El Consejo Nacional del Pro analizó este lunes el escenario electoral con una única premisa: trabajar por la reelección de Mauricio Macri. En una cumbre en Parque Norte, salpicada por la ruptura de Cambiemos en la provincia de Córdoba, el partido ratificó que el objetivo central este año será lograr un nuevo mandato del presidente.

El encuentro, del que participaron unos 500 dirigentes, se prolongó durante toda la tarde y el cierre contó con la presencia del propio Macri. La fallida interna cordobesa entre Ramón Mestre y Mario Negri atravesó toda la jornada, aunque tanto el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, buscaron minimizar la disputa.

Al cierre del evento asistió el mismísimo Mauricio Macri, que había arrancado el día en La Plata, arengando al gabinete y los legisladores de María Eugenia Vidal, y que en Parque Norte se manifestó “convencido” de que los argentinos no van a “volver atrás”, sino que apostarán “al futuro”, pese al momento de “tensión” que se vive hoy en la Argentina.

El primer mandatario destacó que este es “un momento de tensión, pero también de crecimiento, de entendimiento y de maduración”, y se comprometió a “cumplir con la responsabilidad de liderar este camino para llevar a los argentinos hacia una mejor calidad de vida echando al narcotráfico y a los comportamientos mafiosos”.

“Tenemos confianza en los dirigentes de Cambiemos Córdoba para encontrar camino de unidad y transformar la provincia”, destacó Peña, mientras que Frigerio aportó: “Las tensiones en los cierres son lógicas porque todos quieren ser protagonistas del cambio, pero no hay lugares para todos y además hay compromisos con los otros partidos de la alianza. Pero la prioridad es agosto y octubre”.

Autocrítica y arenga

Ante la audiencia, Peña aseguró que “ésta va a ser última elección donde Mauricio Macri va a ser candidato a un cargo electivo”, y destacó que el eje central de la campaña “es reelegir al presidente y retener los cinco distritos que gobernamos”.

“Lo que está en discusión es si la Argentina sale de un modelo de frustraciones y fracasos a un modelo de desarrollo o vuelve a un camino de atajos”, sostuvo el funcionario, abonando la polarización con el kirchnerismo.

Además, Peña arengó a la tropa macrista, con frases como “nosotros no podemos tener dudas ni angustia”, y las dificultades no nos deben quebrar la voluntad”.

Por otro lado, pidió: “No dejemos que nos corran con la idea de que la discusión solo va por lo económico. Este es un gobierno decente que apuesta por entender el poder como un servicio público”.

“Asumimos el error de haber alimentado la esperanza de que iba a ser más rápido. Pero éste es el camino, para que los argentinos no dependan de la dádiva del gobernante de turno, sino para que construyan su propio desarrollo”, sintetizó el jefe de Gabinete.

Frigerio se mostró en la misma sintonía y afirmó: “Nosotros no decimos que las cosas ya están bien, sino que lentamente van a ir mejorando. Los grandes cambios no se ven en el momento. Requieren tiempo para consolidarse y mucha convicción para transmitirlos”.

“Argentina va a pasar de ser un país importador de energía a ser un país exportador en un sólo período de Gobierno. Es un cambio cultural que requiere un gran esfuerzo de todos los argentinos. Y lo mismo sucede en infraestructura: tenemos cerca de mil inauguraciones de acá a octubre, que le cambian la vida a la gente como el acceso al agua potable, cloacas y calles asfaltadas”, precisó el ministro de Interior.

Frigerio insistió en que “se están construyendo las bases estructurales de un país que va a ser mejor para nosotros pero que, sobre todo, va a ser mejor para nuestros hijos y nuestros nietos. Estos cambios son difíciles, duros, complejos, pero son los cambios necesarios para volver a retomar el camino del crecimiento y el desarrollo”.

Participaron de la reunión del Consejo Nacional, entre otros, el titular del Pro, Humberto Schiavoni; el secretario general del partido, Francisco Quintana; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.