Tal cual anticipara Parlamentario.com, el actual gobernador Felipe Solá asumirá nomás el 10 de diciembre como diputado nacional. Diputado raso, para más datos, habida cuenta de que su sueño de comandar la Cámara de Diputados se esfumó ante la elección del jujeño Eduardo Fellner para el cargo.

Lo cierto es que Felipe Solá siente que su comportamiento afín al Gobierno y su combate contra el duhaldismo no han sido correspondidos convenientemente, de ahí que no aceptara el “premio consuelo” de la cómoda embajada en Francia, que finalmente recaerá en el empresario automotor Luis Ureta Sáenz Peña.

Así las cosas, el gobernador bonaerense siente que “no estoy dentro del círculo de confianza”, y según publicó un matutino porteño, irá por eso “al cuarto subsuelo del Congreso”.

Algo parecido a lo que pasó con Rafael Bielsa, quien tras ser canciller y encabezar muy a su pesar la nómina de candidatos a diputados nacionales por Capital Federal, no recibió a cambio ni siquiera la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores.

Para conformarlo en parte, ¿le darán a Solá la presidencia de Agricultura, en lugar de Ana Berraute, al menos?