Por más que desde el kirchnerismo se insiste en la necesidad de que “no se rompa el bloque PJ-FpV”, que hoy por hoy es mayoría y de continuar con su actual conformación podría mantener al menos la condición de primera minoría, queda claro que está todo dado para la fractura. Y para muchos esa fractura ya se dio, de hecho, el miércoles en el marco del debate de la reforma previsional, rubricada con esa votación.

En rigor, no es la primera ley en la que el bloque que conduce Miguel Angel Pichetto vota de manera diferenciada en alguna norma. Sobre todo los kirchneristas duros suelen diferenciarse del resto de la bancada, pero en esta oportunidad, por la magnitud de la norma discutida y por la situación actual que vive el bloque, cobra mayor importancia lo sucedido el miércoles.

Pasa que todo el mundo está atento a los movimientos de los todavía integrantes del bloque PJ-FpV y se preguntan de qué lado estará cada uno a partir de la conformación de dos nuevas bancadas. O una, la del bloque Justicialista -tal vez ese sea su nombre-, que sería la manera de Pichetto para “romper sin romper”. O sea, armando un nuevo bloque; en cuyo caso, los que queden con Cristina Kirchner tal vez mantengan el nombre actual del bloque, mostrando así que los que se alejaron no fueron ellos. Se verá, muy pronto.

En lo inmediato, lo que resta es seguir analizando cuántos se quedarían con la expresidenta. Tal cual adelantó hace meses parlamentario.com, lo más probable es que el bloque cristinista esté conformado por una decena de legisladores, entre ellos la propia CFK. Con ella estarían la correntina Ana Almirón, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, el neuquino Marcelo Fuentes, la rionegrina Silvina García Larraburu, los chubutenses Nancy González y Juan Mario País, la chaqueña María Inés Pilatti Vergara, la santafesina María de los Angeles Sacnun y la santacruceña Ana María Ianni.

Esa es la decena en la que siempre se piensa, aunque podría ser más reducida, en caso de que País, un moderado de buena sintonía con Pichetto -que ingresó recientemente al Consejo de la Magistratura- pudiera seguir el camino del rionegrino.

Oportunamente, parlamentario.com especuló con la posibilidad de que en lugar de ser menos, los cristinistas fueran más. Y sugerimos estar atentos a determinados episodios que pudieran mostrar un alineamiento puntual de uno u otro lado. Por ejemplo cuando la desaparición de Santiago Maldonado, varios legisladores llevaron a la Cámara alta la costumbre más habitual en Diputados del kirchnerismo de mostrar carteles en sus bancas. En esa oportunidad, el núcleo duro kirchnerista puso los carteles reclamando por el joven tatuador, pero también lo hicieron Inés Blas, el chaqueño Aguilar, la tucumana Beatriz Mirkin, y las riojanas Teresita Luna e Hilda Aguirre. Estas dos últimas no siguen a partir de diciembre, Aguilar es bastante independiente, pero sugerimos entonces estar atentos a la catamarqueña Blas, cuya gobernadora Lucía Corpacci supo ser muy cercana a Cristina y tiene una relación cambiante con el Gobierno. En el caso de Mirkin, y su gobernador, Juan Manzur, tiene una relación en general tirante con Cambiemos. País, dicho sea de paso, no puso cartel.

Pero ante la proximidad de un desenlace y consumada en octubre la derrota electoral de Cristina -que no es un dato menor-, conviene estar más atentos a datos concretos y cercanos que podrían echar luz a lo que viene. Nada mejor entonces que la votación del miércoles por la reforma previsional, que Cristina Fernández de Kirchner mandó a rechazar.

Los senadores del ala kirchnerista que rechazaron el proyecto fueron Ana Almirón, Anabel Fernández Sagasti, Marcelo Fuentes, Silvina García Larraburu, Virginia García, Nancy González, María Inés Pilatti Vergara, y María de los Ángeles Sacnun, entre los que siguen después del 10 de diciembre; la santacruceña María Ester Labado, y los sanjuaninos Ruperto Godoy y Marina Riofrío también votaron en contra.

Dentro del PJ-FpV, votaron en contra Hilda Aguirre y la jujeña Liliana Fellner, que concluyen sus mandatos, pero también Eduardo Aguilar, Mario Pais, Omar Perotti y Carlos “Camau” Espínola.

Nadie imagina que Perotti y Espínola vayan a preferir a Cristina en lugar de a Pichetto, y más bien habría que interpretar sus actitudes con la de senadores “sin tierra”, aquellos que no tienen gobernadores a los que responder. Los interrogantes sobre País ya están planteados, y en cuanto a Aguilar, habrá que estar atentos: mostró distancia con su gobernador Domingo Peppo, habrá que ver entonces dónde se para a partir del 10 de diciembre.

Formoseños y pampeanos despejaron dudas, al votar alineados con Pichetto los cuatro senadores de esas provincias. Era lógico, pues esos senadores responden claramente a sus gobernadores, que más allá de lo críticos que son con el Gobierno nacional, no estarán del lado de Cristina.

Adolfo Rodríguez Saá se mostró durante la jura todo el tiempo junto a Cristina Kirchner, y el miércoles no solo votó junto a Liliana Negre en contra, sino también trató de boicotear el tratamiento del tema en el inicio de la sesión. Pero históricamente los puntanos siempre han jugado a su independencia y todo indica que así seguirán: no formarán un interbloque con los de Pichetto, pero tampoco habría que imaginar a los puntanos integrándose al cristinismo, aunque pueda imaginárselos unidos en las votaciones en el futuro.

El chubutense Alfredo Luenzo, que algunos imaginan alineándose con Pichetto, pareciera seguir manteniendo una posición equidistante e independiente: se abstuvo.

Fue una buena y esperable noticia para el Gobierno la manera como votaron los misioneros Salvador Cabral -integrante del bloque PJ/FpV- y Sandra Giménez, a favor de la reforma previsional, señal de que el Frente Renovador de la Concordia mantendrá cierta sintonía con el Gobierno, lo mismo que los del Frente Cívico por Santiago, pues Gerardo Zamora y los senadores que le responden, Ada Itúrrez de Capellini y Gerardo Montenegro, votaron a favor de la reforma previsional. Cuesta imaginar que ambos oficialismos provinciales se alineen en un interbloque con el peronismo de Pichetto.