Así lo afirmó el politólogo Ernesto Laclau, en el marco de una conferencia organizada por el Senado provincial, en la que expuso acerca de la relación entre “el populismo y el institucionalismo”, dos conceptos del debate académico y político actual.
El filósofo Ernesto Laclau fue presentado en el Senado bonaerense por la senadora Cristina Fioramonti ante un auditorio que colmó la planta baja del anexo de la Cámara alta provincial, y que contó pon la presencia de legisladores, trabajadores legislativos, estudiantes y público en general.
“Si uno acepta la alusión peyorativa del populismo -consideró Laclau-, está diciendo que es efectivamente malo”. En esa línea, el académico consideró que “con el término populista hay que hacer lo mismo que los cristianos hicieron con la cruz, transformarla en un símbolo de indominia, en un valor altamente positivo”.
El teórico se refirió a la evolución de la política nacional desde principios del siglo XX hasta la actualidad y consideró que tras el proceso político que desencadenó en la crisis argentina de 2001, “uno de los méritos más importantes del kirchnerismo fue crear nuevos canales institucionales para que todas estas demandas que en sus comienzos no eran políticas, pudieran ser verticalmente expresadas a nivel del Estado”.
Respecto de la actualidad política regional, Laclau destacó que el futuro de los procesos democráticos latinoamericanos se va a diferenciar de los sistemas políticos europeos por ser “presidencialismos fuertes”.
Ernesto Laclau nació en Buenos Aires en 1935 y se graduó en Historia en la Universidad de Buenos Aires, y se doctoró en la Universidad de Oxford. Desde la década de 1970 es docente de la Universidad de Essex, Gran Bretaña, en la Universidad Estatal de Nueva York y en la Universidad de North Western en Estados Unidos.
