De los 13 gobernadores peronistas que responden al matrimonio presidencial, sólo tres pueden llegar a tener posibilidades de integrar la fórmula del oficialismo para el 2011: Daniel Scioli, Mario Das Neves y José Luis Gioja. El trío deberá sortear primero las elecciones del 28 de junio.
“Yo cumplí con mi sueño. Ningún dirigente político puede negar que su máxima ambición es sentarse en el sillón de Rivadavia”. Con su habitual franqueza, el actual ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Camaño, resumía así uno de los puntos culminantes de un dirigente político. Tanto gobernadores, como senadores y diputados nacionales, intelectuales, sindicalistas y empresarios, entre otros, aspiran a llegar a la presidencia de la Nación.
Para un grupo selecto, el sueño se ha cumplido, como es el caso citado del ex titular de la Cámara de Diputados Eduardo Camaño, quien a fines de 2001 asumió la presidencia en uno de los momentos más convulsionados de la vida institucional de la Argentina, cuando gran parte de la sociedad reclamaba en las calles “que se vayan todos”.
Eran momentos difíciles para la democracia, donde la bronca hacia la dirigencia política estaba en su máxima expresión. Sin duda alguna, 2001 quedará en la historia como una mancha negra. Fue una bisagra; un antes y un después, como lo recuerdan ahora en esta campaña electoral.
Desde el regreso de la democracia en 1983 los gobernadores que llegaron a la Casa Rosada fueron Carlos Menem, Néstor Kirchner, Adolfo Rodríguez Saá, Ramón Puerta (estos dos últimos y Camaño tuvieron períodos más que efímeros) y Eduardo Duhalde. También llegaron a la primera magistratura dos senadores: Fernando de la Rúa y Cristina Fernández de Kirchner. Como se puede apreciar. Casi todos peronistas, menos De la Rúa.
Precisamente el PJ es una cantera de la que emergen hombres que en la disputa por el poder -puertas adentro y hacia fuera- no dilapidan ninguna conducta para cristalizar el sueño de llegar a la presidencia de la Nación.
De cara a las elecciones de 2011, el kirchnerismo seguramente jugará con uno de los 13 gobernadores -siempre y cuando NK o CFK no sean candidatos- que responden a rajatabla a sus lineamientos políticos. En esta línea ya no se ubica el cordobés Juan Schiaretti.
De acuerdo con este panorama, lejano por cierto, las miradas e intrigas se depositan lógicamente en la grilla de los mandatarios provinciales del oficialismo. De ese lote sobresale el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, quien deberá sortear primero las elecciones de 28 de junio. Si las urnas le favorecen, tendrá al camino allanado para su postulación.
En segunda línea aparecen el gobernador de Chubut Mario Das Neves y el sanjuanino José Luis Gioja. Detrás de este pelotón espera con ansiedad el mensaje de las urnas el tucumano, José Alperovich, quien en algún momento especuló o dejó trascender sus deseos de compartir la fórmula en 2011.
Los demás gobernadores, en conversaciones privadas no dejan de admitir su deseo de sentarse en el sillón de Rivadavia, aunque algunos de ellos, como Jorge Capitanich, Celso Jaque o Sergio Urribarri, no quedaron bien parados ante gran parte de la sociedad, luego del conflicto del campo. Otros gobernadores como el formoseño Gildo Insfrán y el riojano Luis Beder Herrera, entre otros, prefieren seguir gobernando en sus distritos, a sabiendas de que no gozan de la plena simpatía de la pareja presidencial.
Tres en danza
De los 13 mandatarios provinciales, lógicamente Daniel Scioli está primero en la lista de candidatos para la fórmula del FpV en las elecciones presidenciales del 2011. Su inclusión en la lista de diputados nacionales es la prueba de fuego, con dos escenarios pergeñados por él y que coinciden con los analistas: si el mensaje de las urnas le favorece, queda inmediatamente ubicado en un nivel de decisión, como ya le dejó entrever a Néstor Kirchner en una reunión en la quinta presidencial de Olivos que según sea la boca que lo cuente tuvo tramos más que tensos; y si las urnas del 28 de junio no le responden como espera, quedará sensiblemente menguado su proyecto. Ya no será la Casa Rosada su deseo inmediato, sino pelear por otro mandato provincial.
Un escalón más abajo de Scioli están el chubutense Mario Das Neves y el sanjuanino José Luis Gioja como lo más visibles para dejar sus pagos por un lapso de tiempo. Todas las fuentes consultadas por Parlamentario dicen que Das Neves se apresuró en adelantar sus ambiciones, cuando lo correcto era esperar, pero su ansiedad pudo más y armó una presentación publicitaria de la misma junto a otras medidas de gobierno, como designar embajador en Francia al puma Agustín Pichot y mostrar una política de autonomía con frases altisonantes, en el marco de su pelea con el entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández; o no asistir a actos oficiales en la Casa Rosada. Incluso Das Neves dio a conocer la sigla de su flamante agrupación: Frente para la Integración, ya que según apuntó, el Frente para la Victoria, ya cumplió su etapa.
Tras su fulgurante lanzamiento, imprevistamente bajó el nivel de su campaña de promoción a la espera de otros tiempos, y de otros vientos.
En cuanto al sanjuanino Gioja, sus pretensiones quedaron reveladas o mejor dicho confirmadas cuando explotó en el seno del oficialismo el enfrentamiento con el vicepresidente de la Nación Julio César Cleto Cobos. “Estaba todo dispuesto para secundar a Cristina, pero Néstor resolvió que fuera Cobos”, dijo -palabras más, palabras menos-, al tiempo que dejaba sentado que se podría revertir para las próximas elecciones presidenciales. En ese contexto ha impulsado discretamente una liga de gobernadores que apuesta a la gobernabilidad después de las elecciones del 28 de junio, pero por supuesto no habrá presentaciones públicas, cosa que contaría con el seguro veto K. Por el contrario, se mueven detrás de bambalinas.
El resto del andar de los gobernadores contiene idas y vueltas, como se refleja puntualmente en este informe y que están sujetas a los pronósticos fogoneados maliciosamente por la oposición y por los dirigentes peronistas ya distanciados de la pareja presidencial, en el sentido de que la era K comienza el derrape final. Un agorero diagnóstico al que le resta sí o sí esperar el mensaje de las urnas del 28 de junio. Sin dudas habrá gobernadores ganadores y perdedores, lo que seguramente definirá el destino político de muchos de ellos. Para los victoriosos, será la gloria, pues seguramente intentarán llegar a la fórmula presidencial; mientras que a los derrotados, el camino a recorrer será seguramente la vía legislativa.
Uno x Uno
MARIO DAS NEVES. El gobernador de Chubut es un filo kirchnerista que intentó tibiamente despegarse a mediados de 2008, cuando el gobierno de CFK estaba en plena pelea con el campo. Intentó poner paños fríos a la confrontación, pero sus legisladores en el Parlamento nacional votaron a favor de la resolución 125. Fue el primero de los gobernadores K que lanzó su candidatura presidencial para 2011. De la mediática movida participó el popular ex capitán de los Pumas Agustín Pichot, su cara visible en el continente europeo. La jugada de Das Neves tuvo poca repercusión en el peronismo, e incluso fue ninguneada en el seno del Frente para la Victoria. Para Néstor Kirchner, el chubutense no reúne los requisitos necesarios para suceder en la presidencia a CFK. A pesar de ser patagónico, no cuenta con su total confianza; por lo tanto, sus posibilidades para llegar al sillón de Rivadavia por el kirchnerismo son escasas. De igual manera intentará relanzar su candidatura.
JORGE CAPITANICH. Increíblemente el joven gobernador del Chaco dilapidó en pocos meses su capital político futuro. El alineamiento incondicional con el matrimonio K en la pelea con el campo le mereció un repudio unánime de casi toda la población del país. Hoy es uno de los políticos del oficialismo que mayor rechazo tiene de la sociedad. Capitanich era uno de los posibles herederos de CFK. Cuenta con amplio respaldo del ex presidente, pero su estrella está opacada, para colmo ahora debe lidiar con el dengue que azota a su provincia. Es difícil que revierta su imagen.
SERGIO URRIBARRI. Sin duda alguna es un soldado K. El gobernador entrerriano acompañó contra viento y marea al Gobierno nacional en el conflicto con los sectores del campo. Su figura quedó diezmada a nivel nacional y provincial. Por lo tanto, su firmamento político estará centrado únicamente en terminar bien su mandato, y luego esperar nuevos horizontes, aunque con bastantes nubarrones.
WALTER BARRIONUEVO. El gobernador de Jujuy es un fiel ladero del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Eduardo Fellner. Su figura no trasciende los límites provinciales, por lo tanto su futuro político -una vez que finalice su mandato- será seguramente un cargo legislativo. De esta manera Barrionuevo se suma a la lista de gobernadores K que no estará en la pelea por la fórmula presidencial del oficialismo.
MAURICE CLOSS. Es otro de los jóvenes gobernadores que aspiraba llegar a la presidencia de la Nación de la mano del kirchnerismo. Si bien Closs no proviene del PJ, llegó a la gobernación de Misiones como delfín de Carlos Rovira, un incondicional aliado de Néstor Kirchner. Al igual que su colega jujeño, no cuenta con estructura propia y es desconocido a nivel nacional. Eventualmente podría ser un buen compañero de fórmula.
DANIEL PERALTA. El gobernador santacruceño es un fiel soldado, por lo tanto sus pasos a seguir dependerá de lo que decida NK. Lo máximo que podría aspirar es una banca en el Parlamento nacional.
JOSE LUIS GIOJA. Es otro de los mandatarios que juega al tira y afloje con el Gobierno nacional. Gioja fue uno de los primeros en sumarse al proyecto K, sin embargo en varias oportunidades se mostró disconforme con las medidas adoptadas por la administración kirchnerista. El gobernador sanjuanino sueña con llegar a Balcarce 50, eso sí, no sabe si tendrá la bendición de NK. Hoy Gioja integra la liga de gobernadores, que cuenta con el apoyo explícito de la pareja presidencial. Está en la lista de espera.
LUIS BEDER HERRERA. El gobernador riojano -otrora ultramenemista- es uno de los últimos mandatarios que se sumó a la ola K. A pesar de hacer bien los deberes, no cuenta con la confianza y simpatía de NK. Por lo tanto, su destino político está eclipsado. Se limitará a cumplir con el mandato que le dio el pueblo riojano.
CELSO JAQUE. Llegó a la gobernación de Mendoza con todo el apoyo de la pareja presidencial. Fue uno de los grandes ganadores de la última elección. Sin embargo, no pudo demostrar en los hechos todo lo que prometió en la campaña electoral, como por ejemplo desterrar la inseguridad en la provincia. Más allá de la pelea de CFK con Julio Cleto Cobos, su gestión es cuestionada por los mendocinos. Es el gobernador que peor imagen tiene. Con esta realidad es casi imposible aspirar a conformar la fórmula presidencial del Frente para la Victoria de cara al 2011.
DANIEL SCIOLI. Es el as de espadas del matrimonio presidencial. El gobernador bonaerense es la carta salvadora del proyecto que lleva adelante CFK, y más aún será si triunfa en las próximas elecciones legislativas. Su destino político está atado a lo que suceda el 28 de junio. Si todo sale bien, sin duda será el candidato del kirchnerismo, si pierde tendrá que dar las hurras para llegar a la Casa Rosada. La ola de inseguridad, el déficit económico, entre otros temas, son fantasmas que merodean el cielo de la provincia de Buenos Aires. Sin duda, hoy Scioli es el candidato número uno de los K. Es el heredero, tal vez no deseado, que mejor puede mostrar el Frente para la Victoria para los comicios presidenciales de 2011.
GILDO INSFRAN. El gobernador formoseño ahora es un aliado K, como fue de otras administraciones peronistas. No aspira llegar a la Casa Rosada, se conforma con seguir gobernando su distrito. Como es su costumbre esperará como se desarrolla la contienda electoral para luego posicionarse. Hasta ahora no le ha ido mal.
MARIO JORGE. Es otro de los gobernadores aliados. El mandatario pampeano está muy lejos en el horizonte kirchnerista para que los represente en la futura fórmula presidencial. A pesar de haber jugado a favor del Gobierno en el conflicto con el campo, no pertenece a la liga de gobernadores de acceso directo a Néstor Kirchner.
JOSE ALPEROVICH. El gobernador tucumano fue uno de los primeros mandatarios provinciales que se alineó con el kirchnerismo, a tal punto que su esposa fue ungida como vicepresidenta del PJ a nivel nacional. A lo largo de 2008 tuvo varios cortocircuitos con la Casa Rosada. Las diferencias fueron saldadas, a tal punto que la ayuda económica del Gobierno nacional se han acentuado. Alperovich aspira llegar a la presidencia de la Nación. Un horizonte muy lejano.
JUAN MANUEL URTUBEY. Uno de los grandes ganadores en la última elección, ya que dejó en el camino nada menos que al candidato del actual senador Juan Carlos Romero, Walter Wayar. A diferencia de Jorge Capitanich, Urtubey no se jugó en la pelea del Gobierno con el campo, más bien todo lo contrario. Desde entonces su iluminada estrella comenzó a opacarse para la pareja presidencial, más allá de la visita que CFK hizo a Tartagal, luego de la tragedia de la inundación. El joven mandatario ya no es el predilecto de los K, por lo tanto no estará en los planes del kirchnerismo para catapultarlo como candidato a la fórmula presidencial del FpV.