La reconstrucción de Gaza tras los últimos conflictos se presenta como el nuevo desafío global, en un contexto donde la mediación de Estados Unidos —impulsada por el presidente Donald Trump— ha abierto caminos concretos hacia la paz en Oriente Próximo.
El entendimiento en Oriente próximo ha sido una victoria para la humanidad empujada por el presidente Donald Trump y los Estados Unidos y por una vocación colectiva de encontrar la paz.
Ahora hay un nuevo desafío y es colaborar con la reconstrucción de la Franja de Gaza tras los recientes conflictos.
La mediación de los Estados Unidos, no solo ha resultado fáctica y objetivamente exitosa, sino que además ha facilitado un espacio propicio para el diálogo y ha abierto nuevas oportunidades para que ambas partes, palestinos e israelíes, convivan en paz y seguridad.
Es importante resaltar que, aunque muchos argumentan que la determinación del presidente Trump ha sido polarizadora, su enfoque directo ha hecho posible romper barreras que antes parecían insuperables. La disposición de Trump a sentarse con líderes disputados ha generado un terreno de entendimiento y cooperación. Esto ha permitido que aquellos que habían permanecido en el anonimato en el ámbito diplomático sean escuchados, promoviendo un ambiente donde se prioriza la paz sobre la confrontación.
La Organización Mundial por la Paz (OMPP) sostiene que, más allá de las diferencias políticas, el compromiso con la paz debe ser la prioridad universal. Los avances logrados en diversos acuerdos internacionales subrayan que el camino hacia la paz efectiva no es solo posible, sino que ya se está materializando. Las lecciones aprendidas de los Acuerdos de Abraham, los progresos en los Balcanes y la apertura de canales de negociación con Corea del Norte son hitos que demuestran el potencial de las iniciativas audaces.
Sin embargo, el reto persiste: concretar estos avances en una Paz duradera. Los líderes deben unirse en un esfuerzo conjunto para garantizar que los acuerdos alcanzados no se debiliten con el tiempo. Desde la OMPP, reitera nuestra disposición a respaldar toda acción que promueva la paz y la cooperación internacional.
De cara al futuro, la clave estará en mantener la voluntad política y el coraje necesarios para continuar este proceso. La capacidad de transformar la adversidad en oportunidades de diálogo es lo que garantizará un legado de paz. Por ello, instamos a todos los actores en el escenario internacional a seguir el ejemplo de determinación y pragmatismo que ha caracterizado la administración Trump en su búsqueda por poner fin a los conflictos.
En conclusión, el desafío de la Paz exige coraje, innovación y la capacidad de ver más allá de las diferencias. Políticos y ciudadanos por igual deben asumir la responsabilidad de avanzar hacia un futuro donde prevalezca la Paz. En este contexto, el respaldo a las acciones diplomáticas del presidente Trump se convierte en un imperativo moral para todos aquellos que anhelan ver un mundo mejor. Y tal cual lo dijo el gran pacifista del arte John Lennon "un mundo donde vivamos nuestra vida, todos en paz".
Carlos Peralta es presidente de la Organización Mundial por la Paz (OMPP) Organización de Contribución Internacional reconocida por la ONU.