– ¿El tema de la Coparticipación Federal podrá ser incluido en la agenda parlamentaria tras el receso?

– Yo no creo tanto por un planteo de la oposición, será la propia realidad que obligará al Gobierno a tomar recaudos para que discuta esta cuestión.

– ¿Cuál es el problema de la actual ley?

– Uno de los temas centrales es que la Comisión Federal de Impuestos tiene que resolver la interpretación de cómo se calcula el 34% de piso de Coparticipación para las provincias, como lo establece el artículo 7° de la Ley 23.528. Me parece que el gran debate pasa por este punto porque hay un piso que no se cumple: del total de la recaudación el Gobierno nacional está transfiriendo un 27% de lo que recauda. Además, de cada 100 pesos recaudados, la ley establece que se tienen que distribuir entre las provincias 57 pesos. Es decir que no se respeta absolutamente nada. Más que nunca el desafío es éste, especialmente con lo que está pasando con Buenos Aires y los otros distritos.

– ¿Cómo impacta la crisis en el interior por este asfixiamiento?

– El ritmo de crecimiento de las remesas de Coparticipación no están acompañando las pautas salariales provinciales. El incremento, año a año, ha sido del 17% mientras la pauta es del 21%. De esta manera, mes a mes se va a ir complicando cada vez más la situación de las provincias.

– ¿Tal como Buenos Aires que está a punto de entrar en Emergencia Económica?

– Es un caso particular que amerita analizar varias cuestiones. En primer lugar nos preguntamos cómo le giran mil millones de pesos cuando al resto de las provincias se les niega esta posibilidad. Hay otro debate en la provincia de Buenos Aires porque se trata de un modelo conservador y unitario en el manejo de los recursos que el propio gobernador bonaerense ha ayudado a consolidar.