Hace doce años que la Legislatura viene postergando el debate sobre la reforma política en la Ciudad. La primera iniciativa fue presentada en el 2001 y desde entonces nunca se pudo avanzar demasiado. La oposición responsabiliza al Pro.
Esta semana se inicia un nuevo período legislativo del Parlamento de la Ciudad. Es responsabilidad del Cuerpo revisar y diseñar el marco normativo del distrito porteño de acuerdo con lo que establece su Constitución. Durante los últimos años se ha debatido la necesidad de hacer cambios legales para otorgarle mayor autonomía a la Reina del Plata. Sin duda, la reforma política es un tema pendiente de la Legislatura desde su inicio como tal.
En la actualidad existen 24 proyectos en estado parlamentario sobre el meneado tema, incluso la mayoría de los proyectos tienen coincidencias. Sin embargo, a pesar de ello, no se han logrado los acuerdos suficientes que permitan avanzar en esta reforma. Sí, hay un acuerdo unánime respecto a que las reformas que se introduzcan en el sistema electoral se consensúen el próximo año y entren en vigencia en el 2015.
Durante el inicio del actual período legislativo el jefe de Gobierno anunció en su mensaje de apertura de las sesiones ordinarias que brindaría un nuevo impulso a esta posible reforma política. La realidad es que ese apoyo radicó solamente en el envío de dos iniciativas relacionadas con la boleta única y la realización de elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias en los partidos políticos. Ello abrió el debate y hasta se especuló con que este año el tema llegaría al recinto. Sin embargo nada de ello ocurrió, aunque los legisladores a quienes Parlamentario consultó, manifestaron su compromiso de seguir trabajando mancomunadamente con todos los demás sectores que integran el Cuerpo, para que el año próximo la Ciudad cuente con la reforma política que tanto necesita y que seguramente incidirá para reforzar su autonomía.
Cabe señalar que una reforma política de las características que se pretende instaurar requiere de un amplio consenso, ya que se trata del andamiaje jurídico que sostendrá todos los procesos electorales que en el distrito se desarrollen, y al mismo tiempo será el marco que garantizará una mayor calidad institucional.
Si bien existen coincidencias entre las 24 iniciativas que no han perdido estado parlamentario, las diferencias no son menores: boleta única, cupo respecto a género y edad, partidos comunales, ley orgánica de partidos políticos, voto electrónico, voto de extranjeros y financiamiento, son los temas sobre los que versan las diferentes propuestas, las que si bien generan coincidencias, al comenzar a analizar la letra chica de los proyectos surgen las diferencias.
A esta altura deberíamos preguntarnos: ¿Qué reforma necesita la Ciudad de Buenos Aires? La realidad del debate es mucho más profunda que las diferencias. La Legislatura deberá implementar una reforma que tenga por centro a los ciudadanos y no a los grupos de presión, a los poderes fácticos ni a los políticos.
Creemos firmemente que la reflexión central del Poder Legislativo debe ser cómo lograr un mejor diseño institucional que le permita a los porteños incidir en la toma de decisiones de su gobierno, cómo construir mejores estímulos que incrementen los niveles de vida y bienestar en todos los sectores sociales de la Ciudad y cómo se puede lograr la coexistencia armoniosa entre los distintos niveles de gobierno que inciden en la administración porteña.
Es de esperar que el debate no recicle las eternas propuestas que únicamente plantean dar más facultades a los distintos poderes, ya que en ninguna de esas iniciativas existen nuevos derechos o posibilidades de participación ciudadana. A pesar de las prevenciones que puedan tomar al respecto, Parlamentario ha podido comprobar que ninguna de las propuestas presentadas denotan la intención de recortar la participación e inclusión en los actos de Gobierno, sino por el contrario las iniciativas tienden a implementar una mayor actitud participativa y a bregar por una mayor transparencia y calidad institucional.
Si la actual composición de la Legislatura realmente desea dar cumplimiento a las promesas electorales, deberán ser –al menos- consistentes con los objetivos que impulsan los diferentes proyectos con estado parlamentario.
Al respecto cabe destacar que de todas las iniciativas ingresadas, la Comisión de Asuntos Constitucionales conformó dos proyectos de dictámenes – de Código Electoral y otro de ley orgánica de Partidos Políticos- y que son los que hasta hoy se estuvieron usando como modelos preliminares.
