Milei, en “fase 2”, vuelve a mirar de reojo el cepo

El mandatario buscó despejar dudas tanto con definiciones sobre los puntos centrales de su estrategia, como echándole la culpa de ello a una supuesta “mano negra” y un “plan desestabilizador” de su rival en el balotaje.

El presidente durante la entrevista difundida la noche del jueves en La Nación+, en la que volvió a cargar contra un banco.

Por Fernando Ramírez

El presidente Javier Milei tuvo esta semana una actividad pública de alto perfil, con el lanzamiento del Pacto de Mayo, que incluye a una decena de políticas públicas con las que busca consenso con los gobernadores, el Congreso y fuerzas políticas, empresariales y sindicales; y un sugestivo y esperado avance de las definiciones económicas, especialmente sobre su prometido anuncio electoral de liberar el cepo cambiario, que podría ocurrir recién el año próximo.

Dos semanas atrás, a horas de sancionarse la Ley de Bases en la Cámara de Diputados, Milei había considerado esa aprobación legislativa como un paso “fundamental” para ejecutar las ideas libertarias y, por eso, anunció la “Fase 2” de la economía, pero a esa declaración le siguió una conferencia de prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, considerada “confusa” por los mercados e incluso por economistas liberales como Fausto Spotorno, por ese entonces todavía asesor presidencial.

El anuncio de Caputo, calificado de “poco claro” e innecesario” sobre el pase al Tesoro de manera forzosa de la deuda en manos de los bancos, denominada “PUTs”, despertó especulaciones y nerviosismo en los mercados y el lunes siguiente aumentó el riesgo país y el dólar blue, y se encendieron las alarmas. Pero esta semana Milei buscó despejarlas, tanto con definiciones sobre los puntos centrales de su estrategia, como echándole la culpa de ello a una supuesta “mano negra” y un “plan desestabilizador” del excandidato presidencial neoperonista Sergio Massa, a través del Banco Macro.

Respecto de la restricción a la compra y venta de dólares estadounidenses u otra moneda extranjera a las personas y empresas -medida a la que había puesto fin el expresidente Mauricio Macri en el inicio de su mandato, en 2015, pero que reinstaló cuatro años después, en el fin de su gobierno, tras perder categóricamente en las elecciones frente al peronista Alberto Fernández- el presidente afirmó: “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto... Terminar con los pasivos remunerados, terminar con los PUTs y convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual…”.

Los pasivos remunerados son los que los bancos pagan al público por sus depósitos, mientras que un “PUT” es una opción de venta que da a su dueño el derecho -pero no la obligación- de vender un activo subyacente a un precio predeterminado dentro de un período específico.

En el contexto económico de los bancos de Argentina, esos PUTs están relacionados con títulos de deuda soberana emitidos en pesos.

Los bancos tienen la opción de vender esos bonos al Banco Central si su valor cae por debajo de un cierto nivel y eso actúa como una suerte de seguro, garantizando que los bancos no sufrirán pérdidas significativas si los bonos pierden valor.

El tercer ingrediente necesario para eliminar el cepo cambiario, según Milei, es un elemento central para la macroeconomía: una convergencia de la inflación con la devaluación del tipo de cambio oficial “en un entorno cercano al cero mensual”, algo que hoy está lejos.

De esa forma, el jefe de Estado avanzó con mayor profundidad respecto del futuro de la economía y de promesas electorales como poner fin al control cambiario, un mal de la economía argentina que impusieron varios gobiernos desde 1931, cuando el expresidente José Félix Uriburu inauguró esa modalidad.

Efectivamente, eliminar la restricción cambiaria fue uno de los caballitos de batalla de la campaña electoral de La Libertad Avanza, al igual que bajar la inflación y, también, cerrar el Banco Central e implementar la dolarización

Quizá el más avanzado de ellos sea el de la inflación, que está bajando y orillando ya el 5%, pero Milei asegura que aún no están dadas las condiciones para suprimir la restricción y, sin bien afirma que aún está en la “mira” el cierre del Banco Central, ya no es tan tajante como antes del 10 de diciembre, cuando asumió la presidencia.

Espert sugirió desconfiar si la inflación de junio "sale en menos del 7%"

El diputado liberal aseguró que eso "no lo va a creer nadie". Confiado en un triunfo de JxC, dijo que hay que "evitar que el kirchnerismo use de guarida la provincia de Buenos Aires".

El diputado nacional José Luis Espert (Avanza Libertad) sugirió desconfiar si la inflación de junio, que se conocerá a mediados de julio, "sale en menos del 7%". "Eso no lo va a creer nadie", aseguró al ser consultado sobre si cree que "tocarán el INDEC".

Confiado en las chances de Juntos por el Cambio, el precandidato a senador por la provincia de Buenos Aires mencionó que Diego Santilli "ya ganó en (las elecciones legislativas) 2021 y va a volver a ganar en 2023", postulado como precandidato a gobernador. "Vamos a evitar que el kirchnerismo use de guarida la provincia de Buenos Aires", sumó.

"Hay que terminar con el kirchnerismo y Juntos por el cambio, con el liberalismo adentro, a partir del 10 de diciembre, no tengo la menor duda que el kirchnerismo va a terminarse", pronosticó.

Por otra parte, en declaraciones a Radio Mitre, el liberal se diferenció del asesor económico de Juntos por el Cambio Hernán Lacunza, quien consideró que el cepo no se puede eliminar de un día para el otro.

"Argentina tiene que cruzar dos Aconcagua en paños menores. Uno es todo el desastre de control de precios, cepo cambiario y subsidios a las tarifas y transportes que el Gobierno ha hecho. Una vez que cruce ese Everest puede comenzar el segundo, que es la gran reforma estructural que debe hacer la Argentina: usar al mundo para comerciar, achicar el tamaño del Estado, bajar impuestos, tener nuevas reglas de contratación de trabajo, reformar el sistema de obras sociales, la salud y la seguridad. Hay dos Everest, uno de precios, y dentro de ese está el cepo. Todos los economistas más o menos civilizados estamos de acuerdo en que hay que eliminarlo", expresó.

En esa línea, diferenció que "la dolarización es un experimento al que no hay que someter a la sociedad. Es un delirio dolarizar sin dólares". "Es mentira que hay dólares para dolarizar. Que se dejen de hacer populismo de derecha", dijo en referencia a la propuesta de Javier Milei.

Y completó: "El cepo es una cosa muy menor comparado con la dolarización y yo creo que hay que eliminarlo totalmente".

Asseff aseguró: “Los argentinos no pueden consumir carne porque los salarios son bajos"

A eso se refirió el dirigente opositor respecto del cepo a la exportación de carne y cuestionó la medida porque esta “inspirado en una ideología vieja y fracasada”.

El diputado nacional Alberto Asseff (Pro – Buenos Aires) habló sobre la prórroga a la prohibición de exportar carne vacuna dispuesto por el Gobierno y cargó contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, al decir que apoya una medida “inspirado en una ideología llena de moho, viejísima y fracasada”. Además, afirmó que “los argentinos no pueden consumir carne no porque esté cara, sino porque los salarios son bajos”.

“Su apoyo por tuiter a la medida demuestra que teníamos razón cuando decíamos que era una medida tomada por el kirchnerismo inspirado en una ideología llena de moho, viejísima y fracasada”, criticó el Asseff.
 
A su vez, el dirigente que integra la coalición de JxC se lamentó: “El kirchnerismo sigue haciéndole la guerra al campo, que es el sector más dinámico de la economía y en nombre de una supuesta búsqueda de mejora del consumo interno arruina una oportunidad única como la que se abre con el cierre del mayor exportador de carne a China, nuestro vecino Brasil”.

Al respecto el diputado nacional y titular del Partido UNIR ahondó diciendo que “queda en evidencia que las anteojeras ideológicas le impiden ver al kirchnerismo algo tan simple como el hecho de que se necesita la entrada de divisas que puede aportar la exportación de carne”, y agregó que “en medio de tanta desocupación, el cepo amenaza a miles de puestos de trabajo”.
 
Asseff señaló que “hoy los argentinos no pueden consumir carne no porque esté cara, sino porque los salarios son bajos”, ante lo que concluyó:Estamos desperdiciando una oportunidad magnífica de quedarnos con un mercado gigantesco que puede aportar empleo genuino, además de crear cadenas productivas de valor que pongan en marcha el motor de nuestra economía”.

Hoy los argentinos no pueden consumir carne no porque esté cara, sino porque los salarios son bajos.

Asseff se refirió al cepo a la exportación de carne como “una medida que no sirve para nada”

Además, el referente del Pro manifestó que “el kirchnerismo pretende que los productores rurales financien el proyecto populista de pobreza para todos”.

El diputado nacional Alberto Asseff (Pro - Buenos Aires) habló sobre la prórroga de las restricciones a la exportación de carne vacuna, respecto de lo cual sostuvo que “es una medida que no sirve para nada” porque “Argentina está en el mínimo histórico en 100 años de consumo de carne” y apuntó fuertemente hacia el Gobierno.

El presidente del partido UNIR e integrante de la coalición de Juntos por el Cambio, aseguró que el cepo a la exportación “es una medida que no sirve para nada” y que “sólo ha logrado entorpecer al sector más productivo de nuestra economía”. 

Asseff explicó que “hoy la Argentina está en el mínimo histórico en 100 años de consumo de carne”, y aseguró que “el problema no es el productor, sino los bajos salarios de una economía empobrecida”.

A su vez, señaló que “la medida de cerrar la exportación de un bien que es tan apreciado en el exterior y que produce la entrada de divisas frescas sólo traerá mayor pobreza que a esta altura ya no caben dudas es el objetivo del Gobierno”, y cuestionó “pobres y sometidos pareciera ser la meta.

Por último, el diputado nacional expresó que “el kirchnerismo debe entender que el productor rural no es el enemigo, como tampoco es una fuente infinita de financiación para proyectos políticos populistas que pretenden eternizarse en el poder, en referencia a la medida fue decidida por Máximo Kirchner exclusivamente.