Un argumento jocoso que se escucha por estos días en el Parlamento es que el Gobierno nacional no acompañó a Jorge Capitanich en su campaña para la gobernación -fue el único candidato oficialista que no contó con el respaldo presidencial in situ– porque lo necesita en el Senado.

Más allá de la humorada, lo cierto es que el senador chaqueño es un pilar fundamental del oficialismo en el bloque y seguramente, en caso de confirmarse su triunfo en las elecciones chaqueñas, deberá seguir trabajando en el Senado hasta cumplir su mandato, sobre todo en lo que hace al Presupuesto 2008, por cuanto es titular de la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda.

Ese fue el argumento que el propio Capitanich usó ante quienes cuestionaban que decidiera postularse también para el Senado, aprovechando el desdoblamiento electoral en su provincia. Ahora las cosas han cambiado sustancialmente -suponiendo que se confirme su victoria para la gobernación-, y queda pendiente su candidatura para la Cámara alta. Pero habiendo cerrado los plazos de presentación de listas, ¿qué sucederá?

Ya ha trascendido que Jorge Capitanich renunciará a su postulación y ocupará el primer lugar de la nómina Elena Corregido, una dirigente de Sáenz Peña, quien lo acompañaba en la lista original, subiendo un lugar el primer suplente.

Hay quienes dicen que Capitanich igual figuraría en las boletas, tal cual ha sucedido con gobernadores ya en ejercicio que se candidatearon para aprovechar el efecto arrastre, descontándose de entrada su renuncia posterior. El caso más reciente es el del ya depuesto Angel Maza en La Rioja.

El tema es que sin Capitanich, la lista de candidatos de este sector que postula para diputado nacional a Antonio Morante, pierde efecto sustancialmente. Y no es poca cosa, ya que su lista Frente Chaco Merece Más disputaba una particular pulseada con otro sector del justicialismo local que corre bajo el nombre del Frente para la Victoria. Esa nómina es encabezada para el Senado por el actual diputado nacional José Mongeló, a quien secunda Mónica Stride (Partido Nacionalista Constitucional), y para diputado nacional lleva a José Luis Valenzuela.

Este sector apoyó la candidatura a gobernador de Jorge Capitanich, pero en los días previos a la elección le dedicaron no ahorraron críticas para el senador por su doble candidatura. Entre otras cosas, dijeron de él que lo suyo era “legal, pero no ético”, lo que marca un nivel de confrontación que ahora seguramente cambiará, del mismo modo que ha cambiado el tablero político local.

Lo cierto es que la elección nacional del 28 de octubre debería haber oficiado como una suerte de interna abierta entre ambos sectores justicialistas, que ya confrontaron en su momento en internas cerradas que Capitanich ganó. ¿Qué pasaría sin el supuesto gobernador electo al frente de su lista?

El gran ganador de esta pulseada resultaba ser el hasta hoy oficialismo radical, que participará de la elección llevando para diputados nacionales a Carlos Urlich, Irene Dumrauf y Délfor Masín, en tanto que para el Senado postulan al gobernador actual, Roy Nikisch y la senadora Mirian Curletti.

Habrá que ver si en este pase de facturas interno de la UCR, el 28 de octubre se juega en contra de Nikisch.