El reciente anuncio del rey Mohammed VI referido al inicio de un proceso de reforma constitucional en el Reino de Marruecos acentúa la gobernabilidad del país en medio de protestas sociales sacuden a gran parte del mundo árabe, en especial a los estados del norte de África.

El pasado mes de marzo el rey Mohammed VI, acompañado de su hermano Mulay Rachid y del pequeño heredero del trono, Mulay Hassan, se dirigió al pueblo marroquí para anunciar el inicio de un proceso de reforma constitucional que acentúe la gobernabilidad del país de las convulsiones sociales que afectan al mundo árabe. La reforma anunciada por el monarca se presenta como profunda y trascendental.
A partir del 14 de diciembre de 1962, cuando el entonces el rey Hassan II sancionó el primer texto constitucional, Marruecos se convirtió en una monarquía constitucional. Desde entonces la carta magna marroquí fue modificada en ocho ocasiones, la última de ellas se ratificó a través de un referéndum masivo el 13 de septiembre de 1996.

Al asumir el trono, el actual monarca Mohammed VI inició un proceso gradual de reformar institucionales destinadas a aproximar a Marruecos al modelo de participación popular y respeto de los derechos humanos imperante en las democracias europeas. Iniciativas reales como la creación de la Instancia de Equidad y Reconciliación, de 2004, apunto a la revisión de las violaciones a los derechos humanos durante la etapa mas compleja del reinado de su padre Hassan II. Mientras que la “Iniciativa para la negociación de un Estatuto de Autonomía para la región del Sahara” , presentada por el monarca en abril de 2007, apuntaba a atender las reclamaciones de sectores separatistas dentro de la minoría saharaui.

Ambas iniciativas despertaron voces de apoyo tanto internas como de los principales representantes de la comunidad internacional. Aun cuando su correcta implementación no ha terminado de cumplimentarse. En especial, la referida al Sahara Occidental debido a la intransigencia del Frente Polisario que se niega a abandonar sus aspiraciones separatistas y a sumarse al conjunto del pueblo marroquí.

La nueva propuesta del monarca Mohammed VI, parece destinada a eliminar las principales tensiones que afectan a la sociedad marroquí. Por un lado, apunta a transferir la totalidad de responsabilidad de Gobierno de un primer ministro electo por la voluntad popular. En esta forma el rey renuncia voluntariamente al ejercicio del gobierno efectivo y se transforma tan solo en el garante de la unidad nacional y en el protector de la fe islámica como religión de Estado sin vulnerar por ello la vigencia de libertad de culto.

Al mismo tiempo, la propuesta intenta responder favorablemente a una antigua reivindicación de la sociedad civil: el reconocimiento del carácter plural de la identidad marroquí, a través del reconocimiento otorgado al componente amazigh o bereber, como elemento central del patrimonio cultural de todos los marroquíes. En esta forma, el componente amazigh se trasforma en la columna vertebral de la Nación marroquí.

Por otro lado, se adopta un sistema de “Regionalización avanzada” que reemplazará el actual sistema, donde las principales decisiones quedando en manos del gobierno central. Con tal “regionalización avanzada” se establece un modelo de organización regional específicamente marroquí, que se fundamente en las realidades geográficas y económicas del país. Y, por tanto, responde a las expectativas largamente ambicionadas por la sociedad marroquí y que ahora, en esta nueva instancia que se inicia podrán materializarse.

En la propuesta formulada por el monarca, la región adquiere una nueva jerarquía que implican nuevas competencias en el seno de la unidad territorial del Reino y de conformidad con las normales exigencias del equilibrio u solidaridad de la Nación.
La consolidación de un nuevo rol de la mujer en la sociedad marroquíes otros de los elementos centrales de la propuesta de Mohammed VI. El monarca ha pensado en una mayor participación de la mujer en la gestión de los asuntos regionales y en el pleno reconocimiento de sus derechos políticos a través de garantizar su efectivo acceso a los cargos electivos.

Todo parece indicar que lo que se propone bajo la denominación de una “Regionalización avanzada” no es mas nada que un régimen federal de gobierno similar al que emplean países como los Estados Unidos de América, Brasil o la República Argentina. Donde las autoridades que ejercen el gobierno local son elegidas por el voto popular del pueblo de la región, estado o provincia según la denominación que se adopte, y su competencia se ampliasen los asuntos de su región. Mientras que los asuntos vinculados con la unidad nacional y la representación de la Nación en su conjunto queda en manos del gobierno central. Incluso el sistema legislativo suele ser bicameral. Una Cámara de Diputados que representa al conjunto del pueblo y otra de consejeros que representaran los intereses de las distintas regiones.

La reforma constitucional será implementada por una comisión presidida por el eminente jurista Addeltif Menuni y será sometida a la ratificación del pueblo a través de un referéndum.

La propuesta real ha despertado grandes y favorables expectativas, tanto entre el pueblo de Marruecos, como entre los gobiernos europeos. En este sentido se expresaron los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en la cumbre celebrada, el 11 de marzo de 2011, para tratar la crisis en Libia. En la declaración final de dicha reunión señalaron que: “El Consejo Europeo da una bienvenida calida anuncio el rey de Marruecos que establecerá un comité consultivo para preparar una revisión de la Constitución que se someterá a la aprobación del pueblo marroquí”.

Los gobiernos europeos ven con agrado las reformas que acentúen la democracia y el respecto por la diversidad cultural del pueblo marroquí. Pero también están preocupados por la estabilidad de la región. Por lo tanto, toda iniciativa qué contemple las justas aspiraciones de los pueblos involucrados y disminuya los niveles de conflictividad es vista con agrado en Europa.

La reforma constitucional propuesta por Mohammed VI constituye un claro avance en al profundización y consolidación del proceso de democratización de la sociedad marroquí, que implicara la concreción de otras medidas no menos relevantes.

Este es el gran desafío que enfrenta en rey Mohammed VI. Como conducir a su pueblo hacia mayores niveles de participación popular y democracia sin afectar la gobernabilidad del reino o su integridad territorial.

Agozino es titular de la Cátedra Libre del Reino de Marruecos en la Universidad Argentina John F. Kennedy