Durante el corte de luz del 7 de noviembre, el Congreso estuvo sin luz cerca de dos horas. Ese día, en el Senado, una integrante del grupo de taquígrafos de la Cámara alta había quedado encerrada en uno de los ascensores durante varios minutos, aunque finalmente salió sin problemas. Lo que nadie se esperaba el […]
Durante el corte de luz del 7 de noviembre, el Congreso estuvo sin luz cerca de dos horas. Ese día, en el Senado, una integrante del grupo de taquígrafos de la Cámara alta había quedado encerrada en uno de los ascensores durante varios minutos, aunque finalmente salió sin problemas.
Lo que nadie se esperaba el último miércoles era que, con luz incluida, los ascensores estuviesen sin funcionar desde la mañana. Con el paso de las horas se puso en funcionamiento uno solo, según confió a Parlamentario el vocero de un senador.
Con el calor, subir los pisos del Palacio del Congreso se hizo tedioso y los insultos de voceros, secretarias y trabajadores de la Cámara alta por la situación fueron la moneda corriente ese día.
