El presunto atentado contra la casa del Presidente fue la causa de un duro cruce entre los legisladores representantes de la provincia de Santa Cruz, en la Cámara alta.
El Senado fue escenario de un fuerte cruce entre senadores de Santa Cruz del oficialismo y la oposición, con motivo del episodio que se registró el sábado pasado frente a la casa del presidente Néstor Kirchner en la ciudad de Río Gallegos.
La polémica se inició cuando en la sesión convocada de urgencia a fin de tratar el proyecto de autorización de ingreso de tropas extranjeras para participar del operativo Unitas, el senador radical Alfredo Martínez presentó una cuestión de privilegio, al sentirse agraviado por recientes declaraciones del ministro de Interior, Aníbal Fernández.
Martínez indicó que las críticas del titular de la cartera política dirigidas a su persona, la del intendente radical de Río Gallegos, Héctor Roquel, y del concejal del mismo partido Carlos Lozano constituyen un “tratamiento perverso” del tema.
El legislador remarcó que desde la UCR “se salió a aclarar que no teníamos nada que ver”, y que del mismo modo se rechazó una versión de que “había sido el propio Gobierno” el que planeó ese hecho, en el cual un agente de seguridad privada robó un camió e intentó estrellarlo contra la vivienda de Kirchner.
Sobre Aníbal Fernández, Martínez pidió que el cuerpo repudie sus declaraciones, porque con sus palabras “exacerba los ánimos de la gente” en su provincia.
A continuación pidió la palabra el senador oficialista por la misma provincia Nicolás Fernández, quien también presentó una cuestión de privilegio por este tema, y cuestionó a la UCR provincial, al afirmar que en las últimas manifestaciones de los docentes en su provincia pudo verse a “gente uniformada y vinculada con el municipio”, que conduce el radical Roquel.
Fernández sostuvo que “es la justicia la que tendrá que determinar si de buenas a primeras (José Walter Mansilla Alarcón) se volvió loco”, y dejó sembrada una duda, al sostener que “a los locos se los puede guiar”.
El legislador oficialista se preguntó “qué hubiera sucedido si (Mansilla Alarcón) hubiera sido un militante del Frente para la Victoria y hubiera embestido la casa del intendente”.
Luego de un debate reglamentario, se resolvió trasladar ambos planteos a la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside Cristina Fernández de Kirchner.
