El diputado nacional Daniel Kroneberger (UCR-La Pampa) presentó un proyecto por el cual expresa su beneplácito por la integración de la vacuna Candid I, desarrollada y fabricada íntegramente en la Argentina, al calendario nacional de vacunación; ésta tiene como objeto prevenir la fiebre hemorrágica Argentina también conocida como “mal de los rastrojos”.

“La Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) es una enfermedad infecciosa de origen viral, cuyo agente causal es el virus “Junín”. El área de influencia de esta afección abarca 150.000 kilómetros cuadrados, distribuidos en las provincias de La Pampa, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe. El mencionado virus se encuentra asociado a algunas especies de roedores campestres que son los huéspedes y reservorios naturales. Estos roedores eliminan el virus constantemente con la saliva y/u orina”, sostuvo Daniel Kroneberger.

El diputado radical explicó que “el hombre se infecta en forma accidental, ya sea por inhalación de partículas infectadas o a través de la piel o mucosas. Esta enfermedad se produce, primordialmente, en personas que viven o trabajan en zonas rurales. En la mayoría de los casos (80% aproximadamente) afecta a varones de entre los 15 y 60 años de edad, quienes por razones laborales poseen un mayor riesgo de exposición. Se han notificado alrededor de 25.000 casos de fiebre hemorrágica Argentina desde el año 1958 hasta la fecha”.

Antes de la demostrada efectividad de la Candid I, el tratamiento se basaba en la administración de plasma de personas que han padecido esta enfermedad (plasma inmune), el cual, aplicado dentro de los primeros 8 días de la evolución del cuadro, reduce la mortalidad del 30 al 40% a menos del 1%. Este tipo de terapia, permite la neutralización del virus “Junín” en la sangre y disminuye la sintomatología.

“Es importante resaltar que la disponibilidad de plasma es limitada, ya que depende de la donación de personas que han padecido esta enfermedad –agregó Kroneberger-. El resto del tratamiento se basaba en el alivio de los síntomas, manteniendo a las personas infectadas en reposo, controlando su estado de hidratación. Por su parte, la vacuna Candid I proviene de cepas de virus Junín atenuadas. Fue el equipo encabezado por Julio Maiztegui el que comenzó a trabajar para erradicar la enfermedad. Tales trabajos desembocaron en 1985 en el desarrollo de la vacuna Candid I”.

“La misma fue testeada en 6500 voluntarios adultos en 41 localidades de la provincia de Santa Fe; los resultados del estudio mostraron que la vacuna posee un 95,5% de eficacia. Hasta la fecha, alrededor de 300.000 habitantes de las zonas donde el mal de los rastrojos es endémico han sido inmunizados, en el marco de programas nacionales de inmunización selectiva. La fórmula de Candid I comenzó a producirse por el Instituto Jonas Salk de Estados Unidos. Este laboratorio dejó de producir la vacuna por razones comerciales, y por tratarse de una enfermedad que sólo se presenta en la Argentina, ningún laboratorio extranjero se interesó en la producción de la misma”, expresó Kroneberger.

“La puesta en funcionamiento de la campaña de vacunación se dio a conocer el pasado 6 de marzo del corriente en un acto realizado en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Dr. Julio Maiztegui (Inevh), en la localidad bonaerense de Pergamino. Allí el señor Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, realizó el anuncio de la integración de la misma al calendario nacional de vacunación y resaltó que con ella se está asegurando la salud de cinco millones de argentinos que trabajan en el campo”, concluyó Daniel Kroneberger.