En una sesión con algunos momentos picantes, el jefe de Gabinete defendió la gestión de gobierno, abundó en cifras y volvió a cruzarse con senadores radicales. El informe se extendió durante ocho horas. El reparto de la publicidad oficial y las mediciones oficiales, entre los temas más incómodos.
Por Carolina Ramos
Jorge Capitanich volvió a encabezar en el Senado una férrea defensa de la gestión kirchnerista, con sobreabundancia de cifras y algunos cruces picantes con legisladores radicales. El jefe de Gabinete brindó este miércoles su segundo informe de gestión ante la Cámara alta, donde expuso cuatro horas menos que en su anterior y maratónica visita.
Capitanich –quien recibió más de mil preguntas por escrito- acusó a la oposición de “negar los avances” de la última década y exhibió al principio un tono crispado, con cruces verbales que el presidente provisional del Senado, el santiagueño Gerardo Zamora, no logró controlar.
Sentado en un sillón de cara al recinto, el funcionario brindó su informe inicial y luego respondió una a una las preguntas de los senadores, en una dinámica idéntica a la última sesión, con la ayuda de gráficos impresos.
“Lo único que hace la oposición es fustigar al Gobierno”, se quejó Capitanich, y agregó que “es necesario reconocer lo que falta, pero también lo que se ha hecho”.
El radicalismo buscó acorralar a Capitanich con temas como la medición de la pobreza y el reparto de la publicidad oficial. Ernesto Sanz apretó al funcionario y la réplica no tardó en llegar: “Usted utiliza mi presencia para posicionarse en su campaña presidencial”, le espetó.
El jefe de Gabinete aseguró que “la participación de la publicidad oficial sobre la publicidad total es irrelevante” e intentó desviar las críticas a la publicidad privada, que, sostuvo, “se concentra en los grandes grupos mediáticos” y, sobre todo, “en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
El presidente del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales, acusó al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, de “desviar el debate” sobre este tema y denunció que existe “discrecionalidad” en el reparto. Además, advirtió que el Gobierno “no cumple” con los principios dictados en los fallos favorables al Grupo Perfil y a Canal 13.
El jefe de Gabinete no dio respuestas concretas sobre el índice de pobreza, ausente en el nuevo IPC. “Capitanich recurre a la descalificación personal cuando no le gustan las preguntas y no quiere dar respuestas. Lo importante es que no reconoció la pobreza y que no dio ninguna estimación a pesar de tener los datos y la metodología”, lamentó Laura Montero.
En el mismo sentido se expresó Gabriela Michetti (Pro): “Se nos está ocultando un dato muy importante para poder hacer que las políticas sociales vayan en consonancia con la realidad”, denunció.
Otro de los temas que dejó en jaque a Capitanich fueron las “contradicciones” del oficialismo con respecto a la declaración de la telefonía celular como servicio público, que empezó a debatirse este miércoles en la Cámara alta. Así lo hizo notar el socialista Rubén Giustiniani, quien hace años insiste con un proyecto de ley en ese sentido.
En tanto, Liliana Negre de Alonso (peronismo opositor) le pidió al jefe de Gabinete “trabajar en forma conjunta” para cumplir con el último fallo de la Corte Suprema de Justicia, que insta al Congreso a crear nuevos tribunales previsionales con el fin de acelerar los juicios de los jubilados.
La chubutense Graciela Di Perna preguntó por la brecha en el precio de la nafta entre las provincias, que “en algunos casos supera el 30 por ciento”, y Capitanich vinculó estas diferencias a “la etapa de distribución de los combustibles”.
Entre los logros de la década kirchnerista, remarcó la creación de “seis millones de puestos de trabajo” y agregó: “Hemos mejorado sustancialmente la asignación de recursos”.
Sobre el sistema de seguridad social, apuntó que de marzo de 2009 al mismo mes de 2014, “las jubilaciones se incrementaron un 300 por ciento”, es decir “más que cualquier indicador salarial desde la Ley de Movilidad Jubilatoria”.
Por otra parte, Capitanich destacó la reestructuración de la deuda de las provincias con el Estado nacional y subrayó que desde el año 2003 el Gobierno impulsó una “exitosa” negociación de la deuda pública externa para “garantizar el crecimiento de la economía y el flujo de inversiones extranjeras” en el país.
Sobre esto último, el jefe de Gabinete precisó que el país está dispuesto a asumir sus compromisos internacionales, pero no a dar mayores beneficios a los fondos buitres.
Asimismo, ponderó el proyecto de ley para disminuir las cargas patronales de las microempresas que incorporen trabajadores al régimen formal. Dijo que el 33,5 de los trabajadores están en negro y que se espera que para 2015 este sector disminuya al 28 por ciento.
Capitanich también negó que el país esté “aislado” a nivel internacional, como lo advierten algunos opositores. Para refutar este argumento, leyó una larga lista de organismos internacionales integrados por Argentina, que incluye al estratégico Consejo de Seguridad de la ONU. “Argentina logra junto a los países de la región un proceso de integración”, resaltó luego en relación al Mercosur y la Unasur.
En tanto, aclaró que para fines de junio espera que el Poder Ejecutivo concluya la esperada reglamentación de la Ley de Trata de Personas, cuya demora atribuyó al trabajo mancomunado con las provincias.
A diferencia de la sesión anterior, la oposición omitió temas como el narcotráfico y la devaluación, que habían dominado las preguntas de los senadores en el primer informe del jefe de Gabinete.
