó al complejo escenario global en el que nos encontramos: “En pocas semanas el domino del tablero internacional ha cambiado a una velocidad alucinante. No hay tiempo para discusiones tontas, estamos llegando tarde a todos lados. Seguimos pagando muy caro la desidia y nuestros errores políticos como nación. Los de ahora, y los de antes”. 

Finalmente, el legislador cerró con una advertencia: “El acuerdo nos evita el abismo, pero si no entendemos la gravedad y la cantidad de problemas que se nos viene encima, si esto no encuentra un acuerdo en serio, Argentina no la va a pasar bien. Y gane quien gane en 2023 va a seguir sumiendo al pueblo argentino en la pobreza y en la miseria”. 

Fuertes críticas sindicales contra el acuerdo con el Fondo

Dirigentes de todos los sectores exponen este martes ante el plenario de comisiones que analiza el proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo para la aprobación legislativa.

Continuó este martes en el marco del plenario de comisiones de la Cámara baja el debate del acuerdo con el Fondo Monetario, con la presencia de representantes de los trabajadores, que no ocultaron sus críticas durísimas contra ese organismo, aunque no en todos los casos se manifestaron en contra del proyecto impulsado por el oficialismo.

Es el caso de Héctor Amichetti, de la Corriente Federal de los Trabajadores, quien dio su apoyo a lo que propone el Gobierno, pero se permitió hacer una serie de observaciones contra el texto del acuerdo suscripto. El dirigente recordó que en 2018 ese espacio había rechazado con movilizaciones el endeudamiento contraído en la gestión anterior, y tras comentar que esa gestión “no tuvo control alguno, ni pasó por el Congreso, ahora con esta gestión, “con un Gobierno que tiene la voluntad de resolver el problema, no tendría que tener ningún control sobre cómo saca el país adelante y cómo paga la deuda”.

Esa aclaró que es la postura de la Corriente Federal, pero a continuación expresó su preocupación por “cómo vamos a actuar construyendo la fuerza necesaria para sacar el país adelante”, y consideró entonces que “se necesitan planteos que unan a las mayorías nacionales”.

Puntualmente respecto del acuerdo con el Fondo expresó su preocupación con algunos puntos, por ejemplo “las limitaciones con el déficit que podemos tener, controlado por el Fondo”, la emisión monetaria y la reducción de subsidios. En este marco, advirtió sobre la “emergencia alimentaria” que a su juicio se vive hoy y planteó entonces la necesidad de establecer un cupo en las materias primas (maíz, trigo, carne) para el mercado interno “con precios absolutamente razonables y desenganchados de los precios internacionales”. Y sobre la inflación, habló de “un Estado con la participación de las organizaciones de los trabajadores, los sectores PyMEs, los cooperativistas, para que entremos en la estructura de costos de las grandes empresas productoras de insumos difundidos”.

“Desde allí se forman los precios”, advirtió pidiendo “actuar decididamente como pueblo organizado acompañando al gobierno”, de lo contrario, dijo, “no hay posibilidades de crecimiento”.

Desde ese mismo sector habló a continuación Carlos Minucci, quien recordó las luchas llevadas adelante por ese sector “para recuperar la dignidad perdida” y dejó claro el desacuerdo de ese espacio contra el endeudamiento en el Fondo. “Es un tema político que se tiene que debatir en la Cámara de Diputados, pero creemos que se está debatiendo olvidando al pueblo abajo. Acá cuando se habla de los ajustes, se habla de ajustes macro; y el problema está en el pueblo, lo está viviendo la gente en la calle, en los trabajos”.

“No todos los trabajadores argentinos tienen las paritarias que se ven en los medios de comunicación”, aclaró, para advertir más adelante sobre las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, por lo que llamó la atención para que “este acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sea redefinidido a través de la nueva estructura política que suscribió en el mundo”. Es que a su juicio “a los problemas propios de la Argentina aparecieron los problemas externos de la guerra, pero dentro de ellos se están olvidando que hay un pueblo donde el 40% sigue sin trabajo y sin comer”.

Luego fue el turno de Ricardo Peidró (CTA Autónoma), quien arrancó con una referencia al Día de la Mujer y su lucha en las calles, “con una consigna que es ‘la deuda es con nosotras, que la deuda la paguen los que la fugaron’”. También refirió al próximo 24 de marzo que se celebrará en unos días y su significación, con un modelo establecido que “aún llega hasta nuestros días”. Así, dejó claro de entrada la postura de la CTA Autónoma muy crítica contra la deuda.

Leyó a continuación los puntos por los cuales a grandes rasgos consideraban que en caso de aprobarse el acuerdo “se le van a abrir las condiciones para que vuelvan aquellos que son responsables de la situación a que nos sometieron”.

“El Parlamento no puede validar el endeudamiento macrista, ni eludir las denuncias sobre irregularidades e ilícitos cometidos por el Fondo Monetario Internacional”, disparó entonces el dirigente sindical.