La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, encabezó en Rosario el acto central del Día de la Bandera, en el que redobló las críticas que había lanzado el día anterior contra la Corte Suprema por su fallo contra la elección popular de consejeros de la Magistratura.

De entrada nomás, la mandataria sugirió que “no sería extraño que una cautelar no nos deje votar presidentes y legisladores”. Lo hizo en la apertura de su discurso en el que hizo gala de la ironía en buenos pasajes. En ese marco sugirió: “No sea cosa que venga una cautelar y no nos dejen votar presidentes o legisladores. No sería extraño que nos dicten una cautelar. Si los presidentes y los legisladores no son convenientes puede que lo hagan”.

La presidenta dijo que “en democracia, cuando hay la posibilidad de ejercer el voto, la responsabilidad de los gobiernos también es de cada uno de los 40 millones de argentinos”.

En su durísima carga contra todo el Poder Judicial, Cristina dijo que “es el ejercicio puro y profundo de la democracia, que tanto nos costó construir y conseguir, pero que mucho más nos va a costar profundizar”.

“El acto de la democracia no es solamente el acto de votar, sino también la posibilidad de legitimar en la acción de Gobierno para todos los argentinos. Pero sobre todas las cosas para los sectores más vulnerables y para la defensa de los intereses nacionales”, señaló Cristina.

La presidenta habló de “un mundo decadente que se está cayendo”, señaló que “le está yendo mal al modelo que impusieron aquí hace algún tiempo”. Habló de los golpes de Estado y señaló que “atrás de los uniformados estaban los que los empujaron”. Fueron ellos, dijo, “los que se quedaron con los beneficios económicos, no los uniformados”.

Luego de señalar que “hoy Manuel Belgrano es un héroe pero en ese momento lo tildaban de loco” y se preguntó luego: “Si Manuel Belgrano viviera, ¿con quién cren que estaría, a quién apoyaría, ese hombre que hablaba de la industria nacional, que hablaba del comercio, de los pueblos originarios?”.

Sostuvo Cristina que “tener trabajo es tener libertad, tener salario digno es tener libertad, tener educación es libertad”, y señaló que por esa libertad pelearon Moreno, Belgrano, San Martín, Rosas, Yrigoyen, Perón… A continuación, dijo que “todavía nos faltan conquistar más libertades, cosas que lograr, sobre todo desde aquí de Santa Fe”.

Más tarde advirtió que “ha aparecido un derecho de veto que aparecido en el Poder Judicial que veta las leyes”, ante lo cual sostuvo que “la verdad que en el 2015 quiero ser jueza, yo en el 2015 quiero ser jueza, ¿para qué presidenta?”. Con ironía, acotó que apenas quiere ser “jueza de primera instancia, jueza federaluna por ahí perdida… O correccional, para que pueda tener simplemente una lapicera, un papel, una cautelar, firmar ¡y qué me importa lo que vota la gente, qué me importa los diputados, qué me importan los senadores, qué me importan los presidentes, si les tumbo todo. Esta es la verdad… Así que ya saben, ‘Cristina jueza 2015’”.

Dijo que toma las cosas con humor, pero insistió en resaltar los privilegios de los jueces, señalando que “no pagás impuesto a las ganancias, nadie te conoce, viajás adonde querés… las ventajas son innumerables”. Ante ello, recomendó a los que quieren ser gobernadores, diputados o senadores, que “replanteen sus intenciones por algo más cómodo y seguro, porque además nadie te critique y nadie te conoce, sólo tenés que encontrar solamente un gil que sea Presidente para que junte la guita para pagarte los sueldos y que no pase lo que pasó en 2001”.

“He aprendido a utilizar el humor y la alegría como el remedio más potente contra las heridas y los dolores que algunos creen que te infringen, como si fueran daños a una persona y no a un sistema. A un modelo democrático”, señaló.

En ese marco, dijo que le cuesta entender que “en este siglo XXI estén impidiendo a los argentinos votar, por eso digo que más temprano que tarde vamos a lograrlo, porque es un compromiso de democratizar a los tres poderes del Estado, no para este Gobierno, ni para el que viene, ni para ayer, es para todos ustedes, es para que cuando se sienten frente a un juez sepan que está controlado por ustedes”.

Continuó su embestida contra el Poder Judicial al reivindicar el papel de los partidos políticos, a los que definió como “los únicos representantes institucionales del pueblo”, y dijo que tras cada golpe “había un sector que siempre permanecía cristalizado”, en alusión a los jueces, a los que reprochó haber perdido la oportunidad de “encabezar un proceso de cambio como el que inició Néstor Kirchner en 2003”.

Empero, sugirió que “siempre hay tempo para cambiar, para elegir, para decidir ser un poco mejor”.

“Se también que me la van a querer hacer todavía más difícil, porque cuando uno toca determinadas corporaciones, determinados poderes, enseguida viene el vuelto. Si mi rol en la historia es haber abierto el debate por una justicia mejor y legítima, estoy dispuesta a aguantar todo lo qeu se me venga encima, como siempre hice en la vida. Mi compromiso es con la historia, con el pueblo y fundamentalmente con los que dieron la vida por vivir en una Argentina mejor”.

Por último, aseguró que “parte de los problemas terribles de seguridad que tenemos en el país también tienen que ver con la justicia. No hay buena seguridad sin buena justicia”.

“Es necesaria una Justicia que de verdadera seguridad a los argentinos porque parte de los problemas terribles de seguridad, como el narcotráfico, la violencia y la trata de personas, también tienen que ver con la Justicia. No hay buena seguridad si no hay buena Justicia”, dijo la mandataria.

“No es solo una cuestión institucional, es la vida con nuestros pibes”, expresó.