Cuando la derecha del terror, del odio y de la muerte no puede contra aquello que le arrebata poder y lo desbarata enfrentándolos a dar respuesta de cara a la sociedad, por sus crímenes, por su abusos, por su estado impune ante delitos de lesa humanidad, furiosos son los primeros en recurrir a viejos esbirros con mañas que guardan y reproducen en el submundo que hoy los contiene, y donde el sistema que no ha sido purgado del todo, los mantiene vivos para algunas tareas.

Enfrentarse a ese poder, que no da la cara y actúa con la capucha, o con las pintadas amenazantes hacia quienes los confrontan, es un mecanismo de terror y de provocación para quien se les anima. Esas amenazas, que algunos creen desterradas en nuestra patria, continúan y reaparecen en distintos ámbitos y las promueven algunos medios intelectuales y del poder político asociados a corporaciones mediáticas, que luego tibiamente salen a condenarlas, sin hacer nada relevante para cambiar la impunidad que gozan esos sectores.

No es casual que esto le pase a Juan Gabriel Mariotto, al que ya los medios de la corpo Clarín-Magnetto, le dedicaron un tapa llamándolo “El Matón de Cristina para Tumbar a Scioli” (Tumbar lo resalto yo, porque proviene de la jerga de las cárceles, y es un término que la revista usó, pero no se detuvo a analizar, mientras que con artilugios analizo el uso del significado de matón como expresión de otros modismos culturales, para arreglar lo inarreglable).

El término tumbar, proviene de tumba y significa “cárcel” y la cárcel está presente en esta pelea, porque desde ahí es que Gabriel Mariotto sufre todo tipo de embestidas, desde que asumió como vicegobernador y al querer tomar el toro por las astas y buscar consensos para modificar el sistema penitenciario y a las fuerzas de seguridad, esas que lo impactaron por su acción cuando los jóvenes de La Cámpora eran maltratados y desalojados por la policía con serios incidentes en su misma asunción como vicegobernador.

El incidente aceleró una decisión que el compañero ya tenía, de previos diagnósticos del CELS, de otros organismos, del conocimiento de la vida carcelaria y de la vida cotidiana de la provincia, en avanzar en el tratamiento profundo y serio del sistema penitenciario en su conjunto y en el ordenamiento y control de las fuerzas seguridad. Todo un subsistema judicial que debe ser atendido en profundidad por la seguridad de toda la población.

Terreno difícil, le dije el día que fui a visitarlo. “Sí Mariel, pero hay que hacerlo”, respondió convencido.

Y así lo hace y lo hace como una máquina constante, sin desánimo, sin callarse como es su característica, desde entonces y desde la muerte de uno de los reclusos visitados por él y Horacio Verbitsky, el problema entró en aguas más borrascosas y turbulentas y a Gabriel no se la perdonaron, tampoco la denuncia por la policía que agredió a la juventud de La Cámpora, como tampoco gustó la visita a las cárceles, donde los derechos humanos no existen y se pierden entre torturas, vejámenes diarios y de todo tipo, como bien últimamente se ha visto en otras cárceles del país, siendo la peor de todas la de la Provincia de Buenos Aires. Y como no se lo perdonaron, le tumbaron un recluso que quería colaborar. ¡Una señal a Mariotto y grave!

Ser consistente, formado, preparado y convencido de lo que hay que hacer, son características difíciles de encontrar en un dirigente político, que tenga la fortaleza de bancarse lo que se le puede venir, y más difícil de encontrar. Sin embargo su trabajo, como lo aclaro él, no es “tumbar” a Scioli, sino hacer lo que él considera desde una perspectiva ideológica, sin renunciar a preceptos y principios.

Gabriel acompaña al gobernador, pero tiene límites claros: él primero pertenece a un espacio político kirchnerista, no sciolista; se identifica con Néstor y Cristina, y por su venas transita el ideario de Perón y Evita, es un auténtico y cumple vehementemente ese proyecto que el también redefine como dirigente y como militante.

No puede evitar hablar y exponer lo que está mal, no nació para callar. Es pasional, es como la letra de “te doy una canción”… y digo patria de Silvio Rodríguez.

Sin embargo esa pasión fue motivo suficiente, para confundirla con otra cosa y ser tratado de “Burro de Sajonia” por un senador del sciolismo que jocosamente decía que lo llamaba así porque el burro fue a innumerables batallas, pero nunca aprendió nada de estrategias y sigue siendo burro. La frase habla en realidad de la soberbia, del senador, que usó tan lamentable comparación para tan alta investidura.

Tanta agresión hacia Juan Gabriel, me hace recordar a las que vivió la misma presidenta, insultos, agravios. Hasta Sabat la dibujaba con una venda en la boca para que no hablara.

Tumbar, matón, una coincidencia de términos que nos lleva siempre al lenguaje de las cárceles y ahora a las pintadas con amenazas que asocian a los grupos de torturas de las cárceles que actúan como los grupos parapoliciales y policiales de la Alianza Argentina Antiterrorista, insignias que pintaron para amedrentar a Juan Gabriel y que vienen a definir por opuesto el perfil de Mariotto, que lo pone como saben los compañeros, del lado de los torturados, de los desaparecidos de los perseguidos por el terrorismo de Estado, y no de los representantes y colaboradores de ese Estado que al parecer están nerviosos.

Estos esbirros viven en el submundo de aparatos que no fueron desmembrados y actúan a oscuras en un sistema que durante varios años de gobierno bonaerense, incluidos los del compañero Scioli, que no produjo ni un cambio significativo que genere confianza en el pueblo.

Con cárceles que promuevan hombres y mujeres en condiciones de re-adaptarse, donde no exista el delito intramuros asociado a la fuerza de seguridad.

Desde ahí acuso que provienen las amenazas de la triple AAA a Gabriel Mariotto, y desde una derecha encubridora del sistema político carcelario, de una derecha política pseudo democrática que no soporta que el vicegobernador tenga el coraje suficiente de trabajar por la justicia social y los derechos humanos, que tenga la fortaleza y la capacidad para plantear el debate democrático en el recinto y que cada proyecto confronte con el viejo modelo neo- liberal de los 90 y de de la dictadura, como cuando partió a las corporaciones con la Ley de medios y servicios audiovisuales. Luego y dentro del juego democrático que promociono la ley de medios también se vino el desenmascare de Papel Prensa.

En algunos lugares persisten esas viejas estructuras, asociadas al poder político y económico y mediático, gozando de impunidad para sus fechorías y sus reductos pueden ser también las cárceles y hay quienes no hacen nada por impedirlo, porque en el fondo son tibios.

La derecha del terror no puede más con su odio visceral, su última contraofensiva fue también desde el mismo escenario de las cárceles, acusando al kirchnerismo de la utilización de presos, con el único objetivo de Tumbar un sistema que sirve para la corrección de conductas y de realización de los detenidos, su mayor objetivo y el único sumar descrédito para tumbar a Cristina, y sembrar la antipatía social ante cualquier programa de rehabilitación humana y progresistas que presenten las organizaciones de derechos humanos, o el mismo gobierno.

Me quiero quedar con este término Tumbero que revela de donde viene todo el ataque a Juan Gabriel Mariotto.

¿Quiénes son los tumberos? ¿Los que se identificaron como la triple AAA en un muro para amenazar a Mariotto de que era boleta? ¿Y por qué? ¿Por investigar lo que pasa con la vida en las cárceles y las muertes, por querer esclarecer el manejo de la investigación del caso de la niña Candela? ¿Por qué? ¿Por querer estatizar el juego en la provincia? ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser boleta Mariotto? ¿Por la ley de Medios que afecta al grupo Clarín-Magnetto? ¿Por qué? ¿Porque es kirchnerista y peronista? ¿Porque es intelectual? ¿Porque sostiene lo que dice vehementemente? ¿Por qué?

Si cada pregunta contiene sus respuestas, en cada respuesta encontramos las razones y a los verdaderos TUMBEROS que sienten afectados sus intereses, y a quienes quieren ellos TUMBAR.

Mariel Calchaquí es diputada nacional (M.C). Lic. en Ciencias Políticas