La ausencia del presidente de la Unión Cívica Radical, el senador Ernesto Sanz, en el bunker de la Udeso, fue el comentario más escuchado en la oscura noche del 14 de agosto. Muchos de sus correligionarios criticaron la borratina del titular partidario, e incluso a algunos de ellos se escuchó decir que “por estas internas seguimos perdiendo votos. Todos se creen Dios, pero a la hora de la verdad, se borran”, dijo con bronca un veterano dirigente, muy cercano a Ricardo Alfonsín.

Pero lo cierto es que Sanz estuvo trabajando todo el día en su provincia, Mendoza; y según un influyente diputado boina blanca, “el senador iba a estar presente en el comando de campaña alrededor de las 20, pero lamentablemente no pudo conseguir ningún vuelo para llegar a Buenos Aires”. Más allá de las disculpas del caso, lo concreto es que el intríngulis interno de la UCR aflora en cada rincón del centenario partido.