El proyecto de ley de retenciones no tiene consenso de la oposición en Diputados. Llegaría al recinto y sería aprobado con lo justo. Arde la interna radical. Algunos boinas blancas, socialistas y la centroizquierda rechazan la iniciativa de mayoría.
Por Julio El Alí
No hay dudas de que la soja es un boom para la economía del sector agropecuario por su alta rentabilidad, que crece año tras año. Sin embargo, el “yuyito”- como lo denominara la presidenta Cristina Fernández de Kirchner- ha causado varios dolores de cabeza a los dirigentes políticos encargados de diseñar las políticas para el sector que se ve afectado por el crecimiento del monocultivo.
Hace dos años la discusión por la implementación de un esquema de retenciones móviles a la exportación de productos agropecuarios provocó el primer gran cimbronazo al kirchnerismo que, sorprendido por la fuerza política del campo, no pudo resolver el conflicto que se había desatado por la resolución 125 y, por ende, tuvo su consecuencia inmediata en el Congreso, al rechazar el proyecto de ley que fijaba las retenciones. Luego en 2009 el Gobierno sufrió la mayor consecuencia: la derrota en las elecciones legislativas, lo que le provocó la pérdida de las mayorías en ambas cámaras parlamentarias.
El panorama era muy oscuro para los Kirchner, ya que no sólo habían perdido las elecciones, sino que entre los nuevos legisladores asumían una decena de diputados y senadores vinculados a las entidades agropecuarias que fueron las abanderadas en la lucha por derrotar a la 125.
En este marco positivo para el sector agropecuario, todo indicaba que con el recambio legislativo se sancionarían rápidamente varias leyes que a los cuatro vientos pedían los productores. Sin embargo, la soja pareciera tener un influjo “maldito”, ya que todo aquel que intenta regular la actividad agropecuaria sufría severas consecuencias políticas y las iniciativas caían en saco roto.
La oposición, a pesar de tener la mayoría de legisladores en el Congreso y el Gobierno no contar más con las facultades delegadas, no han podido aún zanjar sus diferencias sobre este tema. En las filas radicales existen dos posiciones, por ahora irreconciliables. Parece ser que la maldición de la soja se ha posado en las huestes de la UCR.
La primera pelea
Con el recambio legislativo, la primera movida de la oposición fue lograr la mayor cantidad de comisiones y por ende alzarse con las más importantes, como la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca, que para muchos sería una de las más activas del Parlamento. El primer problema en el arco opositor -denominado Grupo A-surgió con la elección del presidente. ¿Quién debía ser el titular? Si bien el Peronismo Federal había pedido el cargo, fue la Unión Cívica Radical quien obtuvo la presidencia por tener muchos agrodiputados dentro de su bloque.
Una vez definido para qué partido era la presidencia, había que nombrar al hombre que ocuparía el lugar del polémico oficialista Alberto Cantero. En este punto es donde se puede encontrar el origen de la pelea que persiste y se asienta cada vez más, a medida que se debate el nuevo esquema de retenciones al agro. ¿Buryaile o Forte? Era el dilema del bloque de la UCR. El titular de la bancada, el cordobés Oscar Aguad se inclinó por Ricardo Buryaile, referente de la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Pero la división interna en el radicalismo salió a luz con el fuerte apoyo que brindó el diputado Ricardo Alfonsín a Ulises Forte, hombre fuerte de la Federación Agraria. Es decir, la primer pelea estuvo centrada en la visión ideológica sobre el rol de la agricultura en la economía nacional. Era CRA versus Federación Agraria y, por los hechos consumados, ganó la postura de Aguad, pero allí comenzaron los primeros resquemores.
Bajo la presidencia de Buryaile, el primer gran tema que se incluyó en la agenda fue el futuro de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuaria (ONCCA). La Comisión de Agricultura de la Cámara baja no se destaca por la realización de una gran cantidad de reuniones y si bien se trabajó durante meses en la búsqueda de un consenso sobre el destino de la ONCCA, no se logró fácilmente un acuerdo entre los sectores contrarios a la Casa Rosada, por lo que el dictamen de mayoría del proyecto de ley que prevé la eliminación de la Oficina fue firmado de forma intempestiva impulsada por el diputado macrista Chirstian Gribaudo. Pero el proyecto nunca salió de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y, por ende, no llegó al recinto, tras seis meses de contar con mayoría parlamentaria.
Una soja los separa
Pasó el tiempo y el funcionamiento de la ONCCA pasó al olvido. Después del 24 de agosto, día que vencieron las facultades delegadas, el único tema importante para el sector agropecuario y las entidades son las retenciones. Con las críticas de los dirigentes agropecuarios hacia los diputados por demorar en la sanción de leyes, la Comisión de Agricultura de Diputados se dispuso a estudiar todos los proyectos de ley presentados para cambiar el actual esquema de retenciones que diseñó el kirchnerismo. Hasta ese punto, todos están de acuerdo con reformar el esquema, pero cual sería su reemplazo es el gran dilema de la oposición porque tiene grandes diferencias en su espectro.
Los bloques parlamentarios que conforman el Grupo A son muy diferentes en su postura ideológica, pero las diferencias también surgen dentro de los mismos bloques como sucede en la UCR.
A pesar de las diferenciaciones, la discusión se pudo encauzar y luego de tres reuniones se firmaron tres dictámenes -uno de mayoría y dos de minoría- en una reunión candente que demostró claramente las grietas en la oposición que se pueden profundizar aún más en la discusión en la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Radicales inconclusos
La siembra de soja pasó por el campo radical y dejó un surco que divide dos parcelas que pareciese imposible de unificarlas. Por un lado, el presidente de la comisión, Ricardo Buryaile, y por el otro el diputado Ulises Forte.
Para el ex vicepresidente de la CRA, el radicalismo “responde a una estructura orgánica que ha dado un debate interno y el apoyo de nuestros correligionarios se demostró en la firma del dictamen de mayoría”. Por lo tanto, para Buryaile, el bloque radical en su totalidad -46 diputados- apoyaría el dictamen de mayoría en el debate en el recinto. En cambio, Forte asegura que el radicalismo todavía “no explicitó su posicionamiento y no dio ninguna orden, porque todavía no se concluyó el debate partidario. Está inconcluso”. Al contrario de la predicción de Buryaile, Forte asegura que “hay más del 40 por ciento de los diputados radicales que no están de acuerdo con el proyecto de la mayoría y todavía analizan si lo van a apoyar”.
Al ser consultado por Semanario Parlamentario sobre el futuro del proyecto que obtuvo dictamen de la Comisión de Agricultura y de Economía, Forte vaticinó: “Así como está escrito, no pasa. Tiene 15 disidencias parciales y dos totales en un total de 21 firmas.” Por lo tanto, “habrá que sentarse -mate de por medio- y ver como acercar posiciones. Pero los muchachos -por Buryaile- deberán entender que no estamos discutiendo productos, sino la vida de los productores”.
Ante el vaticinio de Forte, Buryaile le respondió a través de este medio que el proyecto de la mayoría “pasa por la comisión holgadamente”. “No hay problema de conversar algunas modificaciones, pero cada uno debe ceder algo”, afirmó el diputado formoseño. Pero ambas partes saben internamente que es casi imposible consensuar un proyecto de ley porque son dos visiones antagónicas de la realidad, aunque el problema que quieren solucionar es el mismo. Por lo tanto, el proyecto de ley impulsado por Buryaile avanzará aunque no tenga el pleno consenso del radicalismo.
Socialistas a la izquierda
Con una postura mucho más dura contra el proyecto de ley de la mayoría, el socialismo y Proyecto Sur se niega a votar en el recinto el dictamen que firmaron los otros bloques del Grupo A. El diputado socialista y productor agropecuario Lisandro Viale volvió a calificar de “mamarracho” al proyecto y adelantó: “No estamos dispuesto a votar cualquier cosa. Nuestro proyecto es un borrador para comenzar a debatir en serio el futuro de todo el campo, no solamente los grandes productores”.
Los disidentes que apoyan
A diferencia del socialismo, la centroizquierda y los diputados radicales, Pablo Orsolini y Ulises Forte, los bloques de la Coalición Cívica, Peronismo Federal, PRO, GEN, Frente Cívico por Córdoba y otros provinciales, apoyan la iniciativa de la mayoría a pesar de no compartir con todo el articulado del proyecto que prevé un nuevo sistema de retenciones para el agro. Particularmente, el sector liderado por Elisa Carrió no está de acuerdo con que haya ni siquiera una segmentación a las 300 toneladas y que la reducción de las retenciones a la soja sea del 5 por ciento anual. La Coalición Cívica quería retenciones cero, tal como había propuesto en la última campaña electoral. Por su parte, el Peronismo Federal, con varios agrodiputados en sus filas, proponía un 25 por ciento para la soja y cero para el resto de los cultivos. Y si bien no fue ese el resultado plasmado en el proyecto que espera ser discutido en Presupuesto, votarán a favor del de mayoría. Al igual que los peronistas disidentes y la Coalición Cívica, el macrismo dará el aval, aunque tampoco comparta la filosofía del proyecto de mayoría.
En definitiva, la oposición no tiene una postura homogénea sobre este tema, pero algunos de sus integrantes confían que llegarán a un acuerdo para convertir en ley la primera iniciativa para el sector del campo y sería nada menos que las retenciones.
La votación en el recinto será extremadamente ajustada, donde el oficialismo intentará sacar ventajas. Intentará por todos lo medios de persuadir a aquellos sectores que no comparten la propuesta de Buryaile, especialmente a la centroizquierda, para llevar aguas para su molino. Más allá de estas especulaciones, el presidente de la Comisión de Agricultura, Ricardo Buryaile confía que el proyecto será aprobado. Eso sí, el futuro de las retenciones enmarcadas en la discusión del Presupuesto 2011 tiene un final incierto y poco alentador en la Cámara de Senadores.
