Las escandalosas elecciones de Tucumán, bien anuladas por la Justicia, ampliaron la grieta entre los que quieren el poder a toda costa y los que defienden las elecciones limpias. Se escrachó, atentó y acusó a los camaristas de prevaricato y sedición, y se amenazó de intervenir los tres poderes para removerlos. La presidenta se jugó a favor de Juan Manzur sin importarle las graves irregularidades del comicio. El fallo fue revocado por la Corte provincial, bajo la presión de Alperovich y sus militantes. Cano promete recurrir ante la Corte Nacional.

Nuevas elecciones podría dar legitimidad al resultado por más de 10 puntos que el gobierno está seguro haber obtenido.

No se dialogó, ni hay clima para que jueces, autoridades nacionales o eclesiásticas lo convoquen. La proximidad al Bicentenario de la Declaración de la Independencia es una buena razón para intentarlo si queremos que en el Jardín de la República el próximo 9 de julio lo celebremos todos los argentinos con un gobierno legítimo, surgido de elecciones libres.

Córdoba, septiembre de 2015.

*Es profesor de Derecho Constitucional las UNC y UCC y fue diputado de la Nación.