Como corresponde en cuestiones formales ante la visita oficial de un mandatario extranjero, el Parlamento nacional se reunió en Asamblea Legislativa donde se juntaron los diputados y senadores en el recinto de la Cámara baja.

El presidente de Brasil Luiz Inacio Da Silva visitó el Congreso donde fue recibido por el presidente del Senado, Julio Cobos, y el titular de la Cámara baja, Eduardo Fellner.

Lula destacó ante legisladores argentinos -entre senadores y diputados no superaban los 150 representantes- el valor histórico del Congreso Nacional durante la crisis e hizo alusión al valor del debate parlamentario. “Debe haber debate para fortalecer la democracia, ya que no por nada estuvieron cerrados en épocas pasadas”, dijo.

Ante la Asamblea, el presidente brasileño aseguró que “la participación de este Congreso es fundamental para fundar bases sólidas y permanentes”.

“Yo fui parlamentario y cuando somos parlamentarios somos más exigentes porque creemos que podemos hacer más, pero cuando llegamos al Ejecutivo nos encontramos que se hace lo mejor en favor de una distribución de nuestros representantes”, expresó Lula.

“No hay Poder Ejecutivo eficaz sin un Parlamento fuerte”, remató el mandatario, lo que fue valorado por el auditorio.

El Parlamento se vistió de fiesta para recibir al presidente brasileño, que fue recibido con todos los honores. No obstante ello, muchos diputados y senadores no pudieron asistir al encuentro porque algunos están en la Antartida y otros abocados al Congreso Peronista bonaerense.

“Juntos Argentina y Brasil pueden infinitamente más que si están separados. Yo tengo una tesis que dice que no hay salida individual. No habrá desarrollo verdadero en Brasil sin una integración creciente con Argentina y con nuestros vecinos del continente.”, señaló el presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva en el discurso que brindó a los legisladores durante la sesión de Asamblea Legislativa realizada esta tarde en el parlamento nacional. En un párrafo destinado a los legisladores reforzó la importancia de su labor para concretar esta unión entre países.

Luego de firmar los libros de honor de ambas cámaras legislativas el vicepresidente Julio Cobos le dio la bienvenida a Lula Da Silva y rescató que “la gran convocatoria” de esta asamblea legislativa se debía al afecto que ha sembrado el presidente brasilero a lo largo de su trayectoria personal y política. “Pero además de este afecto que hoy queremos expresarle no me cabe la menor duda que gran parte del pueblo argentino siente y percibe una profunda admiración hacia usted, privilegio que sólo tienen algunos pocos estadistas que de alguna manera trascienden su gestión de gobierno”, expresó Cobos.

En el momento del discurso de Lula Da Silva ponderó el crecimiento económico de Argentina y Brasil y dijo que “estamos cosechando los frutos de una estrategia de crecimiento sólido. Argentina y Brasil tienen inmensos retos económicos y sociales pero cuando contemplo a nuestros países veo riquezas naturales abundantes, recursos humanos de alta calidad y un potencial inmenso para construir el desarrollo y la prosperidad”.

En relación a los logros conjuntos el presidente brasilero indicó que “la relación entre nuestros países es imprescindible para que alcancemos nuestros objetivos nacionales”, y detalló que “la declaración conjunta que hoy firmamos nos compromete a superar la inercia burocrática para concretar proyectos emblemáticos para los dos países. Vamos a lanzar un satélite conjunto y desarrollar un programa de cooperación pacífica en materia mundial que será ejemplo para el mundo conflagrado por la tentación armamentista y por la intolerancia política e ideológica. Vamos a mejorar la integración física, a profundizar la cooperación en energía, a avanzar en proyectos conjuntos en el área de defensa y construir juntos el sueño de la libre circulación de personas”.

En un momento de la sesión, Lula Da Silva se dirigió a los parlamentarios destacando que “estos grandes objetivos de integración no se pueden alcanzar sin la activa participación del Poder Legislativo” y recordó que “hubo un tiempo en el que la libertad se nos negó. No por casualidad los congresos fueron cerrados. En aquellos tiempos de sufrimiento los que se insurgieron fueron perseguidos o presos. Muchos tuvieron que exiliarse o aumentaron la larga fila de desaparecidos. Quiero rendir homenaje a esas personas de coraje, a todos aquellos que se sacrificaron por la democracia. Cada uno de los congresistas aquí presentes honra la memoria de los que dieron la propia vida por la causa del pueblo. Formamos parte de generaciones que no dudaron en sacrificarse en nombre de la justicia”.

En un tono más desestructurado el mandatario brasilero habló sobre el desafío que se les plantea a los países sudamericanos. “Si miramos lo que sucedió en Sudamérica nos daremos cuenta de que en toda la historia de estos países pocas veces tuvimos gobiernos con tan fuerte compromiso con la mayoría del pueblo como tenemos hoy en día. Lo que es más importante en pocos momentos de la historia de Latinoamérica tuvimos momentos de crecimiento económico como estamos teniendo ahora. En qué podemos hacer la diferencia, en que no basta crecer. El reto planteado para estos gobierno del siglo XXI es el de asegurar como mínimo tres cosas, primero asegurar el crecimiento económico sostenible, en segundo lugar que el resultado de ese crecimiento económico signifique también una distribución de la renta para mejorar la vida del pueblo que representamos y tercero sólo es posible que hagamos todo esto si nuestro crecimiento sostenible está subordinado a una política de fortalecimiento del mercado interno de nuestros países”.

En relación al crecimiento común Lula expresó que “nunca pensamos con mucha seriedad sobre la integración que queremos hacer. La integración Latinoamérica supone que países como Brasil o Argentina, de mayor potencial económico deben ser solidarios con los países más pobres y ayudarlos a que se desarrollen. Es necesario que todos crezcamos juntos”.

Finalmente se dirigió al parlamento con énfasis y remarcó: “estoy seguro que tenemos una chance única en la historia de Sudamérica. Dios no le da oportunidad al que no sabe aprovecharla. Tenemos una oportunidad y vamos a aprovecharla porque Argentina y Brasil, Sudamérica y Latinoamérica necesitan que nosotros crezcamos, que hagamos una buena distribución de la renta y que seamos grandes naciones”.