Al cumplirse 25 años de la reforma constitucional de 1994, el diputado nacional Jorge Enríquez señaló que “la reforma constituyó una necesaria actualización de la Constitución Nacional. Las constituciones no deben quedar congeladas a lo largo de los siglos ni tampoco modificarse con mucha frecuencia. ‘Conservar la Constitución es el secreto de tener Constitución’, escribió Alberdi en Las Bases, lo que no excluye la introducción de reformas parciales cuando haya un amplio consenso social y político que las avale”.

Para Enríquez, “ese aggiornamento de 1994 no debe hacernos olvidar que los principios fundamentales sobre los que reposa todo el edificio constitucional no solo no fueron alterados, sino que se pretendió reforzarlos: la República, el Estado de Derecho, la división de poderes, como medios de asegurar el fin último de cualquier Constitución: la protección de las libertades y derechos de los ciudadanos. La concentración y el abuso del poder son males funestos de los que quisieron alejarnos tanto los constituyentes de 1853 como a los de 1994”.

“A un cuarto de siglo de ese hito institucional, debemos estar muy precavidos frente a quienes expresamente manifiestan su intención no ya de reformar algunos aspectos, sino de cambiar de raíz la Constitución, para que no sea más un dique al abuso del poder y se convierta en un documento destinado a legitimar un gobierno autoritario”, finalizó Enríquez.