Elisa Carrió tuvo una jornada activa en el Congreso, que culminó con un paso suyo por el canal TN, donde volvió a hablar del diputado Julio De Vido. Precisamente ella, que fue destinataria de la última declaración que se le escuchó al exministro todavía en libertad: “Mándenle champán a Carrió”.

La diputada nacional de Cambiemos consideró la detención del exfuncionario como “un regalo de Dios”, y admitió haberse sentido “conmocionada” durante la votación en Diputados.

“No podía creer, fueron tantos años… Estaba conmocionada en la Cámara”, señaló en el programa A Dos Voces, donde consideró que “esto es un regalo de Dios porque esta Justicia era casi imposible”.

¿Qué sintió cuando salió el desafuero” Se le vinieron “años encima y la alegría de que empiece la Justicia”, confesó, para calificar luego a De Vido como “el gran coimero en nombre del Estado y todo lo involucra”.

A su juicio, el exfuncionario nunca pensó que iría preso, en razón del “conocimiento que tenía y lo que había robado, sentía que los tenía atados y extorsionados a todos”.

“Son doce años de lucha, quiso meterme presa. En lugar de hablar del desafuero tendría que explicar todo lo que le robó a la Nación”, remarcó la legisladora.

Más tarde admitió tener “ganas de llorar” y también de irse. “Cuando vencés sentís la pena de que no te hayan escuchado a tiempo, se te hacen carne viva las lastimaduras”, expresó.

Y respecto del caso Maldonado, a propósito de sus declaraciones que le valieron durísimas críticas, se quejó por haber sido tratada como una “insensible”. Carrió sostuvo que los que la acusaban eran los que sabían que Santiago Maldonado estaba muerte. “Parte del kirchnerismo reaccionó así porque sabía que estaba muerto”, dijo, y anticipó que irá a los organismos internacionales “a decir que están siendo manipulados con testimonios falsos al servicio de un golpismo y del uso de figuras tan sagradas como es la desaparición de personas. Sinceramente pensé que la RAM tendría con vida a Santiago”.