El reposicionamiento político que implica una especie de reedición del Acuerdo Cívico y Social, herramienta electoral que tan buenos resultados deparó a sus miembros, tiene sus costos en los actuales subgrupos que empujan esa posibilidad, pero también sus beneficios.

Más allá de los costos, sin dudas, los principales impulsores del acuerdo son, fueron y serán precisamente los legisladores provinciales a la luz de la experiencia, tanto de 2009 y 2011.

Si bien algunos festejaron y otros no tanto en aquellos años, lo cierto es que en lo estrictamente formal, ni los integrantes del FAP, de UDESO y de la CC-ARI, en ambas Cámaras, poco tenían para festejar luego de las elecciones del 2011.

La situación de los legisladores provinciales es sustancialmente distinta de la de los legisladores nacionales, concretamente en este caso los diputados nacionales. Las reglas electorales determinan estas situaciones y son distintas.

Un solo dato puede servir para graficar la situación: el FAP, a pesar de realizar una “muy buena” elección en términos generales, que para algunos lo catapultó como la segunda fuerza política de la Provincia, no logró ingresar senadores en las pasadas elecciones. De repetirse esa experiencia perderían representación en esa estratégica Cámara. En la UCR las cosas no fueron muy diferentes; solo en una Sección Electoral se logró alcanzar el piso con la UDESO.

La idea de construir una alternativa programática cierta de “fuerzas afines” de cara a la sociedad es un fin político que justifica la acción de los organismos. Pero los detalles pragmáticos también empujaron a la dirigencia.

De los 69 legisladores provinciales que se elegirán en la próxima elección, 24 corresponden a los bloques que están conformando este nuevo frente, que podría denominarse Frente Progresista Cívico y Social.

Los pisos electorales que impone el sistema electoral de la provincia de Buenos Aires hace estrictamente necesario que esas fuerzas confluyan para que la dispersión no atente contra la posibilidad de obtener bancas provinciales, que para ingresar en el reparto no es el tres por ciento del padrón como la legislación federal, sino que es variable según las secciones electorales, pero siempre más que ese porcentaje.

Pero si bien es clara la necesidad política, tanto de cara a la sociedad, lo que aparecería como los beneficios colectivos el frente, y también los beneficios selectivos, ante la posibilidad de mantener buena parte de la tropa legislativa e incluso fantasear con la posibilidad de incrementarla, el acuerdo exige, tal como está planteado, sin confrontación electoral interna en el orden nacional y provincial, que todas las fuerzas actúen, con lo que algunos denominan, “expectativas limitadas”. Todas las fuerzas tendrán que ajustarse en la integración de las listas.

En ese contexto, es complejo el tironeo que se produce dentro de la UCR, también dentro del propio FAP, principalmente entre el GEN y PS. La CC-ARI también tiene sus alas y mientras una se mantiene conforme la otra está buscando un lugar en el espacio.

Sin dudas, la interna del centenario partido es la más compleja de resolver en las conversaciones, sería más sencillo con una interna para muchos de ellos, pero así como Ricardo Alfonsín hizo un gesto para afuera con su disposición a no discutir por el primer lugar de la lista, también para adentro plantea un límite: si no hay voluntad de acordar en los otros sectores del partido, su sector y él estarían dispuestos a avanzar en un acuerdo con el FAP, ya sin la UCR, sino como extrapartidarios.

Bancas en juego

En la elección legislativa de 2009 el extinto Acuerdo Cívico y Social, que estalló por los aires inmediatamente luego de las elecciones y que nunca lograron a conformar siquiera un interbloque en cualquiera de las Cámaras de la provincia de Buenos Aires, tuvo una muy buena cosecha de legisladores. Estos son los nombres de los senadores y diputados que hoy ocupan las bancadas radicales, del FAP y de la CC-ARI que terminan sus mandatos el próximo 10 de diciembre.

Senadores
Roberto Costa(1ª)
Santiago Nino (1ª)
Malena Baro (4ª)
Orlando Costa (4ª)
Omar Foglia (4ª)
Carlos Fernández (5ª)
Ricardo Vázquez (5ª)
Juan Carlos Simón (7ª)
Mariano Horacio Grau (7ª)
María Isabel Gainza(7ª)

Diputados
Roberto Filpo (2ª)
Fernanda Antonijevic (2ª)
Gustavo Vignali (2ª)
Pedro Simonini (2ª)
Marcelo Díaz (3ª)
Carlos Alberto (3ª)
Walter Martello (3ª)
Aldo Mensi (6ª)
Luis Oliver (6ª)
Aldo García (6ª)
Mirta Laspiur (6ª)
Marcela Guido (6ª)
Oscar Negrelli (8ª)