Haciendo honor al título de la nota del doctor Zaffore, deseo agregar algunas precisiones que aclaran la verdad histórica. Cuando se refiere el autor a la legalidad democrática, encarnada en la persona del doctor Frondizi, no dejó de asombrarme ya que la democracia está reñida absolutamente con la proscripción de partidos políticos o de personas y todos sabemos que el doctor Frondizi aceptó presentarse como candidato en una contienda electoral en la que estaba proscripto el partido mayoritario, el peronista, y su líder, el general Juan Domingo Perón quien había sido electo presidente de la Nación en dos oportunidades sin proscripciones de ningún tipo. Frondizi ganó las elecciones con el apoyo de los votos peronistas, por un acuerdo con Perón que estaba en el exilio por el cual, Frondizi se comprometía a levantar las intervenciones a los sindicatos y la proscripción del peronismo. No cumplió.

Con respecto a las apreciaciones de la aplicación del Plan Conintes, la Ley de Organización para tiempo de guerra, como su nombre lo indica, fue creada en previsión de una futura tercera guerra mundial y se ocupaba de diversas cuestiones como defensa civil, organización de las poblaciones y otros temas. En su artículo 27 incluía un párrafo que autorizaba al Poder Ejecutivo a ordenar la movilización del servicio civil en casos de catástrofes y emergencias graves. El Plan Conmoción Interna del Estado (Conintes) fue aprobado por el presidente Frondizi mediante el decreto 9880/1958 y comenzó a ser ejecutado facultándolo a declarar el estado Conintes y a restringir la vigencia de los derechos y garantías constitucionales, habilitando la militarización de la población. Con los artículos 10.394 y 10.395 del 27 de noviembre de 1958 se reglamentó la ley, con el único objeto de controlar la población civil, especialmente a los trabajadores de los sindicatos que se oponían a la firma de contratos petroleros del Gobierno con empresas norteamericanas, en zonas en las que ya se había encontrado petróleo.

La represión con tanques Sherman en el Frigorífico Lisandro de la Torre sólo fue el comienzo de la militarización a través de la que se expresaba el Gobierno del doctor Frondizi. Según él, había necesidad de racionalizar el sistema ferroviario para lo cual los movilizó aplicándoles esta ley y puso jefes del Ejército al mando de las líneas del ferrocarril.

El 13 de marzo de 1960, decidió poner en vigor el Plan Conintes, que subordinaba las policías provinciales a la autoridad del Ejército y pasaba a los civiles a tribunales militares. Así fueron detenidas tres mil personas, la mayoría obreros que participaban en las luchas en contra de los convenios con el Fondo Monetario Internacional, en defensa de sus fuentes de trabajo y sus magros salarios. Tanto los ferroviarios como los obreros de la carne fueron puestos bajo mandos militares, sufrieron Consejos de Guerra Especiales, vergonzosos juicios sumarios y prisión por años. Toda esta represión, el abuso y la cárcel, todo esto, sucedió bajo el Gobierno de Arturo Frondizi.

En 1961, Frondizi le pide a un General de Ejército de Estados Unidos, llamado Thomas Larkin, que elabore un plan de “reestructuración ferroviaria”, cosa que rápidamente intentó aplicar sobre el sistema ferroviario. El mismo fue resistido en forma heroica por la totalidad de los trabajadores de la actividad, entre los que me encontraba. Fueron cuarenta y dos días de huelga consecutivos de la paralización del sistema, que propugnaba el cierre de los ramales y talleres ferroviarios. Al final se pudo frenar ese intento insensato y atentatorio sobre los ferrocarriles, pero el daño ya se había concretado. Se abonaron indemnizaciones a miles de trabajadores que creyeron que ese monto de dinero les iba a dar bienestar por siempre.

El sistema ya había entrado en el declive del que nunca (recién ahora se vislumbra una recuperación) pudo salir. Como ejemplo podemos decir lo que ocurrió en el histórico taller Alianza del Ferrocarril San Martín, que de 1350 trabajadores volvimos de la huelga menos de 300.

Cuando candidatos peronistas ganaron las elecciones a gobernador del 18 de marzo de 1962, a este “presidente tan democrático” no le tembló la mano para firmar la intervención a las mismas y ante la renuncia de sus ministros, se abocó a formar un nuevo gabinete impuesto por los militares, pese a lo cual, lo acabaron desplazando del Gobierno.

Como fui detenido por el Plan Conintes siendo trabajador del ferrocarril y luego Frondizi anuló las elecciones en las que había sido elegido diputado en la provincia de Buenos Aires, me siento en la obligación de aclarar esta confusión ya que pareciera que burlar la voluntad popular expresada en las urnas fue un acto patriótico según el doctor Zaffore y casi tendríamos que dar gracias, ya que este presidente nos salvó la vida al tenernos presos. ¿Todo esto es cabalmente democrático?