El titular del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra, se defendió de las acusaciones por desentenderse del proyecto presentado a principios de año junto a sus pares, y cuestionó el rol de distintos organismos estatales en el proceso de levantamiento de la quiebra de la exCiccone Calcográfica, a los que vinculó con una "trama de graves irregularidades".
En su discurso de cierre del debate del proyecto de ley de expropiación de la exCiccone, el presidente del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra, reafirmó el rechazo a la iniciativa oficialista y subrayó que “esta ley no va a ser conocida como la ley de la soberanía monetaria”, sino como “la ley Boudou, la ley Ciccone, la ley de corrupción”.
“No estamos hablando de la expropiación de una empresa que tiene máquinas necesarias para imprimir billetes; ni del fortalecimiento de la Casa de la Moneda; tampoco es cierto lo de la soberanía monetaria”, advirtió Gil Lavedra.
Al defender la postura de la UCR, sostuvo que su proyecto fue presentado “en otro contexto, con otros alcances, con otros objetivos y en el marco inescindible de la aclaración de determinados aspectos que nunca se esclarecieron”.
“Lo que estamos discutiendo es otro capítulo más de una trama de graves irregularidades de parte de numerosas agencias estatales”, indicó el diputado, quien consideró que “no se trata de un hecho aislado de corrupción”.
En este sentido, se preguntó “cómo puede explicarse que la AFIP, en julio de 2010, haya pedido la quiebra y tres meses después haya accedido en 65 horas al levantamiento sin ningún tipo de condiciones”. “¿Por qué la propia AFIP que le había negado a la Ciccone vieja le accedió a la Ciccone nueva con (Alejandro) Vandenbroele y sus amigos un plan excepcional y generosísimo?”, lanzó.
También alertó que la Unidad de Información Financiera (UIF), “nuestro órgano de controlar el lavado de dinero, no haya verificado quién puso el dinero en lugar de The Old Fund”, y opinó que “no es creíble que la Inspección General de Justicia (IGJ), encargada de inscribir a las sociedades anónimas y de verificar el cumplimiento de los recaudos, haya consentido la presencia de todas estas sociedades constituidas sin facturación, de procedencia sospechosa, con patrimonios mínimos y, en algunos casos, extinguidas en sus países de origen”.
Continuó con su arremetida al apuntar que “la Secretaría de Comercio, a través de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, le anula el contrato a la competidora Boldt para entregársela a la Ciccone oscura”.
Por último, recordó que “el Banco Central que se apuró inmediatamente a contratar a la Ciccone oscura para poder hacerla de fondos” y habló de “las contrataciones inmediatas que recibió esta empresa, la impresión de las boletas electorales del Frente para la Victoria para las elecciones primarias y para las elecciones generales de la fórmula de Cristina Kirchner”.
