Tanto diputados como senadores están definiendo las presidencias e integración de los cuerpos de trabajo, en un reparto donde nadie quiere ceder. En la Cámara baja el escenario es más parejo, mientras que en el Senado las negociaciones están al rojo vivo. Algunas de las posibilidades que se barajan.
El primer capítulo de las batallas que oficialismo y oposición librarán en el Congreso ya comenzó a escribirse y tiene final abierto: la disputa por las comisiones del Senado y la Cámara de Diputados. El nuevo escenario político puso en jaque la ventaja con la que corrió el kirchnerismo en los últimos años, cuando había hecho del debate en comisión un trámite expeditivo y fugaz. Ahora todo es negociación, comenzando por quiénes estarán al frente de cada cuerpo.
Nadie puede soslayar la importancia crucial de la tenencia de los cuerpos de trabajo. Gozar de la presidencia de una comisión permite manejar los tiempos, el ritmo y el formato de discusión de las leyes. Ejemplos sobran de normas que fueron trabadas en la instancia previa al recinto. Algunos de los más recientes fueron la regulación de los debates presidenciales y de las protestas sociales.
Los duros tironeos en la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo fueron el prólogo de la compulsa que tiene enfrascados a todos los bloques. La novela comenzó hacia fines de diciembre, cuando Cambiemos y el Frente para la Victoria no lograba llegar a un acuerdo en torno a la presidencia. La disputa se dio por la paridad en la integración del cuerpo, que quedó conformado por ocho diputados del kirchnerismo y ocho del oficialismo y otros bloques (seis de Cambiemos, uno del Frente Renovador y uno del Peronismo Federal). Con esos números sobre la mesa, el resultado final fue una presidencia compartida por el senador radical Luis Naidenoff y el diputado camporista Marcos Cleri, con un año de mandato cada uno.
Pero el acuerdo dio lugar a una nueva pelea en virtud de la cuestión de fondo: el avance de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) dictados por el presidente que la comisión debe validar o invalidar. Dado que ningún bloque tiene la mayoría, Naidenoff tuvo que desempatar en oportunidad del tratamiento de una serie de decretos. Y para los más incómodos –la creación del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) y la derogación del decreto que devolvió a tres provincias el 15% coparticipable que ceden a la Anses-, tanto el Frente para la Victoria como Cambiemos salieron a la caza de las firmas del representante del Frente Renovador en la comisión, el diputado Raúl Pérez, y el senador Adolfo Rodríguez Saá.
El caso de esta bicameral sirve como ejemplo para entender por qué nadie quiere ceder ni un centímetro en la batalla por las comisiones. En la Cámara de Diputados, donde la integración da lugar a un reparto más equitativo, la lucha no es tan sangrienta como en el Senado, que luce una amplia mayoría numérica del kirchnerismo. En ambos casos, las negociaciones siguen su curso, con reuniones primero dentro de los bloques y luego entre éstos. Pero el 1ro. de marzo se aproxima y es casi un hecho que no habrá un acuerdo definitivo antes de esa fecha, cuando Mauricio Macri inaugure las sesiones ordinarias. De momento, se le daría prioridad a las comisiones que tengan competencia en los temas de agenda.
En medio de las conversaciones, circuló en Diputados la versión de que su presidente, Emilio Monzó, atendería un viejo reclamo de distintos sectores y reduciría la cantidad de comisiones permanentes –hoy son 45-, lo que generaría un estallido en todos los acuerdos logrados hasta el momento. No sólo se habla de disminuir el número, sino de reducir la cantidad de oficinas destinadas a las comisiones. Otra reforma que generaría malestar. “Vamos a estar todo el año discutiendo espacios físicos y de producción legislativa”, graficó una fuente del kirchnerismo. Hasta ahora, el macrismo no confirmó esa versión.
El reparto en Diputados
El Pro no perdió tiempo y, poco después de que asumiera Macri, confirmó los nombres que escogió para ocupar las presidencias de las comisiones clave para garantizar la gobernabilidad. Para Presupuesto y Hacienda, el elegido fue el economista santafesino Luciano Laspina, mientras que en Finanzas será propuesto el bonaerense Eduardo Amadeo y en Asuntos Constitucionales, el porteño Pablo Tonelli. El macrismo también buscará asegurarse la posesión de las estratégicas comisiones de Juicio Político y Relaciones Exteriores.
Son ocho las comisiones con las que piensa quedarse este bloque, que debe repartir cargos con la UCR y la Coalición Cívica, sus socios de Cambiemos. Los radicales piden también ocho, y al espacio liderado por Elisa Carrió le correspondería una. Las tres fuerzas –que hace pocos días oficializaron el interbloque- suman un total de 17 comisiones, según se acordó en base el sistema D’Hont.
El bloque de Mario Negri -quien también es el encargado de coordinar el interbloque- ya mantuvo varias reuniones tras las cuales confirmó qué comisiones quiere presidir y a quiénes quiere colocar en cada una. Éstas son las de Justicia -propone al cordobés Diego Mestre-; Legislación Penal -la jujeña Gabriela Burgos-; Seguridad Interior -el mendocino Luis Petri-; Educación -el puntano José Riccardo-; Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia -el correntino Julián Dindart-; Recursos Naturales -el santafesino Mario Barletta-; Asuntos Municipales -la cordobesa Soledad Carrizo- y Economías y Desarrollo Regional -la aliada catamarqueña Myrian Juárez-. A la Coalición Cívica le quedaría nada menos que la Comisión de Legislación General, segunda en importancia, y para ese lugar el elegido sería Fernando Sánchez, un hombre de plena confianza de Elisa Carrió.
En el herido Frente para la Victoria le restan importancia al efecto que tendrá la división del bloque en el reparto de comisiones. Antes de la ruptura con el nuevo bloque Justicialista, el espacio de Héctor Recalde hablaba de 20 comisiones, de acuerdo con un conteo basado en el sistema D’Hont. “La propuesta que haremos no va a variar mucho”, indicó un vocero de esa fuerza, que recordó que el bloque, con 81 miembros, sigue siendo primera minoría. Además, reconoció que la relación con Monzó está más apaciguada, luego de los despidos en la Cámara y el altercado por el despacho de Máximo Kirchner. Según dicha fuente, en el kirchnerismo aspiran a “tener cargos en 30 comisiones”. Quien lleva adelante las negociaciones con Monzó es la secretaria parlamentaria del Frente para la Victoria, Teresa García. En este marco, La Cámpora buscará lo suyo.
Con 28 integrantes -35 en el interbloque-, el Frente Renovador de Sergio Massa se siente con derecho a reclamar nueve comisiones. Será difícil que se las concedan. En ese intento se encuentra la jefa del bloque, Graciela Camaño, en diálogo con Nicolás Massot, su par del Pro. En tanto, los peronistas que se aislaron del Frente para la Victoria sumaron 17 y también podrían reclamar algún lugar en el reparto.
Además de las ya mencionadas, deben definirse las comisiones de Obras Públicas; Cultura; Previsión y Seguridad Social; Personas Mayores; Legislación del Trabajo; Defensa Nacional; Agricultura y Ganadería; Industria; Comercio; Energía y Combustibles; Comunicaciones e Informática; Ciencia y Tecnología; Acción Social y Salud Pública; Transportes; y Asuntos Cooperativos, Mutuales y ONGs.
También las de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios; Vivienda y Ordenamiento Urbano; Peticiones, Poderes y Reglamento; Turismo; Economía; Minería; Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico; Análisis y Seguimiento de Normas Tributarias y Previsionales; Población y Desarrollo Humano; Deportes; Derechos Humanos y Garantías; Mercosur; Pequeñas y Medianas Empresas; Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia; Libertad de Expresión; y Discapacidad.
La pelea en el Senado
En el Senado es donde se da la guerra más cruda por la posesión de las comisiones. El llamado a extraordinarias por parte de Macri dio el puntapié inicial a la disputa, en una Cámara donde el Frente para la Victoria, conducido por Miguel Pichetto, cuenta con quórum propio.
El primer capítulo de esa contienda ya fue cerrado y de manera pacífica, pues Cambiemos aceptó cederle al Frente para la Victoria la estratégica presidencia de la Comisión de Acuerdos, por donde deben pasar todos los pliegos, entre los que se destacan los candidatos a la Corte Suprema de Justicia -las candidaturas de los embajadores políticos no ofrecieron resistencia por parte del peronismo-. Oficialismo y oposición acordaron que el peronista salteño Rodolfo Urtubey continúe al frente de esa comisión, pero la alianza de gobierno no estaría dispuesta a resignar el resto de las comisiones clave para garantizar la gobernabilidad.
“Nosotros queremos que las comisiones funcionen. Cedimos Acuerdos, pero el resto las vamos a pelear”, adelantó el radical Julio Cobos. El mendocino anticipó que Cambiemos reclamará para sí las presidencias de Asuntos Constitucionales, Legislación General, Relaciones Exteriores y Presupuesto y Hacienda –la cual aspira a presidir-. Incluso, dijo Cobos, podrían pedir tener representación mayoritaria en dichas comisiones, “independientemente de la composición del Senado”, ya que, según interpretó, hay una “tradición” de que la fuerza gobernante goce de este privilegio para garantizar la gobernabilidad. Otro integrante del bloque radical, de buen diálogo con Pichetto, aseguró en off que intentarán negociar un 50% de integrantes del oficialismo y el otro 50% de la oposición en cada comisión. De todos modos, la UCR dialoga en paralelo con el interbloque de Unidos por una Nueva Argentina y con Rodríguez Saá.
En la vereda de enfrente, el Frente para la Victoria mantiene firme su postura de presidir la mayor parte de las comisiones del Senado y tener mayoría de integrantes en todos los grupos de trabajo. El bloque tiene 40 miembros y algunos aliados, y hará valer ese número frente a los 15 senadores que suman el Pro y la UCR. En este sentido, desde la bancada donde conviven kirchneristas y peronistas fieles a sus gobernadores aseguran que, en última instancia, podrían dirimir la puja en el recinto. El bloque buscaría retener a Marcelo Fuentes en Asuntos Constitucionales, Juan Manuel Abal Medina en Presupuesto y Hacienda, y Pedro Guastavino en Justicia.
En el Senado hay 27 comisiones: Banca de la Mujer; Acuerdos; Agricultura, Ganadería y Pesca; Ambiente y Desarrollo Sustentable; Asuntos Administrativos y Municipales; Asuntos Constitucionales; Ciencia y Tecnología; Coparticipación Federal de Impuestos; Defensa Nacional; Deportes; Derechos y Garantías; Economía Nacional e Inversión; Economías Regionales, Social, Micro, Pequeña y Mediana Empresa; Educación y Cultura; Industria y Comercio; Infraestructura, Vivienda y Transporte; Justicia y Asuntos Penales y Legislación General.
Además, el listado incluye las de Minería, Energía y Combustibles; Población y Desarrollo Humano; Presupuesto y Hacienda; Relaciones Exteriores y Culto; Salud; Seguridad Interior y Narcotráfico; Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión; Trabajo y Previsión Social; y Turismo.
Lo que pide Cambiemos
En Diputados, el interbloque Cambiemos pedirá 17 comisiones, mientras el Frente para la Victoria y el Frente Renovador negocian lugares
Cambiemos busca en el Senado que el Frente para la Victoria le ceda al menos la mitad de la integración de cada comisión.
