El expresidente de Brasil destacó que su gobierno rompió los “conceptos preestablecidos” en materia económica y resaltó los avances en el ámbito educativo. Aconsejó a los países europeos atender los cambios implementados en América Latina.
Tras recibir en el Senado la mención de honor “Senador Domingo Faustino Sarmiento, Luiz Inácio “Lula” Da Silva dijo recibir las distinciones “con mucho orgullo, por el lugar que ha ocupado Brasil en el mundo” y señaló que también son un “reconocimiento a ese esfuerzo colectivo que el pueblo de Brasil protagonizó a lo largo de estos (últimos) 10 años”.
“Pero las conquistas de Brasil en la ultima década no fueron de manera aislada, fueron posibles en un contexto regional sudamericana caracterizada por grandes avances en las democracias” de la región, advirtió y reconoció especialmente a Néstor Kirchner y Hugo Chávez por su compromiso en la unidad de América Latina.
Destacó que su gobierno rompió distintos “conceptos preestablecidos” y, contra estos, aseguró que no es necesario “crecer para después redistribuir la riqueza” y que el incremento de los salarios no provocaba necesariamente un aumento de la inflación. Afirmó en ese sentido que la “democracia se fortalece, se consolida y profundiza cuando la riqueza se redistribuye de manera más igualitaria y se debilita cuando los poderosos concentran mas poder”.
A contramano de las recomendaciones de la ortodoxia económica, “Lula” señaló que los subsidios “dieron vida a la economía brasileña generando más empleo”. “¿Qué país del mundo puede crecer si su pueblo no tiene el poder de comprar lo que se produce en fábricas y empresas de su país?”, cuestionó.
“Hice tres promesas. Primero poder hacer solamente lo necesario. Después lo posible. Y cuando uno menos se lo espera estaremos haciendo lo imposible (…) Con la fuerza y determinación del pueblo brasilero cumplimos lo que nos parecía imposible y hoy se ve en el presente”, dijo en medio de un aluvión de aplausos.
Un lugar especial para la educación
“Lula” dedicó buena parte de su discurso a la política educativa implementada bajo su Gobierno en Brasil, tal como lo hizo en el acto que compartió con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner este jueves con motivo de la inauguración de la Universidad Metropolitana por la Educación y el Trabajo (UMET).
Destacó especialmente la “revolución” implementada en las universidades en Brasil y la “transformación radical de la relación entre innovación científica y desarrollo económico”. En el mismo sentido recordó que prohibió que se utilizara la palabra “gasto” cuando se tratara de educación, “porque la educación es una inversión”. “En 10 años se hizo casi el doble de lo que se hizo en un siglo” en esta materia, aseguró
En otro tramo de su discurso, cuestionó: “¿Cómo un país tan chico como Cuba puede hacer universidades e invitar a gente de toda América Latina y nosotros no? ¿Porqué nosotros no podemos hacerlo? Todos nosotros podemos hacerlo, no falta el dinero, no faltan profesores, lo que falta son coraje y la decisión política de hacerlo”.
La integración latinoamericana
“No podría demostrar más lo que pienso sobre la integración si no mostrara mi corbata con los colores de Brasil y los colores de Argentina”, deslizó “Lula” ante un Salón Azul colmado de oyentes.
“Creo en la integración como creo en Dios -dijo-. Y creo que Argentina desempeña un papel clave en ese proceso de integración. Estoy seguro que Argentina y Brasil si se llevan bien, estarán consolidando la integración en la mente de otros dirigentes de América del Sur”.
“Que no repitan en el mundial del año que viene lo que Boca le hizo al Corinthians. Ya eso sería conspiración contra Brasil. Si ganan el mundial habrá grandes problemas en la integración”, bromeó el brasilero.
“Lula” dijo que comparte las distinciones con el expresidente argentino Néstor Kirchner. “Para vos también Néstor, los diplomas”, lanzó. “Una de las principales características de nuestro Gobierno fue un aliado, mi querido amigo el presidente Néstor Kirchner. Junto a Hugo Chávez imaginamos un nuevo proceso de integración regional (…) Si hoy tenemos una Latinoamérica más unida es gracias a la obstinación y perseverancia de Kirchner”, afirmó luego.
Lucha contra la pobreza
Da Silva dijo sentirse “triste” por la crisis europea: “Vale profundamente la pena luchar para que nos respeten. Veo la crisis en Europa y mee pongo triste, porque antes era Brasil el que entraba en crisis y los que están en crisis hoy eran los que decían lo que tenemos que hacer, comprar, vender, cómo pagar”.
Recordó que la receta económica de los países centrales era “reducir salarios, despedir trabajadores y vender empresas públicas”. “Ellos sabían todo. Pero cuando la crisis sucede en sus países no saben nada. Me parece que fueron formados para meter la pata en la casa de los demás y no fueron formados para resolver sus propios problemas”, continuó, y lanzó: “Uno de los problemas más grandes de la crisis que vemos hoy es la ausencia de decisiones políticas porque faltan líderes políticos”.
“Creo que deberían echar un vistazo a lo que está sucediendo en América Latina”, recomendó luego.
Afirmó que “los pobres no son un objeto. Los pobres en Brasil eran considerados el problema hasta que llegué a la presidencia, pero fueron exactamente ellos los que empezaron a construir lo mínimo y necesario y se transformaron en la solución”.
Y reflexionó: “Si sacamos a 33 millones de brasileros de la pobreza, si creamos 20 millones de empleos formales, ¿Por qué entonces los demás países no pueden hacerlo? ¿Falta dinero? Denle menos dinero a los bancos y más para salvar a las vidas humanas, dijo, y concluyó que “es necesario gobernar con el sentimiento del corazón”.
