Por Juan Pablo Funes Bianchi. El autor pide dar tiempo para la discusión sobre la implementación del sistema en San Luis, advirtiendo sobre no caer en copias a otros países o provincias.
En el año 2011, realizando mi tesis de finalización de la Carrera de Abogacía hice un estudio sobre los cambios en materia electoral llevados a cabo en los últimos años, pero también me anime a hablar de dos sistemas electorales en los que nos tenemos que poner a evaluar, la boleta única, y el voto electrónico.
Para comenzar, tenemos que recordar que el Art. 37 de la Constitución Nacional, Carta Magna de la República Argentina, nos habla del sufragio universal, igualitario, secreto y obligatorio. Comenzando desde esta premisa, sea cual fuere el mecanismo, debemos procurar de una vida democrática que respete dichas características.
Hablando ya, técnicamente del Voto electrónico, nos referimos a la tecnología aplicada en las etapas que se desarrollan el día de los comicios , tales como el registro y verificación de la identidad del elector; la emisión del voto, el recuento de votos, y la transmisión de los resultados. Es importante que la aplicación del voto electrónico, pueda constar una o todas las etapas.
Debemos pensar así que el traspaso al voto electrónico no es un simple cambio de herramientas y materiales, no es pasar de la urna de cartón, madera y papel al metal y software. Es mucho más que eso, y tenemos que darnos el tiempo para evaluarlo.
Para ir en orden de prelación con el análisis electoral, primero hay que evaluar lo que se considera “LA CAMPAÑA”. Es cierto que el voto electrónico podría alejar a los candidatos de la gente, elimina las ganas de la persona de llevar su boleta desde su hogar, con convicción y seguro. Le quita la posibilidad al candidato de persuadir con voto en mano al electorado. La utilización de la boleta electrónica en lo electoral, deja en el olvido el trabajo territorial y poblacional, dejando a merced de las redes sociales, las construcciones del marketing y la publicidad el contacto con los candidatos, votando así los electores construcciones de la publicidad.
Luego de la Campaña viene el día más importante de la democracia, el día de los Comicios, donde la ciudadanía tiene que elegir sus representantes. Aquí seguro existen los mayores cambios del voto electrónico. Pero me surgen varias dudas en diferentes aspectos, el secreto del voto, la seguridad de los votantes al emitir su sufragio, y la fiscalización del mismo.
La garantía de secreto hace a la diferencia entre querer votar por un candidato y animarse.
Cuando hay una computadora de por medio ya no podemos tener ese control. Así lo descubrieron en Holanda en 2006 —después de una década—, cuando un grupo de informáticos mostró cómo a 25 metros de distancia —y usando equipamiento accesible y barato— podía saberse a quién estaba votando alguien en la computadora usada a tal efecto.
Y la lección también sirvió a otros países: la falla del sistema holandés no se debió a una característica particular, sino al análisis de emisiones electromagnéticas que produce cualquier computadora (tal como mostró un investigador, en sólo veinte minutos, utilizando las computadoras de votación de Brasil).
Debemos garantizar simultáneamente dos cosas: exactitud (que la voluntad del votante se vea reflejada en el resultado) y secreto (que nadie pueda saber a quién votó alguien). El voto es una materia prima muy delicada:
- ¿Tenemos las seguridades de exactitud y de mantener el secreto del voto?
-¿Tenemos dimensión de lo que puede llegar a pasar si rompemos con dichas garantías que debemos darle a los ciudadanos? El ciudadano está acostumbrado a votar de cierta manera, -¿los nuevos procedimientos electorales el día de los comicios, nos darán mayor participación ciudadana?
-¿La implementación de nuevos mecanismos, no alejaran a los votantes de la elección?
Con respecto al mecanismo electoral en sí, debe existir una absoluta independencia entre la identificación del elector y la emisión del voto. La identificación debe seguir siendo manual, realizada por un presidente de mesa, una persona física responsable de cualquier tipo de aprovechamiento del sistema.
También debe haber una existencia física del voto, y una constancia de la emisión del mismo. El elector debe llevarse un comprobante de voto, y le debe dejar otro a las autoridades de mesa. No podemos permitir que el comprobante sea solo electrónico, eso no permitiría control o queja posterior.
Con respecto a la fiscalización de los votos, se necesitarían menor cantidad de fiscales , pero la capacidad de los fiscales deberá ser mayor, ya que tendrán que tener diferentes conocimiento técnicos y específicos, además de los electorales.
- ¿Estamos preparados para que personas que no tienen facilidad tecnología ayuden a cuidar y proteger a nuestra democracia?
- ¿No alejamos a grandes militantes de otra generación que no saben utilizar la tecnología? Sentinelli nos dice que “es absolutamente complejo evaluar, con certeza, las posibilidades de que una votación electrónica sea o no fraudulenta, o probar que los resultados fueron adulterados”.
La implementación de un sistema electoral digital o electrónico, generaría serios riesgos de hacer perder la confianza ciudadana en el sistema democrático electoral, porque suprimiríamos a las personas físicas, en las cuales el ciudadano confía plenamente.
También tenemos que saber que hay varios cargos a cubrir con respecto a las elecciones que se aproximan, nacionales, provinciales, y municipales. La implementación del voto electrónico en las elecciones de la Ciudad de San Luis nos llevaran a votar con mecanismos diferentes el mismo día, por un lado votaremos electrónicamente en la Ciudad, y por otro lado votaremos de la forma tradicional para los demás cargos, en el caso de ser el mismo día de elección. Esto lleva confusión en el ciudadano, congestión, desgano y desinterés al votar.
Con respecto al conteo de los votos:
-¿Quién será el encargado de llevarlos a cabo?
-¿Quién controla al contador electrónico de votos de que no haga algunos mecanismos deficientes o fraudulentos?
-¿Quiénes serán los encargados de hacer el cuidado técnico de los mismos?
Para concluir con esta evaluación breve sobre el voto electrónico, es importante aclarar que la aplicación de nuevas tecnologías, no es un progreso en sí mismo, sino vienen acompañados de beneficios para acercar a gobernados y gobernantes. Deben venir acompañados de transparencia, seguridad electoral, celeridad y eficiencia, control y economía.
Es difícil dar una respuesta a la conveniencia de la implementación del voto electrónico en la Ciudad de San Luis. Pero creo que es importante darse el tiempo para la discusión, el debate, las dudas y preguntas. No siempre tener lo más moderno y más innovador acerca a los representados de sus representantes
Creo, profundamente que todos los cambios deben ser progresivos. Los mecanismos impuestos estrepitosamente siempre salen mal, y luego pagamos las consecuencias los ciudadanos. Se debería haber creado un plan maestro, y a largo plazo, previendo capacitaciones, pruebas, testeos para ver la respuesta de la población y su eficacia. Haber creado un unidad electoral que se encargue de abrir paso a este mecanismo. Deberíamos generar en el elector confianza, cercanía y voluntad. No sirve un nuevo mecanismo si no se acerca a la gente, y no se le da seguridad electoral.
No debemos caer en las copias a otros países u otras provincias, ya que nuestra Provincia tiene su propia cultura social-política, debemos respetarla, con sus tiempos y espacios.
Cuidemos a los ciudadanos, ya que al fin y al cabo son los que tienen la legitimidad de la representatividad, y su voluntad debe ser respetada. No siempre usar lo más novedoso y actual es avanzar en favor de la democracia. Seamos cuidadosos, respetuosos y tolerantes de las instituciones y de nuestra Constitución Nacional, pero por sobretodo permitámonos pensar que es lo más conveniente.
Dr. Juan Pablo Funes Bianchi
Presidente de la Fundación Corazón de Búfalo