El reelecto jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri luego de su rotundo triunfo del 31 de julio último se propone reordenar sus recursos: para ello procurará reestructurar su gabinete con el objeto de atribuirle un perfil más político y social que ayude a afianzar su gestión, otorgar mayor fluidez a su vínculo con la Casa Rosada e importantes sectores de la oposición y primordialmente, se apresta a la construcción de un espacio político de alcance nacional que sirva de plafón a su carrera en pos del sillón de Rivadavia.

En primer lugar deberemos clarificar las versiones, off the record que diversas fuentes de la administración se ocuparon de difundir ni bien se conocieron los números con los que resultó reelecto MM para un nuevo periodo de gobierno al vencer al candidato kirchnerista Daniel Filmus en el denominado balotaje.

Cabe recordar que ni bien se conocieron los primeros datos de boca de urna, en el bunker instalado en Costa Salguero los jóvenes macristas rodeados de globos azules, rojos, verdes, amarillos… pintados con una sonrisa, se robaron los flashes en la nueva victoria electoral. Su importancia se institucionalizó cuando desde el mismo espacio que ocupaban comenzaron a corear “Mauricio, Mauricio corazón, acá tenés los pibes para ir por la Nación”, una expresión generalizada en el espacio del Pro, ya que creen que la principal tarea por realizar es: trabajar políticamente para que en 2015 Macri se calce la banda presidencial.

Un clima festivo sí, aunque en el medio y, a su pesar el jefe de Gobierno intenta frenar internas y aclara que los cambios ocurrirán en diciembre, no obstante ya en las horas siguientes al triunfo del ex presidente de Boca Juniors trascendieron indicios sobre los planes de crear nuevos ministerios y reubicar algunas piezas. Todo con el objeto de proveer una dimensión más politizada a la gestión. En consonancia con ello un ministro PRO, de alto perfil él, afirmó ante Parlamentario: “Va a haber un cambio en el estilo de conducción, vamos a estar más de cerca de la política”, afirmó.

Según ello y versiones que fuentes propias del macrismo hicieron trascender, el titular del Ejecutivo apuesta a mejorar en forma similar sus relaciones con la Casa Rosada y con los otros dirigentes opositores al Gobierno nacional a fin de consolidarse como el primero entre los pares de esa franja.

Buscando otro perfil

El inicio de la marcha hacia ese objetivo estaría dado por la anunciada creación del Ministerio de Gobierno de la Ciudad que, comandado por el ex ministro de Asuntos Agrarios del gobernador bonaerense Daniel Scioli y actual miembro de la mesa nacional del PRO, Emilio Monzó, trabajará junto a la par del diputado macrista Alvaro González en la construcción y fortalecimiento de los lazos con el kirchnerismo y con el arco opositor de la Legislatura.

Es un secreto a voces hacia dentro del oficialismo porteño también, la creación del Ministerio de Transporte el que quedaría en manos de Guillermo Dietrich, impulsor de las bicisendas y el Metrobus. El funcionario actualmente se desempeña como secretario de Transportes en la órbita del Ministro de Desarrollo Urbano, que lidera Daniel Chaín.

También estaría en estudio la división del Ministerio de Justicia y Seguridad cuya conducción hoy la ejerce Guillermo Montenegro, mientras que Eugenio Burzaco, actual jefe de la Policía Metropolitana sería el elegido para quedarse al frente de Seguridad; en tanto que Montenegro estaría a cargo de la cartera de Justicia.

En esa línea y con la convicción de que los cambios que pretende introducir el jefe de Gobierno, ha encomendado a sus diputados una nueva ley de Ministerios.

En tal sentido, los legisladores del Pro ya se encuentran trabajando a destajo con el objeto de encontrar los consensos necesarios para llevar adelante la pretensión de su jefe político. “Esperemos que la oposición haya entendido el mensaje de las urnas”, es el latiguillo que más se usa desde el oficialismo en los pasillos del Parlamento porteño.

Asimismo se espera que se produzcan cambios para adaptar la gestión al sistema de comunas. Por ahora circula un esbozo para crear un área dentro del Ministerio de Ambiente y Espacio Público que conduce Diego Santilli y que estaría destinada a ser encabezada por el actual secretario de Atención Ciudadana, Eduardo Machiavelli. Trascartón también se inició la disputa por el reemplazo de la actual ministra de Desarrollo Social y futura presidenta de la Legislatura, María Eugenia Vidal. Desde el primer momento sonó el nombre de Soledad Acuña -ex legisladora y actual esposa del diputado Diego Kravetz y subsecretaria de Promoción Social- también figura en la grilla la integrante del bloque, Carolina Stanley pareja de Federico Salvai -jefe de Gabinete de Vidal-. También participa en la carrera el ministro de Educación, Esteban Bullrich, aunque todo indica que seguiría en la cartera educativa. El jefe de Gobierno lo considera fundamental en esa área.

Donde se perciben ciertas dudas es sobre el futuro del ministro de Salud, Jorge Lemus, aunque Mauricio Macri valora su relación con el plantel médico de la Ciudad. En rigor, en los estratos más inferiores del poder porteño, Lemus es continuo blanco de críticas y pocos se atreven a defenderlo.

Mientras las aguas se agitan en las diferentes áreas del macrismo, no ocurre lo mismo en la cartera de Cultura, donde todo es calma. Su titular, Hernán Lombardi, de extracción radical, por ahora hace la plancha en lo político, aunque no así en su función ejecutiva. El jefe de Gobierno sostiene que su gestión fue la más “potente” en el campo cultural lo cual traducido se manifestaría en la continuidad cierta del funcionario.

Ciencia y tecnología

Sin embargo el ámbito al que Mauricio Macri apuntaría a brindarle un mayor vigor en el nuevo período de su gestión estaría en la creación de la estratégica secretaría de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva.

La puesta en valor de la actual área que se ocupa del tema y que responde al Ministerio de Desarrollo Económico “la educación, la ciencia, la tecnología y la producción han formado un tándem virtuoso que ha ayudado a generar fuentes de trabajo y por consiguiente mayor equidad en la sociedad”. Un aspecto al que todo el arco opositor le dedicó sus mayores diatribas cuando de criticar a la administración PRO se trató.

Los funcionarios que impulsan la creación de esa Secretaría destacan la importancia de mejorar la articulación entre las universidades y el sector productivo, por ello no se cansan de argumentar que si no “hay un sector productivo que genere demandas de innovación, ni se busca satisfacer necesidades sociales a partir del conocimiento, la Universidad pasa a tener un rol meramente educativo. En la búsqueda de este acoplamiento entre la generación de riqueza y la generación de conocimiento el Estado tiene un rol fundamental”, afirman, no sin razón.

Para dirigir esta estratégica área, en la cual se constituya una sociedad del conocimiento, donde la ciencia, la tecnología y la innovación pasen a ser una de las prioridades del Estado porteño, ha comenzado a circular el nombre del biólogo Miguel Velardez, miembro de la Fundación Pensar que lidera el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta.

Según lo que se conoce, Velardez es doctor en Biología Molecular (UBA), se dedicó a la investigación y la docencia por más de 15 años en la UBA y en la Escuela de Medicina de Harvard, recibiendo distinciones de la Fundación Antorchas y The Endocrine Society. Fue director del programa de educación biomédica de Harvard Medical International para América Latina y consultor internacional en ciencias biomédicas y biotecnología. Actualmente es Director Ejecutivo de la Fundación Crimson.

Quienes promueven esta iniciativa creen fundamental para la administración macrista establecer como política de Estado el fomento, desarrollo y el fortalecimiento en general de la ciencia, la tecnología y la innovación, así como en particular las actividades de investigación que realicen las dependencias y entidades de la administración pública.

Es argumento de los propulsores de la propuesta el hecho de que consideran que las políticas, instrumentos y criterios con los que el Gobierno fomente y apoye la ciencia, la tecnología y la innovación deberán buscar el mayor efecto benéfico de estas actividades, en la enseñanza y el aprendizaje de la ciencia, la tecnología y la innovación, en la calidad de la educación formal y no formal, particularmente de la educación media, técnica y superior, así como incentivar la participación y desarrollo de las nuevas generaciones de investigadores, desarrolladores tecnológicos e innovadores a través de la promoción y fortalecimiento de Centros Interactivos de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Universidad porteña

En esa línea se inscribiría también la intención de crear una Universidad de la Ciudad de Buenos Aires que satisfaga las necesidades concretas del Estado porteño, proyecto en el cual Macri pretendería comprometer a la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), a organismos del sistema científico tecnológico y del sector industrial. Claro que ello quedará supeditado a la relación que se mantenga con la Casa Rosada ya que una iniciativa de esta envergadura y con semejante tinte político debería necesitar del visto bueno del poder central.