Muy crítico respecto de muchas políticas que aplica el gobierno que él integra, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, no tiene pelos en la lengua para exteriorizar sus diferencias. Por ejemplo con el “timbreo”, que no cuestiona en sí mismo, pero aclara que lo que reclama es “más profundidad en la política”. Quiere que los timbrazos no inhiban cuestiones que no deben estar ausentes de la política, como la política tradicional y la territorial.

Admite en ese sentido que hubo “muy poco” de política territorial, aunque reconoce que “es muy difícil tener pocos actores para hacer todo”. En su caso, dijo que su labor al frente de la Cámara de Diputados “se lleva el cien por ciento”.

“La mejor forma de ayudar al presidente es decirle la verdad”, resumió Monzó en una entrevista con Perfil. Reivindicó su postura de no ser “hipócrita” para estar bien con Mauricio Macri.

El presidente de la Cámara baja expresó su deseo de sumar peronistas a Cambiemos, y en ese sentido aseguró que “el peronismo tiene dirigentes impresionantes que hay que invitar al poder: Omar Perotti, Randazzo, Julián Domínguez, Bossio, Katopodis o Urtubey”. Y a continuación expresó sus dudas respecto de que Cambiemos vaya a ser lo que vaya a perdurar. “El espacio de Cambiemos se consolida como espacio de gestión pero no como espacio político”, admitió.

Consideró a Cambiemos “un esquema electoral con éxito, no seamos hipócritas. Ahora, hay mucha distancia en que se transforme en un cuerpo sólido como partido político. Hoy el común denominador es la responsabilidad de gobernar. No hay que tener prejuicios para sumar dirigentes”.

Admitió un distanciamiento con María Eugenia Vidal, ya solucionado, pero aseguró que ahora “hay un objetivo común: las elecciones de 2017 y una gestión muy difícil en la Provincia”, y reconoció en la gobernadora “una gran valentía”.

También expresó sus diferencias respecto de Jaime Durán Barba, al que cuestionó “su excesiva vanidad”, que “lo lleva a excederse en sus atribuciones y apreciaciones sin el conocimiento como para hacerlo”.

Afirmó que “Duran Barba tiene muy poca idea, y casi nada, de la realidad de la política territorial de la Argentina. Cuando una persona opina, con apariencia de tener mucho conocimiento de algo que no tiene, ahí hay un exceso. Y eso me produce un encuentro frontal. Cuando Durán Barba opina qué hay que hacer en la primera sección electoral, ahí es donde se complica. En la apreciación de los resultados, cuando hay un éxito, el autor intelectual absoluto es Durán Barba y cuando hay una derrota el problema fue el contexto o el candidato. A mi criterio, en política dependemos en gran parte del contexto y el resultado se logra por muchos factores que nos trascienden. El segundo motivo es el esfuerzo del candidato”.

Consideró que el ecuatoriano está sobrevalorado, y lo definió como “alguien que viene part time, que está en su casa”, que como tal “nunca puede saber más de la situación política que el que está en la calle. Marcos Peña estuvo en la campaña y es, desde lo comunicacional y la estrategia, la persona más importante. Desde lo político, nuestro equipo. Duran Barba es un consultor. Ponerle otro valor es un exceso”.