La Legislatura porteña colocó una placa conmemorativa en el edificio ubicado en la calle Suipacha, donde “el ángel del bisturí” vivió. La medida había sido impulsada por el legislador de Vamos Juntos Eduardo Santamarina.
El diputado porteño de Vamos Juntos Eduardo Santamarina descubrió una placa en el edificio donde vivió el cirujano e investigador argentino, Enrique Finochieto, con el objetivo de rendir homenaje e incentivar a que cada vez más vecinos y turistas conozcan quién fue “el ángel del bisturí”.
Finochietto nació en Buenos Aires el 13 de marzo de 1881 y su figura, señera de la cirugía en Argentina, dejó una estela de discípulos y también fue ejemplo para generaciones posteriores. A los 16 años ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas, como se denominaba entonces, y su vocación quirúrgica apareció desde el comienzo: disector de anatomía, trabajó como practicante del Hospital de Clínicas al lado de Alejandro Posadas.
Años más tarde ingresó como médico interno al Hospital Rawson, donde desarrollaría su perfeccionamiento y su escuela quirúrgica. Su primer viaje a Europa, en 1906, incidió favorablemente para tal fin. Volvió al viejo continente en 1918, en plena Primera Guerra Mundial, para trabajar en el Hospital Argentino de París, por lo que Francia le otorgó el título de oficial de la Legión de Honor.
Falleció el 17 de febrero de 1948, dejando como legado todos los adelantos técnicos que facilitaron las tareas de sus colegas médicos, además de sentar las bases de una escuela de cirugía que generó admiración y respeto en el mundo entero.
Del acto de descubrimiento de la placa participó el presidente de la Comuna 1, Roberto Salcedo, y Luca y Tiziana Finochietto, descendientes del homenajeado. Al finalizar el encuentro, Santamarina aseguró que “pese a que el doctor Finochietto falleció hace casi 70 años, sus innovaciones en la medicina quirúrgica permanecen aún vigentes”.
