El senador Samuel Cabanchik, acompañado por sus pares Ernesto Sanz, Pablo Verani y Liliana Negre de Alonso impulsaron un dictamen que se opone al adelantamiento de las elecciones y propone el tratamiento de la boleta única el próximo jueves.
A continuación, publicamos textualmente el dictamen de minoría de la comisión:
“Vuestra Comisión de Asuntos Constitucionales ha considerado el expediente CD 13/09 y el Expediente S. 961/08 proyecto de ley modificando el Código Nacional Electoral. Por las razones que en el informe se citan y por las que oportunamente dará el miembro informante, os aconseja RECHAZAR el proyecto CD 13/09 y APROBAR el contenido en el Expediente S. 961/08.
De acuerdo con las disposiciones pertinentes del Reglamento del Honorable Senado este dictamen pasa directamente al orden del día.
Sala de la comisión, 19 de marzo de 2009
Fundamentos del dictamen:
La argumentación del Poder Ejecutivo Nacional en su Mensaje de Elevación N° 176 del 16 de marzo de 2009 y proyecto de ley PE 002, en el que se hace mención a la “excepcionalidad” junto a la invocación de la “crisis económica internacional” como fundamento de la necesidad de adelantar las citadas elecciones, constituye en sí misma un acto arbitrario de ejercicio discrecional del poder que afecta directamente la ya de por si menguada calidad institucional de la democracia argentina, además de comprometer aún más la imagen exterior de nuestro país.
La materia electoral es de las más sensibles a la democracia desde el momento en que influye directamente en su vigencia, a tal punto que los sistemas políticos merecen la denominación de democráticos si y solo si garantizan preceptos básicos como la previsibilidad y seguridad jurídica, el sufragio universal y el acceso igualitario a los cargos electivos, entre otros. Sin temor a equivocarnos podemos decir que el sistema electoral es el marco que contiene a la democracia en la medida que establece reglas claras para su funcionamiento.
La arbitrariedad del pretendido adelantamiento pone en evidencia una actitud deliberada que destruye, no solo la posibilidad de consensos, sino la propia previsibilidad y seguridad jurídica. Pero además priva al soberano del ejercicio efectivo del voto en la medida en que dicho adelantamiento implica el cierre prematuro del padrón electoral, violándose de este modo el artículo 37 de la Constitución Nacional el cual garantiza “el pleno ejercicio de los derechos políticos con arreglo al principio de la soberanía popular” y un derecho al voto igualitario.
Asimismo priva a los partidos políticos “instituciones fundamentales del sistema democrático” de la posibilidad de cumplir con el mandato constitucional de llamar a elecciones internas partidarias para la postulación a cargos públicos electivos, conforme al artículo 38 de la Constitución Nacional.
El citado proyecto del Poder Ejecutivo Nacional dispone del mismo modo mantener el actual sistema electoral el cual viene siendo cuestionado por su falta de transparencia, según quedó evidenciado en las elecciones presidenciales del 28 de octubre de 2006.
En efecto, en los nombrados comicios quedaron al descubierto mucho de los problemas estructurales que afectan al sistema electoral argentino. Entre ellos la utilización –aún hoy- de diversas boletas electorales partidarias cuyas distribución se mantiene a cargo de los propios partidos políticos. Esta situación, tal cual quedó documentado en la última elección nacional, permitió el robo sistemático de boletas electorales alimentando las denuncias de fraude electoral.
El sistema electoral actual es, en este punto, por lo tanto anacrónico respecto por ejemplo de América Latina donde ya se ha adoptado la Boleta Única con la excepción de Uruguay. En el resto del mundo Australia marcó el inicio de este sistema al utilizarse por primera vez en 1856.
En base a lo expuesto, y en conformidad con lo resuelto por esta Comisión, téngase presente el articulado y los fundamentos del proyecto contenido en el Expediente S. 961/08 proyecto de ley modificando el Código Nacional Electoral”.
