Por Silvina García Larraburu. La senadora rionegrina rescata el sueño del prócer Belgrano, al que considera vigente y pide demostrar coraje, convicción y compromiso.
Hoy celebramos el Día de la Bandera, en conmemoración del fallecimiento de su creador. Nuestra celeste y blanca nació como una insignia del ejército independentista para diferenciarse de tropas españolas y se convirtió finalmente en el símbolo de nuestra identidad nacional.
Manuel Belgrano, prócer revolucionario y máximo defensor de la libertad, se ocupó de demostrar que la riqueza de la nación y la soberanía de su economía dependía del desarrollo de la agricultura, la industria y el comercio; banderas que levantaron también los patriotas que lo sucedieron. Además sumó a sus principales ejes la defensa por la enseñanza estatal, gratuita y obligatoria, junto a la reforma agraria.
Comprometido con la historia libertadora de nuestra patria, se enfiló entonces detrás de las milicias criollas para defender la ciudad durante las invasiones inglesas, fue un fervoroso defensor de la causa patriótica durante la Revolución de Mayo, vocal de la Primera Junta y creó nuestra bandera un 27 de febrero de 1812 durante la expedición al Paraguay.
Entre sus luchas, se pueden encontrar al heroico éxodo del pueblo jujeño y a las grandes victorias de Tucumán, Salta y Las Piedras. También formó parte de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma y su retiro del ejército del Norte.
El sueño de aquel prócer hoy continúa vigente y debemos demostrar con hechos concretos, que los argentinos enarbolamos nuestra Bandera con convicción, coraje, compromiso, responsabilidad, fe y esperanza.
Hoy, en el día de nuestra insignia Patria, icemos orgullosos los colores de la patria y continuemos en el camino por la construcción de una Nación más soberana.
