Legisladores del kirchnerismo pretenden conformar con sus aliados un bloque único para convertirse en segunda minoría y desplazar de la vicepresidencia 2ª a Proyecto Sur. Sin embargo ese esquema encuentra reparos en sus socios electorales que no quieren estar atados a un diseño que cercenaría sus posibilidades de negociación.
La contienda electoral porteña produjo un nuevo esquema en la distribución de las bancas en la Legislatura, una vez que asuman los nuevos diputados electos el próximo 10 de diciembre.
En el escenario que dibujaron las elecciones en la categoría de legisladores, el PRO incorporó dos nuevos diputados, mientras el kirchnerismo desplazaría -merced a sus aliados- a Proyecto Sur como segunda minoría. El espacio político de Fernando “Pino” Solanas cuenta con once representantes; en tanto el Frente para la Victoria junto con el sabbatellismo, el ibarrismo y el peronismo podrían sumar 14 y de esa manera desplazar de la vicepresidencia 2ª a Proyecto Sur.
Empero la relación entre el núcleo duro kirchnerista o grupo denominado “paladar negro” K y sus aliados ha quedado resentida y aún se puede observar una relación crispada entre esas fuerzas. Por un lado producto del resultado electoral en sí mismo, y por otro al ninguneo al que fueron expuestos durante la campaña. Ello ha sembrado un manto de dudas sobre la posibilidad de armar -siquiera- un interbloque y menos aún un bloque único, una herramienta indispensable para alcanzar el objetivo que el kirchnerismo pretendería por estas horas.
Si como se prevé, efectivamente el kichnerismo no logra alcanzar acuerdos y cerrar filas con Nuevo Encuentro que conduce Martín Sabbatella y que conservó los dos escaños que puso en juego y con la fuerza que lidera el ex jefe comunal y actual legislador, Aníbal Ibarra -conservó tres de las cuatro bancas con las que contaba-, entonces el bloque K quedará conformada con siete miembros, quedando como tercera minoría, detrás de Proyecto Sur.
A pocos días de la derrota a manos del macrismo, los electos legisladores K se reunieron con el objeto de analizar la estrategia que implementarían en el Parlamento porteño con el firme propósito de erigirse, “acuerdo” mediante, como segunda minoría, detrás del PRO que no tendrá mayoría propia.
En ese encuentro kirchnerista se habría acordado que Juan Cabandié, actual titular del bloque, sea el encargado de llevar adelante las negociaciones con el ibarrismo y el sabbatellismo. Pero teniendo en cuenta el ánimo con el que éste diputado aceptó compartir la fórmula Filmus-Tomada con los demás socios electorales, será muy difícil que los consensos lleguen a buen puerto.
Es un secreto a voces en el ámbito legislativo el encono que despertó en Cabandié los guarismos finales de los comicios del 10 de julio, donde la lista oficial quedó relegada, por lo tanto, su espacio político sólo alcanzaría la segunda vicepresidencia de la Legislatura en virtud de un acuerdo con las fuerzas de Ibarra y Sabbatella, a quienes había cuestionado durante la campaña electoral.
A pesar de los inconvenientes que se le presentan para alcanzar un acuerdo con las colectoras kirchneristas que llevaron a Filmus y Tomada como candidatos el pasado 10 de julio, el oficialismo nacional busca fortalecerse como segunda minoría en el distrito y para ello comenzó con un paciente trabajo que intenta restañar las heridas que tanto Nuevo Encuentro, como el espacio que lidera Aníbal Ibarra, Diálogo por Buenos Aires, denunciaron haber sufrido a raíz de la acusación que se les hacía desde los K ortodoxos: haber dividido al electorado porteño a raíz de sus apetencias personales.
Aunque falta poco menos de cuatro meses para la asunción de los nuevos legisladores, ya se vislumbran los desacuerdos por la vicepresidencia segunda y ello depende en mucho de cómo se alineará el arco opositor en la Legislatura. También debe tenerse en cuenta que paralelamente a las disputas por la vicepresidencia se avecinan -como ocurriera en años anteriores- serias amenazas de que se desencadenen fuertes disputas por la conducción de las comisiones permanentes de asesoramiento legislativo.
El nuevo Cuerpo
La Legislatura, que renovó la mitad de sus 60 bancas, tendrá desde diciembre un nueva conformación que influirá en su dinámica de alianzas: la agenda legislativa estará disputada por el PRO con 26 miembros, ello significa que requerirá del apoyo de cinco legisladores extrapartidarios para avanzar con sus propuestas; mientras la oposición, en sus distintas vertientes sumará 34 legisladores.
Proyecto Sur contará con 11 diputados, el Frente para la Victoria, con la denominación de Encuentro Popular para la Victoria tendrá siete miembros, el bloque Diálogo por Buenos Aires, adherente al Frente para la Victoria sumará tres diputados, Nuevo Encuentro, que también concurrió a los comicios adhiriendo al FPV dos integrantes. La Coalición Cívica tendrá cinco representantes. El Bloque Peronista se quedó con dos, al igual que la UCR. Unión Federal, como el SI con un legislador cada uno.
Cabe resaltar también que el nuevo mapa legislativo tendrá diez bloques contra los 14 actuales.
