Por Silvina García Larraburu. La senadora aboga por la aprobación de un proyecto de su autoría para modificar el Régimen Regulatorio de la Industria y Comercialización del Gas Licuado de Petróleo.
Garantizar el acceso a los servicios públicos básicos resulta un deber del Estado, más aún en lugares en donde las dificultades de las bajas temperaturas hacen más difícil la vida en general. Por ello, el año pasado presenté un proyecto de ley para modificar el Régimen Regulatorio de la Industria y Comercialización del Gas Licuado de Petróleo (GLP).
La sanción de la iniciativa no sólo resulta imperiosa para la Patagonia y sus pobladores, sino que es una política necesaria para contribuir al desarrollo del país y cambiar la realidad de muchas zonas a un precio justo, acorde al bolsillo de los ingresos populares.
Como hemos visto en los últimos días, la práctica de aumentar los precios de las garrafas por parte de los proveedores es cada vez más cotidiana y no tienen tapujos para perjudicar a los usuarios en cada ocasión que el Estado anuncia un nuevo programa de subsidios.
La propuesta de modificar la industria del GLP busca garantizar el abastecimiento del mercado interno, a precios que no superen los de paridad de exportación. El proyecto establece la incorporación de las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, al precio regional diferencial para los consumos residenciales. Actualmente Chaco, Formosa, Misiones y el norte de Santa Fe, ya son parte de este beneficio.
Principalmente se propone la construcción de una planta de producción de envases y cilindros de GLP y garrafones en la zona de Ingeniero Jacobacci, provincia de Río Negro. Una planta de estas características sería trascendental para nuestra provincia, ya que realizaría el fraccionamiento, envasado, transporte y comercialización de GLP para asegurar el abastecimiento patagónico.
La concreción de la Ruta 23, que recorre la provincia de punta a punta e incorpora la línea sur a distintas disciplinas, ayudaría a desarrollar esta iniciativa. Hoy en día, decenas de localidades cuentan con amplios porcentajes de población que no tienen conexión a las redes de distribución de Gas Natural y dependen del GLP envasado para poder calentar sus hogares y cocinar durante todo el año.
El promedio de los hogares sin red de gas en estas provincias es del 15.5% y Río Negro encabeza la estadística patagónica como provincia con mayor cantidad de personas sin acceso a la red –el 19% de la población depende del gas envasado-.
En estas regiones durante más de la mitad del año la temperatura mínima media, varía entre los seis grados y los dos grados centígrados bajo cero. Se trata de una zona donde el mayor tiempo del año estamos en invierno y el gas se traduce netamente en calidad de vida.
Garantizar el acceso a los servicios públicos básicos es urgente, más aún en lugares donde las dificultades por bajas temperaturas hacen más difícil la vida en general. Por ello creo sumamente necesario concretar este proyecto que se traducirá en trabajo, en industria, en valor agregado para nuestra región y en trasformación para la calidad de vida de los ciudadanos.
