Un día después de que desde el Gobierno lo destrataran, rechazándole una entrevista con el Presidente y sugiriéndole que se dedique a prepararse para gobernar en lugar de pedir reuniones, Mauricio Macri salió a hablar bien del primer mandatario.

En rigor, no se presentó ante la prensa para eso, sino para hacer campaña por sus candidatos porteños y bonaerenses en la zona de La Boca, donde hasta anduvo en bote por el Riachuelo, en compañía de sus candidatos porteños Carlos Melconian y Federico Pinedo, y los bonaerenses Francisco de Narváez y Jorge Macri.

Pero al ser consultado respecto al discurso de Kirchner, no tuvo problemas en destacar el tono utilizado por el mandatario al referirse a Irán. “Es la actitud que todos esperábamos”, dijo el jefe de Gobierno electo.

Hecho el elogio, vino el pedido, referido a la rechazada entrevista con el Presidente. Al respecto, el presidente de Boca no se da por vencido, pues insistió en reclamarla, a fin de pedir en persona el traspaso de la Policía a la órbita porteña.

Amén de ello, el jefe de Gobierno posó junto a sus candidatos a orillas del Riachuelo y navegando incluso en las sucias aguas de ese curso, del que dijo que “el nivel de contaminación de esta cuenca equivale a cuatro mil pasteras”.

Al respecto, destacaron que el Estado nacional no le da a “la limpieza del Riachuelo la prioridad que debería tener”, y consideraron que la gestión de la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti “está plagada de incapacidades”.